Resumen
Hay cosas que, se miren como se miren, no tienen razón alguna de ser. Todo viene a cuento de una noticia que ya me habían adelantado hace unas semanas, pero de la cual no se hizo eco hasta el pasado martes, a través de un comunicado emitido por la Asociación Catalana de Criminólogos en el que hacía pública la intención de la UB de crear una titulación de grado en seguridad que contaría con la colaboración del Instituto de Seguridad Pública de Cataluña.
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A la espera de que desde la UB o el ISPC se manifiesten sobre todas las informaciones relativas a esta magnífica ocurrencia de ponerles barreras a los propios alumnos que ellos forman en la titulación de criminología, habrá que ver que hay de cierto en todo lo que se ha dicho sobre la futura titulación.
Podrían salvarse o justificar la creación del grado siempre que no fueran ellos mismos los que mencionan explícitiamente entre las salidas laborales del criminólogo, que recogen en un cínico apartado titulado ¿De qué podrás trabajar?, puestos como la policía científica, la criminalística (algo que pongo en duda, más cuando solo existe una asignatura en la UB relacionada con ese campo, que es Medicina legal y Ciencias Forenses) o directivos de empresas de seguridad.
Así mismo, independientemente de que al final se implante o no el grado de seguridad, una cosa está clara de todo este propósito: en Cataluña (y quien sabe si en el resto de España) el criminólogo ni está, ni se le espera. Si había alguna duda sobre si desde los entes públicos relacionados con la seguridad contaban con nosotros, que una institución como el ISPC esté trabajando en la implantación de un grado como el mencionado es la confirmación de que no tienen ningún interés en incluirnos dentro de ningún espacio público.
Ante esta cruda realidad con la que nos topamos, como mínimo reclamo un poco de dignidad para todos, estudiantes de criminología y criminólogos ya licenciados, por parte de las universidades:
- Las que realmente consideran que el grado de criminología ni tiene ni tendrá salidas, por favor, eliminen el grado ya. Están provocando que una generación que se dedica en cuerpo y alma a esos estudios no tenga ninguna salida y desperdicie tiempo y dinero que podrían serle muy valiosos si los invirtieran en hacer otra cosa.
- Si, por contra, sí consideran que el criminólogo tiene salidas dentro del ámbito público, que es donde la mayoría nos han estado vendiendo la moto sobre las posibles salidas, por favor, dediquen una gran parte de su tiempo a que realmente eso que prometen se haga realidad.
He venido diciendo desde hace ya bastante tiempo que los criminólogos debemos trabajar en la exploración de otros espacios donde sí podemos ser bienvenidos. Una de las palabras que más nos gusta mencionar en criminología es el concepto de prevención. Investiguemos entonces qué vías laborales relacionadas con la prevención somos capaces de trabajar. Hemos adquirido una serie de habilidades que nos permiten abordar el conflicto social desde su fase más primaria. A partir de ahí, se nos abren vías más amplias que la propia gestión de la delincuencia a la usanza. El criminólogo debe, y puede, darle una vuelta de tuerca a su espacio dentro de la sociedad.
Sin embargo, que por lo menos a nivel personal me haya embarcado a embarcar esos campos más relacionados con el ámbito de la empresa privada no quiere decir que no me parezca indignante y vergonzoso por parte de la universidad plantearse tamaña barbaridad, más cuando es una de las universidades que lleva más años impartiendo criminología. La pérdida de credibilidad por parte de la UB aquí es importante, y puede suponerle un buen correctivo en los próximos años.
Me gustaría terminar con una visión positiva de la situación. La noticia ha provocado un mar de reacciones entre todo el colectivo de criminólogos que difícilmente habrá pasado desapercibido tanto en el ISPC como en la UB, y por la que la AIC ha convocado incluso una asamblea el próximo martes para reflexionar sobre los pasos a seguir de cara a que dicho grado finalmente no sea imlantado (Y en la que por el momento se ha confirmado la asistencia de más de 300 personas). Creo que este momento crítico puede ser perfecto por dos motivos:
- Para conseguir que todos los criminólogos nos unamos como nunca hasta ahora para conseguir decir en voz alta quiénes somos y qué somos capaces de hacer. A pesar de tratarse de un asunto que ahora mismo compete tan solo a una universidad y a la localidad de Barcelona, es algo que nos afecta a todos los criminólogos españoles y del resto de países donde también estamos luchando por hacernos un hueco. Se está poniendo en duda nuestra habilidad y capacidades para ejercer ciertas funciones para las que estamos plenamente preparados, y es algo que debería tocarnos la fibra más sensible como apasionados que somos por nuestra disciplina. Por ello, procuremos dar todo el apoyo que podamos al movimiento en contra de la aplicación del grado en seguridad. Ganamos todos.
- Para que, fruto de ese impacto que podemos conseguir con la multitud de reacciones, puedan darse nuevos espacios donde podamos darnos a conocer. Los que estamos dándolo todo por la criminología tenemos un perfil entusiasta de nuestra profesión, y si conseguimos transmitirlo mostrando nuestras capacidades, puede que se nos abran puertas inesperadas.
Sin perder en ningún momento el ánimo de diálogo con las partes implicadas, rechacemos frontalmente la implantación del grado en seguridad en la UB. Por amor propio, no hay otra opción.
Actualización a 17 de marzo
Hoy la Asociación Catalana de Criminólogos ha publicado una nueva nota en la que informaba sobre una reunión mantenida el pasado viernes con la Dirección General de Universidades y la UB, para abordar la tensión generada por la publicación por parte de la ACC de la intención de la Universidad de Barcelona y el Institut de Seguretat Pública de Catalunya (tema sobre el que ya me mojé ayer) de crear un grado en seguridad. Es una buena noticia (si bien se trataba de un condición sine qua non para que se encauzara el conflicto) pero hay una serie de cuestiones que me generan cierta inquietud y que creo que deberían ser respondidas en las próximas semanas:
1. ¿Por qué razón debería estar la UB molesta con las informaciones publicadas por la ACC el pasado martes? ¿Tanto les duele que se haga pública una información que, al fin y al cabo, no tiene motivos para no enseñarse de manera transparente, más viniendo de dos instituciones públicas como son el ISPC y la UB? ¿Cuáles eran los motivos de la opacidad con que se trataba el tema?
2. ¿Harán públicos desde la UB y el ISPC los documentos que menciona la ACC que no ha decidido mostrar por cuestiones éticas? Quizá sea precisamente la falta de información lo que ha provocado todo el conflicto generado, y sería un gesto positivo por su parte para enmendar el error cometido y recibir un feedback constructivo sobre el grado que pretenden poner en marcha.
3. ¿Cómo puede ser que a estas alturas, con todo el revuelo que ha suscitado el grado en seguridad, no haya habido todavía ningún comunicado ni por parte de la UB ni desde el ISPC,ni desde la Dirección General de Universidades? Desde la ACC se han apresurado a informar y ofrecer su versión con la mayor celeridad posible sabedores del cabreo generalizado entre el colectivo de alumnos de criminología, pero no parece haber reacción del otro lado. Deben tomar conciencia de que, a día de hoy, no solo la ACC está pendiente de sus movimientos, sino todo el estado e, incluso, en el ámbito internacional, donde empiezan a hacerse eco de lo que está sucediendo.
4. ¿Cómo puede ser posible que tuvieran intención de aprobar un plan de estudios que contaba con más de un 50% de materias coincidentes con el grado de criminología? ¿Saben ellos mismos lo que se hace realmente en criminología?
5. ¿El proceso de matización y reformulación del grado en seguridad se decidió antes o después de que por parte de la ACC se informara públicamente sobre las intenciones de la UB de crear el grado?
6. Si realmente el grado propuesto por el ISPC tenía un corte criminológico tan elevado ¿No sería interesante estrechar lazos con ellos mostrándoles que realmente el perfil que buscan lo pueden encontrar dentro del grado de criminología, complementándolo con alguna formación extra que no requiera tener que crear un nuevo grado?
7. Que el Director General de Universidades se comprometiera a buscar soluciones a la falta de reconocimiento en el sector público es siempre bien recibido pero ¿Cómo puede ser que no lo hubiera hecho hasta ahora, a estas alturas, en pleno 2013, cuando ya hace años que se viene denunciando por parte de los criminólogos la ausencia de salidas laborales en el ente público? ¿Significa eso que hasta ahora ni se había planteado el problema de las salidas laborales en criminología? Es para preocuparse.
Actualización a 18 de marzo
En respuesta a la tercera pregunta que planteaba ayer, desde la UB se ha emitido un comunicado dirigido a los estudiantes de grado de criminología de la UB. En el mismo, se acusa a la Asociación Catalana de Criminólogos de emitir "información falsa y absolutamente injuriosa": . Cuando se me pase la indignación que ahora mismo me invade tras haberlo leído, procuraré hacer una valoración sobre todo lo que se comenta. Por lo pronto, si querían calmar los ánimos con este escrito han conseguido lo contrario.
Bibliografía
Soy Licenciado en Criminología y Filosofía por la UAB. En 2011 fundé Criminología y Justicia, empresa dedicada a la divulgación de contenido de caracter criminólogico-jurídico que contó con la participación de más de 100 autores hasta su cierre en 2017. Durante ese tiempo se publicaron más de 1000 artículos que han recibido ya más de dos millones de visitas; se publicaron cerca de una treintena de libros, y también se organizaron diferentes eventos y congresos enfocados a divulgar la Criminología.
Ahora mi interés estriba en aplicar toda esa experiencia en el mundo de la divulgación científica a otros ámbitos dentro de la comunicación digital.