Resumen
Desde que ayer escuché que dos niños de 13 años apalearon a un compañero discapacitado de la misma edad, además de someterle a múltiples vejaciones sobre mi cabeza ronda una aseveración: “algo mal debemos estar haciendo…”Ayer oí como la madre del menor agredido decía que su hijo estaba muy asustado, pues claro su hijo como víctima debe de estar “espantado” y con un miedo terrible y por supuesto que necesita todo el apoyo y ayuda posible. Pero además cualquiera de nosotros con un mínimo de empatía debemos de estar asustados y yo añadiría preocupados.
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Si, estoy preocupada y horrorizada de ver cómo niños tan pequeños muestran tal grado de violencia y tan poca empatía hacia sus semejantes. Si estos jóvenes no son capaces de ponerse en el lugar del otro, no saben lo que es el diálogo, comunicación…estamos perdiendo a estos niños para un futuro porque cualquiera de nosotros tendrá en mente, si hacen esto de jóvenes que no harán en su vida adulta. Yo también me siento posible víctima y si no hacemos nada para recuperar a estos niños como seres humanos nuevos, estaremos propiciando un futuro con personas no reintegradas en la sociedad de forma adecuada y potencialmente peligrosas para nosotros, nuestros hijos, familiares y allegados. Por eso, cada vez tengo más claro que hay una forma de hacer justicia de la que os hablo muchas veces, más humana y que por descontado atiende las necesidades de las víctimas de una forma más eficaz: se trata de la justicia restaurativa o restauradora.
Estos niños no pueden ser juzgados por ser menores de 14 años, sin embargo, lo que si pueden y debemos hacer es intentar que asuman su responsabilidad, se den cuenta del daño que han causado a otro ser humano para que se pueda desarrollar en ellos un sentimiento de empatía que les lleve a no cometer de nuevo hechos similares. Solo así se estará haciendo justicia no sólo con la víctima sino también con nuestras generaciones futuras y por supuesto que también con los infractores. No quiero con esto intentar minimizar la conducta de estos jóvenes, ni considerarlos como víctimas ni mucho menos centrarnos de forma exclusiva en ellos olvidando a la victima. Al contrario, la víctima necesita ayuda para superar el trauma dejar de tener miedo, y ayudando a los infractores en gran medida ayudamos a la víctima porque si conseguimos que estos chicos asuman lo que han hecho, intenten reparar en la medida de lo posible el daño que han hecho comprometiendo a no volver a hacerlo, la víctima podrá recuperar su sentimiento de seguridad (sintiendo que se está haciendo justicia) y no sentirá que estos han quedado impunes o con una simple expulsión del colegio.
Debemos empezar a pensar en educar seres responsables con independencia de que por su edad o circunstancias los hechos no puedan tener repercusión penal y sobre todo que el objetivo final sea la reparación o compensación a la víctima tanto de forma material como emocional. He de comentar, que desde mi experiencia no hay nada más difícil para un infractor que enfrentarse a sus actos, ver que sus hechos han causado un mal a alguien como él y querer de forma voluntaria hacer algo por la victima para aminorar el daño.
Además de estos chicos, hay otras víctimas que deben tener participación directa en todo el proceso de autoresponsabilización voluntaria de los infractores y de superación del trauma de la víctima y estas personas son los padres de una y otra parte. Me parece un buen paso que los padres de los menores ya hayan pedido perdón a los padres del menor agredido y al propio menor, es importante no sólo por el hecho en si, sino para mostrar también a sus hijos que todos nuestros actos tienen consecuencias y que se debe ser valiente y asumirlos. Es algo importante para empezar pero que no se debe quedar ahí, y debe de ir más allá. Esto que os cuento puede sonar a puro “cuento” pero es posible y desde luego es una buena forma de hacer justicia teniendo siempre como objetivo principal atender a la víctima.
Lógicamente no todos los infractores se concienciaran pero desde luego es una victoria importante para todos nosotros si conseguimos que al menos uno lo haga y por supuesto un autentico logro poder apoyar a la víctima de una manera tan humana, para que, en especial en víctimas tan jóvenes puedan recuperar la normalidad en su vida después del hecho, algo importante para su desarrollo personal y social.
También creo que debemos reflexionar acerca de si estamos educando bien a los jóvenes y sobre todo si nuestra sociedad con tantos avances los está malcriando, quizá es hora de recuperar algún valor educativo de antaño (que los niños vuelvan a ser hijos y los padres, padres no colegas o amigos y por supuesto devolver a los profesores su autoridad, ya que juegan un papel clave en la formación de nuestros jóvenes).
Nos debería preocupar no sólo reformar continuamente las leyes, más castigo… (Cada cosa en su justa medida) sino recuperar valores, educación, respeto….para evitar y prevenir en lo posible esta clase de conductas abominables. Esto es una forma de crear un futuro mejor con una sociedad más humana, se trata de pensar en la prevención del delito, adelantando esta prevención de una forma considerable.
Como dijo Pitágoras: “educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres”
Bibliografía
Follow @VirginiaDomingo (Burgos, 17 de mayo 1975)
Soy periodista frustrada, estudié derecho, por defecto y a pesar de todo, me gustó. Fui durante más de ocho años Juez Sustituta, lo que me hizo ver la realidad de la justicia y su falta de humanidad, así llegué en el 2004 a la Justicia Restaurativa. Actualmente soy la coordinadora del Servicio de Mediación Penal de Castilla y León (Burgos) y presidenta del Instituto de Justicia Restaurativa-Amepax ( la entidad que proporciona este servicio). Soy experta y consultora internacional en Justicia Restaurativa. Mediadora Penal y Presidenta de la Sociedad Cientifica de Justicia Restaurativa. Miembro del Comité de investigación del Foro Europeo de Justicia Restaurativa, participo regularmente en las reuniones de este Foro y he ofrecido varias charlas a nivel internacional, asimismo he realizado diversos trabajos de investigación sobre Justicia Restaurativa y mediación en materia penal. Y sigo luchando porque se regule la Justicia Restaurativa como un derecho más para las victimas de cualquier delito con independencia del lugar donde lo sufran.