Resumen
Al resolver un caso de violencia de género, uno de los antecedentes de hecho de la sentencia 33/2011, de 5 de diciembre, del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña mencionó que los Mossos d’Esquadra (la policía autonómica catalana) realizaron una inspección ocular procediendo a aplicar reactivos químicos (Bluestar) al efecto de poder visualizar si había sangre, dando positivo e informando las médicos forenses que dicha cantidad de sangre era incompatible con la vida. Gracias a las series de televisión –y, en especial, a la franquicia de CSI en Las Vegas, Miami y Nueva York– nos hemos acostumbrado a ver cómo los departamentos de criminalística esparcen cantidades ingentes de luminol como reactivo para hallar restos biológicos de sangre. Entonces, ¿qué es el BlueStar? En el fondo documental del CENDOJ –donde recuerda que puedes consultar, gratuitamente, la jurisprudencia española– esta resolución del TSJ de Cataluña es la única sentencia que lo menciona.
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Hasta ahora, en las pruebas orientativas para localización de manchas de sangre utilizamos principalmente dos: la bencidina y el luminol. Así se expresó un agente de policía durante un juicio en el que se demostró la profunda limpieza llevada a cabo por el acusado (en palabras de la sentencia 3316/2006, de 30 de mayo, de la Audiencia Provincial de Pontevedra). Los agentes que intervinieron en la inspección ocular testificaron –literalmente– que el famoso luminol tiene muchas interferencias con la lejía, la bencidina no tanto (…) no puede olvidarse, que la lejía ataca la sangre, la degenera, con lo que sí puede ser que existiera una mancha pero que hubiera sido tan degradada biológicamente que a la bencidina dé positivo, pero la mandes a ADN y te diga que no ha salido ADN (…) máxime cuando ello se ha aplicado sobre un material poroso como es una plaqueta, con lo que podría ser sangre, pero tan degradada, que aún con las técnicas actuales que son muy sensibles ya no se pudiera hacer nada.
Para evitar esas situaciones, el BlueStar –que, en sentido estricto, no deja de ser el nombre comercial de una marca registrada como BlueStar® Forensic– es un nuevo reactivo, basado en el luminol, que los investigadores forenses utilizan para revelar las manchas de sangre que hayan sido lavadas, limpiadas o que sean invisibles a simple vista. Según su fabricante, se basa en la quimioluminiscencia y no altera el ADN de la sangre revelada.
Si el origen del luminol se remonta a 1853; el del nuevo reactivo tiene apenas una década: en el año 2000, Loïc Blum, profesor de bioquímica de la Universidad Claude Bernard (Lyón 1, Francia) recibió el encargo de encontrar una nueva fórmula a partir del luminol que eliminara todos sus inconvenientes (que los cambios de temperatura no afectasen a los resultados, que detectara las manchas más diluidas, que necesitara menos tiempo de exposición para reactivarse, etc.). El resultado es el que ahora comienzan a utilizar nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Bibliografía
Valladolid (Castilla y León | España 1969).
Escritor (director de Quadernos de Criminología | redactor jefe de CONT4BL3 | columnista en las publicaciones La Tribuna del Derecho, Avante social y Timón laboral | coordinador de Derecho y Cambio Social (Perú) | colaborador de noticias.juridicas.com); ha publicado en más de 600 ocasiones en distintos medios de 19 países; y jurista [licenciado en derecho y doctorando en integración europea, en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid | profesor de derecho constitucional, política criminal y DDHH (UEMC · 2005/2008)].
Sus últimos libros son Las malas artes: crimen y pintura (Wolters Kluwer, 2012) y Con el derecho en los talones (Lex Nova, 2010).
Este blog te acercará a lo más curioso del panorama criminológico internacional de todos los tiempos; y, si quieres conocer otras anécdotas jurídicas, puedes visitar el blog archivodeinalbis.blogspot.com