Resumen
El 8 de Enero de 2011, un hombre abrió fuego contra Gabrielle Giffords, miembro de la Cámara de los Representantes, en un mítin. Murieron seis personas, entre ellas un niño.
El 20 de Julio de 2012, un joven entró fuertemente armado y pertrechado con equipamiento de combate en un cine de Aurora, Colorado, provocando la muerte de 12 personas y otras tantas heridas.
El 12 de Diciembre de 2012 se produjo la matanza en la escuela de primaria Sandy Hook. El resultado final fueron veinte niños, seis adultos, el autor de la masacre y su madre.
El 16 de Septiembre de 2013, un hombre entró en un complejo militar y llevó a cabo un tiroteo. El ataque se saldó con 13 personas muertas, entre ellas el autor de la masacre.
Tras la matanza de Newtown, Connecticut (EEUU), el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, prometió endurecer las leyes que regulan el uso de armas. Específicamente, la ley se componía de dos conceptos clave: la prohibición de venta de armas semiautomáticas de corte militar, y la expansión de los controles del historial o trasfondo de los compradores de armas para determinar su derecho a adquirir una.
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Del ambicioso paquete de enmiendas que Obama presentaba, la de los controles de historial era la más popular, aprobada, según los barómetros, por un noventa por ciento de la población estadounidense. Sorprendentemente, la enmienda no prosperó, y el plan para endurecer el control de las armas se fue al traste por la votación en contra de cuarentaiséis senadores. Tras las votaciones que impidieron el inicio de dichas reformas, un furioso Obama no dudó en calificar la jornada como “vergonzosa”.
¿Por qué una ley – o parte de la misma – no progresa a pesar de contar con un aparente apoyo ciudadano? La hipótesis propuesta y que podría servir como punto de partida para una investigación es que la mejor estrategia para que un conglomerado de corporaciones operen mejor es controlar el ambiente en el que se afincan. Smart y Vertinsky (1984)[i] concluyeron que el ambiente o espacio externo influye en las estrategias que las organizaciones toman para gestionarse y sobrevivir ante eventos de vital importancia, comúnmente definidos como crisis.
La legislación y la política son dos aspectos críticos para el efectivo desarrollo del negocio de las armas en los Estados Unidos, y van indefectiblemente unidos a los incidentes relacionados con los usuarios de ese mercado, con más de un 34% de hogares que poseen mínimo un arma de fuego de los más de 300 millones de armas de fuego que circulan por Estados Unidos[ii].
No es de extrañar, pues, que las empresas armamentísticas tengan especial interés en los vientos que soplen en clave legislativa. Echemos un rápido vistazo a dos de las cabezas de esta interesante hidra que permite la proliferación de armas en los Estados Unidos.
Medios de comunicación
Estados Unidos posee una larga historia en el mundo de la publicidad y en la gestión de la información. No pocos autores han insinuado una tímida relación entre las noticias generadas por los grupos de comunicación y las políticas de un país, pero sin atreverse a ir más allá. Robinson (1999) afirma la potencialidad de los medios de actuar en el imaginario colectivo, citando la guerra del Golfo como ejemplo; la disposición de la situación de la población kurda, desplazada y refugiada, generó duras críticas a la inacción de los gobiernos occidentales. ello hizo que se creara un sentimiento de responsabilidad en la opinión pública que, de algún modo, podría motivar alguna de las campañas humanitarias llevadas a cabo para proteger a la población refugiada, especialmente la kurda.
La opinión pública se ve influenciada por el tratamiento que se dé a las noticias. La estrategia pasa por lanzar consignas que sean fácilmente identificables por el público, y vincularlas a hechos que refuercen una idea. En el caso del debate armamentístico en los EUA el resultado es muy fácil de ver: Unas políticas de control de armas se perciben por algunos medios como la violación de un precepto constitucional y, por la tanto, de un acto de tiranía.
Los medios de comunicación del siglo XXI o 2.0 se caracterizan por un feedback casi directo de sus audiencias, y de dos tendencias:
– El asentamiento de mega corporaciones de comunicación, aparatos muy pesados con líneas editoriales variadas para cada franja de audiencia específica (una misma corporación puede tener canales de comunicación progresistas y conservadores dependiendo de su ubicación geográfica).
– El surgimiento de múltiples canales, generalmente en Internet, de comunicadores/as con una relación mucho más cercana y directa con su audiencia, y con una elevada influencia.
El segundo grupo no posee la misma capacidad que el primero de buscar a su audiencia. En contrapartida, suelen ser un oasis ideológico para audiencias activas, y que consumen de manera más ferviente la información que se les dé. El discurso a favor de las armas y de su proliferación se mezcla en estos medios con valores ideológicos ultraconservador, a menudo aderezado con teorías conspirativas. El tono alarmista, agresivo y polémico es el aliño final; El resultado es un mensaje destinado a un receptor específico que se ajuste al estrato ideológico del canal.
El principal efecto de estas campañas de comunicación es la incitación a llevar a cabo actos por parte de individuales, aunque luego éstas hagan responsables de las masacres perpetradas con armas de fuego a terceros. Tres suelen ser los “incitadores”, según los medios pro-armas, de estos desastres:
– Videojuegos / cine / series: hay suficientes estudios que rebaten científicamente la idea de que la visualización de violencia o el uso de videojuegos influyen de manera negativa, a nivel psicobiológico, en un ser humano. Como no es el tema de este artículo, no hago referencias.
– Enfermedad mental: mientras en Europa se llevan a cabo campañas para eliminar el estigma que sufren las personas con problemas de salud mental (uno de cada cinco personas padecen un problema de salud mental al año), algunos/as comunicadores/as enarbolan la frase “no hay armas malas, sino gente mala”, y usan el argumento reduccionista del “lunático eventual”. La brecha estigmatizante se acrecenta y convierte a la población con problemas de salud mental en meras “ personas locas”. Una perlita de la comentarista Ann Coulter dice así: “guardan una correlación (los tiroteos) con el hecho de no encerrar a los locos”[iii].
– Mujeres, homosexuales, progresismo: Los medios de comunicación pro-armas y sus interlocutores poseen una línea editorial marcadamente conservadora. He aquí frases dichas por personas influyentes en respuesta a algunas masacres:
“(sobre el por qué de la masacre de Sandy Hook) Hemos eliminado a Dios de nuestros colegios” – Mike Huckabee
“(sobre el porqué de la masacre de Sandy Hook) Cultura de lo políticamente correcto” – Ted Nugent
“Punto de partida feminizado” – audiencia del show de Rush Limbaugh
“(sobre el por qué de la masacre en Viginia Tech) Amariconamiento de América” – Neal Boortz
“(sobre la problemática de las muertes llevadas a cabo por policías en los EUA) muchos de estos conflictos empezaron en los 60 […] odio decirlo, pero mucho de esto tiene que ver con el movimiento de liberación de las mujeres” – Ben Carson
“el 99% [de las masacres por armas de fuego] han sido producidas por demócratas” – Gary Kiehne
Grupos de presión
El término lobby es un verbo cuyas raíces se encuentran en la acción por la cual personas no pertenecientes a la política abordan a personalidades con poder con el objetivo de que éstas accedan a votar o a favorecer la causa del o de los peticionarios[iv]. La sofisticación de los grupos de interés ha dado paso, con el paso de los años, a auténticos profesionales del lobbying que son contratados por las compañías para defender sus causas en el Congreso de los Estados Unidos. A pesar de la existencia de registros, los grupos de presión suelen operar con discreción debido a la mala prensa que tiene esta práctica y al recelo de algunos políticos.
El ejercicio de lobbying se ha considerado una clase de inversión tremendamente rentable a partir de la controvertida Ley llamada American Jobs Creation Act del año 2004, que afectaba al sistema de recaudación de impuestos de algunos tipos de empresas y productores estadounidenses, y que beneficiaba a aquellas empresas que se trajeran los beneficios generados en el extranjero a los Estados Unidos. Las empresas que invirtieron en hacer lobby a favor de esta Ley recibieron un retorno de hasta un 22.000%[v].
La mayoría de empresas armamentísticas que comercializan sus productos a los civiles no se publicitan de manera evidente, y su nombre rara vez aparece publicado. Así, su presencia se ve diluida en movimientos ciudadanos. La mayoría de estos movimientos son asociaciones de caza o de tiro deportivo, pues éstos dan una imagen más seria y pacífica que los movimientos civiles pro-armas que se amparan en la Segunda Enmienda. Hoy en día, la National Shooting Sports Foundation y la National Rifle Association son los dos grupos de presión con más peso en la lucha por el derecho a portar armas.
La tabla que se muestra arriba ofrece una imagen del dinero que se destina a la presión a favor del derecho a portar y usar armas en los Estados Unidos. Los últimos años corresponden a un período convulso en el que la población ha vivido muchas catástrofes relacionadas con las armas; las masacres reiteradas y las respuestas del presidente Barack Obama han disparado la inversión en lobbying ante el temor de la aplicación de políticas restrictivas.
No es de extrañar; a mediados de la primera década del siglo XXI, los EUA tenían un gobierno republicano. Aunque la administración Bush impulsó leves medidas de control sobre las armas, éstas no tenían un efecto directo sobre la comercialización de armas. En algunos casos, esas leyes aceleraban el proceso de adquisición de un arma, como sucedía con los background checks o control de antecedentes que impuso el presidente; Estos controles ahorraban los entre tres y cinco días que el comprador debía esperar antes de poder poseer un arma.
El decrecimiento del lobbying pro-armas durante el mandato Bush también se explica con su firma, en 2005, de nuevas leyes que otorgaban protección legal a la industria armamentística frente a posibles demandas federales o estatales[i]. Obama, sin ser legislativamente agresivo (de manera directa) con las empresas armamentísticas, ha emprendido acciones enfocadas a reducir el número de armas entre la población civil, especialmente “armas de guerra”.
Esta actuación, unida a la presión llevada a cabo por los lobbies contratados por empresas armamentísticas y las organizaciones partisanas (que apoyan a partidos políticos específicos) ha llegado a tensionar el debate público sobre este tema hasta puntos alarmantes.
CONCLUSIÓN
No hay una concusión universal, sino múltiples puntos de vista. El debate se centra en dos aspectos: la ética sobre la manipulación de la sociedad y del pensamiento colectivo, y la cuestión sobre si tener una sociedad menos armada contribuye a crear un mundo más seguro.
La segunda pregunta tiene una respuesta fácil: Estadística. Uno puede echar un vistazo a los datos delincuenciales de cualquier estado y relacionarlo con el nivel de armamento disponible entre sus habitantes, así como con el grado de corrupción política de dicho país.
La primera, sin embargo, debería ir emparejada por imperativos legales. ¿Es lícito usar estudios e investigaciones sesgadas en medios informativos de masas para influir en una opinión? Si se demuestra una relación directa y fehaciente entre el comercio de armas y el aumento del número de muertes y lesiones en un país, ¿Debería aplicarse algo más aparte de los códigos y principios deontológicos que, a fin de cuentas, no tienen vinculación legal?
La opinión pública tiene a menudo influencia en el comportamiento cultural y económico de una sociedad. Parece lógico pensar que haya empresas interesadas en generar impacto tanto en los decisores políticos (a nivel de lobbying) como en la ciudadanía para que ésta haga suyas las reivindicaciones de empresas poderosas. Así, un negocio tan lucrativo como la venta de armas se convierte, además, en un bastión del garante de las libertades individuales y colectivas para un importante número de gente.
PARA MÁS INFO
La página web ontheissues.com es un magnífico espacio donde se recopila el historial de las relaciones de personalidades con temáticas variadas.
http://shootingtracker.com/wiki/Main_Page es una página dedicada a exponer, a modo de crítica, el resultado que la cultura armamentística se cobra en vidas y en heridos en los EUA.
El gráfico sobre lobbying ha sido extraído de la web http://www.opensecrets.org/, cuyo objetivo es proporcionar información al público sobre elementos que afectan directamenete a la política Norteamericana, como los grupos de presión.
[i] “Congress Passes New Legla Shield for Gun Industry”. October 21, 2005 New York Times. Web: http://www.nytimes.com/2005/10/21/politics/21guns.html?_r=0 Cabe destacar que esta actuación legislativa eliminó la obligación que una famosa compañía armamentística obtuvo tras un largo litigio con la administración Clinton. Enlace: http://clinton4.nara.gov/WH/New/html/20000317_2.html
[i] Smart, C. and Vertinsky, I. (1984), Strategy and the environment: A study of corporate responses to crises. Strat. Mgmt. J., 5: 199–213. doi: 10.1002/smj.4250050302
[ii] Krouse, William J. 2012. ‘How Many Guns Are in the United States? – Number.’ Gun Control Legislation, pp. 8-9. Washington DC: United States Congressional Research Service. 14 November.
[v] Alexander, Raquel Meyer and Mazza, Stephen W. and Scholz, Susan, Measuring Rates of Return for Lobbying Expenditures: An Empirical Case Study of Tax Breaks for Multinational Corporations (April 8, 2009). Journal of Law and Politics, Vol. 25, No. 401, 2009.
Alpers, Philip, Amélie Rossetti, Daniel Salinas and Marcus Wilson. 2015. Guns in United States: Number of Small Arms Manufactured. Sydney School of Public Health, The University of Sydney. GunPolicy.org, 26 February. Accessed 4 March 2015. at: http://www.gunpolicy.org/es/firearms/compareyears/194/number_of_small_arms_manufactured
Bibliografía
Nacido en 1986, apasionado de la historia y la arqueología además de la criminología. La historia humana y más adelante sus conflictos fueron los que me acercaron al deseo de conocer y entender los problemas de esta índole. Por ello, me interesé por los títulos que actualmente poseo: Graduado en criminología y Política Criminal y Licenciado en Criminología, así como algunos cursos desde las platformas Online Coursera y Udacity. Soy miembro de la Associació Interuniversitaria de Criminologia, Co-fundador de Criminólogos.eu y subdirector de CyJ España, parte de Grupo CyJ. Siempre he tenido en alta estima la figura del emprendedor y del creador de proyectos; es por ello que me entusiasma asociarme con aquellas personas que, en vez de buscar un futuro, se lo fabrican; este es el caso del Grupo Criminología y Justicia. Combino mi labor en CyJ y Criminólogos.eu con una serie de investigaciones relcionadas con el ámbito de la seguridad y, en el terreno personal, con la escritura. Y encima, me gusta mucho el hip hop.