Resumen
La Bureau of Justice Statistics viene realizando, desde 2007, un estudio sobre el riesgo de victimización que las personas con discapacidad pueden sufrir respecto a las que no sufren ninguna discapacidad. En E.E.U.U esta población representa un 14%, cifra suficientemente elevada como para considerar dicho estudio de interés general.
A partir de los datos extraidos del censo de la Bureau's American Community Survey (ACS), se estudia la incidencia de los delitos en dicho colectivo, en personas que parten de los 12 años de edad en adelante.
Los delitos que se tienen en cuenta en dicho analisis son los de violación/agresión sexual, robo, y asalto en sus diversos grados.
Artículo completo
Definición
Para realizar el estudio se ha tenido en cuenta la definición que da la National Crime Victimization Survey (NCVS) de lo que es una discapacidad: aquellas facultades sensoriales, físicas, mentales o emocionales que afectan a las actividades de la vida diaria durante un período de 6 o más meses.
Se divide en seis tipos diferentes:
– Limitación auditiva que implique la sordera o lesiones graves que provoquen dificultades para oír.
– Limitación visual . Ceguera o graves dificultades visuales (incluyendo aquellos que llevan gafas)
– LImitación cognitiva. Serias dificultades para concentrarse, recordar o tomar decisiones a causa de un déficit físico, mental o emocional.
– Limitación ambulatoria. Dificultad para caminar o subir escaleras.
– Dependencia en casa. Dificultad para vestirse o bañarse.
– Limitación de vida social. Dificultad física, mental o emocional que le impida realizar acciones tales como visitar al médico o hacer la compra.
Sesgos
La variable edad incide a la hora de estudiar la premisa de forma global, ya que el 41% de los discapacitados responden a personas mayores de 65 años. Por ello, es obligada una reestructuración de las ratios por edades para, una vez realizadas, establecer una media que produzca unos resultados que, de otro modo, resultarían engañosos. ¿Cómo se hace el cálculo? multiplicando la tasa sin ajustar para cada grupo de edad con discapacidad por la proporción de la población en ese grupo de edad sin discapacidad. La suma de estas estimaciones ponderadas representan el total de tasa ajustada por edad.
En el censo no se han tenido en cuenta las personas que conviven en hospitales, residencias, instituciones penitenciarias o unidades de cuidados intensivos, calculándose entre estos grupos 1,6 millones, gran partede ellos con alguna discapacidad. Ello puede implicar un estimación a la baja de la incidencia.
Conclusiones reseñables del estudio:
Aún tratándose también de un estudio longitudinal (que investiga al mismo grupo de gente de manera repetida a lo largo de un período de años) lo que nos interesa aquí es extraer de dicho estudio aquellas conclusiones que puedan responder a la pregunta incicialmente planteada. Para ello, he recopilado tan solo aquellas conclusiones que sean significativas para la pregunta que abordamos.
Según el tipo de crimen:
La ratio de victimización de personas con discapacidad en 2010 fue de 28 por 1.000, frente a la de personas sin discapacidad que se sitúa en 15 por 1.000
Un 50% de las personas con discapacidad sufrieron un delito de los considerados como graves (violación, agresión sexual, robo con fuerza). En cambio, la proporción existente en este tipo de delitos para los no discapacitados es del 36%
Entre 2009 y 2010, el 25% de las víctimas eran personas con algún tipo de discapacidad
En 2010, la ratio de personas víctimas de delitos graves de los estipulados anteriormente era de 16 por 1.000 en las personas con discapacidad, frente a las 5 por 1.000 de las que no poseían ninguna discapacidad.
Ratios de criminalidad según características de la víctima
Por edad
En 2010, en la franja de edad de los 12 a los 15, encontramos una diferencia bastante significativa entre víctimas con discapacidad y sin discapacidad, con una ratio de 61 por 1000 los primeros y de 23 por cada 1.000 los segundos.
Sexo
En la tasa según el sexo, encontramos un diferencial de 23 por 1.000 en los hombres con discapacidad frente al 16 por 100 en los que no tienen ninguna discapacidad; en cuanto a las mujeres, el diferencial es algo mayor, de 26 por 1000 en las mujeres con discapacidad frente a 15 por 1000 sin discapacidad. Así mismo, cabe señalar que no existe una diferencia destacada en las tasas presentadas en los hombres y mujeres con discapacidad.
Según tipo de discapacidad
En 2010, las personas con alguna discapacidad cognitiva fueron las que tuvieron una mayor ratio de victimización (30 por cada 1000). Respecto al resto de categorías, la mayoría se sitúan en ratios muy similares (entre los 12 y los 16 por cada 1.000), mientras que las personas con discapacidad auditiva son las que menor tasa de victimización comprenden (8 de cada 1.000).
Según relación víctima agresor
En 2010, un 33% de los agresores eran personas desconocidas para la víctima en el caso de las personas con discapacidad; en este caso, la tasa en las personas sin discapacidad es más alta, situándose en un 41%. Este detalle podría explicarse en el hecho de que la persona que conoce a la víctima sabe con más detalle de sus vulnerabilidades antes que el agresor desconocido.
Ello parece confirmarse cuando se observa que el 40% de las personas con alguna discapacidad fueron atacados por personas que conocían o con las cuales tenían algún tipo de relación de afectividad, frente al 31% que se da en las personas sin discapacidad.
Cerca del 17% de las personas con discapacidad que sufrieron un ataque o agresión creen que fue debido a su deficiencia.
Según el uso de armas por el agresor
El 30% de las agresiones a discapacitados se llevaron a cabo con el uso de algún tipo de arma, diferencia que sorprende con el 21% que se da en los casos de agresiones a personas sin discapacidad. Cuando se trata de un arma de fuego, el porcentaje también sigue la misma dinámica: Se da en un 14% de los casos de personas con discapacidad frente a un 8% de casos de personas sin discapacidad. ¿Cómo explicar este fenómeno? Una de las hipótesis posibles estriba en el hecho de que el arma se utilice en muchos casos como efecto disuasorio: se espera que una persona con discapacidad sea más fácilmente coaccionada que una sin discapacidad, de la que se prevee hará uso de un mayor poder de defensa, algo que a la práctica no suele darse (los porcentajes de intento de defensa entre discapacitados y no discapacitados no difieren demasiado, según señala el mismo estudio). De ahí podría deducirse que el agresor, para generar un menor riesgo sobre su propia vida, opte por utilizar un arma en los casos en que hay menos posibilidades de ser contraatacado (Así mismo, espero aportaciones para esclarecer el motivo que puede llevar a dicha diferencia).
Según daño a la víctima
En 2010, un tercio de las víctimas sufrieron algún tipo de daño durante la agresión. En este grupo, las personas con discapacidad tienden a sufrir más daño (en un 20% de los casos) que las personas sin discapacidad (un 12%)
Notificación a la policía o otras servicios de soporte a las víctimas
Las personas sin discapacidad tienen mayor tendencia a acudir a la policía para denunciar los hechos (en un 53% de los casos) frente a un 41% de las personas con discapacidad
Entonces ¿Son las personas con discapacidad más vulnerables?
Sí…a medias. Sin duda el punto clave que nos responde a dicha pregunta lo encontramos cuando se establece la división según el tipo de discapacidad:
Ratio de victimización por (por 1.000) en E.E.UU según discapacidad en 2010
|
|
Personas con discapacidad |
Personas sin discapacidad |
Discapacidad auditiva |
Discapacidad visual |
Discapacidad cognitiva |
Discapacidad ambulatoria |
Cuidado propio |
Dependencia en actividades cotidianas |
Delitos graves |
|
15.7 |
5.2 |
3.6 |
8 |
16.8 |
6.3 |
6.3 |
7.4 |
|
Violación/agresión sexual |
2.4 |
0.7 |
— |
— |
2.6 |
0.5 |
0.5 |
1.1 |
|
Robo |
4.9 |
1.8 |
1.5 |
2.4 |
5.8 |
2.9 |
2.2 |
2.1 |
|
Asalto con violencia |
8.3 |
2.7 |
2 |
5.6 |
8.4 |
2.9 |
3.6 |
4.1 |
Delitos leves |
Asalto |
12.4 |
10.1 |
4.8 |
7.1 |
13.4 |
6.6 |
7.4 |
7.4 |
TOTAL |
|
28 |
15.3 |
8.3 |
15.1 |
30.1 |
12.9 |
13.6 |
14.8 |
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Federal Bureau of Statistics
En ella observamos claramente que la que provoca una diferencia en el riesgo de victimización es una sola de las categoría: la discapacidad cognitiva. El resto de categorías mantiene unos niveles muy similares a los no discapacitados, y incluso se da el caso de que las personas con discapacidad auditiva son menos propensos a sufrir un delito que las personas sin ningún tipo de discapacidad. Viendo esta diferencia sustancial entre la discapacidad cognitiva y el resto, debería focalizarse un nuevo estudio separando todos los datos extraídos según la categoría o discapacidad, ya que ello probablemente arroje unos números muy diferentes (y incluso mucho más significativos) que los presentados en el informe.
Esperemos que la Bureau of Justice Statistics no escatime en explorar aún más su potente base de datos para así poder analizar con mayor detalle dicha cuestión en un futuro.
Bibliografía
Soy Licenciado en Criminología y Filosofía por la UAB. En 2011 fundé Criminología y Justicia, empresa dedicada a la divulgación de contenido de caracter criminólogico-jurídico que contó con la participación de más de 100 autores hasta su cierre en 2017. Durante ese tiempo se publicaron más de 1000 artículos que han recibido ya más de dos millones de visitas; se publicaron cerca de una treintena de libros, y también se organizaron diferentes eventos y congresos enfocados a divulgar la Criminología.
Ahora mi interés estriba en aplicar toda esa experiencia en el mundo de la divulgación científica a otros ámbitos dentro de la comunicación digital.