Durante los últimos meses, Cuba ha vivido una suerte de tornado de cambios políticos y económicos a todos los niveles. Después del final de la Revolución Cubana, en 1959, cuando el Movimiento 26 de Julio logra derrocar la dictadura militar de Fulgencio Batista, Cuba se constituye como un Estado marxista-leninista y pasa a formar parte del grupo de países afines a la órbita soviética durante la Guerra Fría. Sin embargo, después de 1991, cuando se produce el colapso y la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la isla cubana queda aislada política y económicamente como uno de los pocos países comunistas que quedan en el Planeta. Dicho aislamiento incrementa más, si cabe, con las leyes estadounidenses aprobadas a partir del 1992 destinadas a dificultar los intercambios comerciales de Cuba con otros países, el denominado “embargo a Cuba”.
No obstante, la historia reciente de Cuba ha dado un vuelto dramático durante los últimos años, y especialmente durante los últimos meses. Recientemente han tenido lugar eventos históricos como la aprobación en 2011 del turismo al extranjero y de la compra-venta de coches y viviendas, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos en diciembre de 2014, la reapertura de las embajadas estadounidenses en Cuba en julio de 2015, y especialmente la reciente muerte del que fue el máximo dirigente político de país entre 1959 y 2008, Fidel Castro, el pasado noviembre.
Carlos Pérez Padilla, agregado político de la Delegación de la Unión Europea en Cuba, ha vivido muchos de los cambios recientes en la política cubana en primera persona, pues es residente en La Habana, y además lo ha hecho con los ojos de una persona dedicada profesionalmente al análisis político y a las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Unión Europea. Por ese motivo, vamos a aprovechar esta ocasión para hacerle algunas preguntas sobre la situación actual en la República de Cuba.
Pérez Padilla es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante 2013 inició su carrera en las instituciones europeas trabajando para el eurodiputado Raül Romeva i Rueda. En 2014 trabajó para la Comisión Europea en el Foreign Policy Instruments. De finales de 2014 a principios de 2016 trabajó como asistente del Director General para Europa y Asia Central en el Servicio Europeo de Acción Exterior. Finalmente, desde marzo fue destinado por el mismo organismo a la Delegación de la Unión Europea en Cuba como agregado político.
P. Para empezar a entrar en materia, queríamos preguntarte cuáles son las funciones que se desempeñan desde la Delegación de la Unión Europea en Cuba, y concretamente, cuáles son tus tareas.
R: La Delegación de la Unión Europea en Cuba permite a la propia UE llevar a cabo un diálogo político y de cooperación con Cuba. Recientemente, el 12 de diciembre, se firmó de forma provisional el nuevo acuerdo que regirá las relaciones entre la UE y Cuba. La Delegación también facilita la coordinación de los 18 Estados Miembro presentes en Cuba a través de sus embajadas y la implementación de los fondos de cooperación bilateral asignados al país, 50 millones, así como de otros programas de cooperación como Horizonte 2020 o Erasmus +. En mi caso me ocupo del análisis político en general y soy punto focal para Derechos Humanos, género, Erasmus + y diplomacia cultural.
P. Como europeo residente en Cuba, ¿cómo describirías la situación política y económica en el país después del reciente fallecimiento de Fidel Castro?
R: La muerte del Comandante en Jefe Fidel Castro no es tan solo relevante a nivel cubano. Salvando las diferentes opiniones que unos u otros puedan tener de su figura, está claro que nos hallamos ante el fallecimiento de una de las personalidades más importantes del siglo XX, que ha dejado su huella en la historia. Si ese es el impacto que tiene para personas a miles de kilómetros de distancia de su Cuba natal, tenemos que entender que a nivel simbólico ha tenido un impacto mucho más fuerte en los cubanos. Los detractores de Fidel celebran en Miami mientras muestras de condolencias se suceden por toda la isla. Las “dos” Cuba se han visto seriamente afectadas. Sin embargo, Fidel Castro había abandonado el poder en favor de su hermano Raúl hace 10 años por lo que no considero que su fallecimiento vaya a tener un impacto de gran calado a corto plazo.
P. ¿Cuáles crees que serán los principales cambios políticos, económicos y sociales que se vivirán en el país durante los próximos meses?
R: Mi opinión es que 2017 va a situar a Cuba en un nuevo paradigma en sus relaciones con Estados Unidos. Este es un elemento importante para Cuba no solo a nivel internacional sino a nivel interno por los muchos cubanos que viven en el vecino país. Por lo demás, no espero grandes cambios, sino la continuación de los procesos que Cuba ha iniciado: el progreso del sector no estatal, la búsqueda de nuevos socios internacionales ante las crisis que afrontan aliados Latinoamericanos como Brasil y sobre todo Venezuela y medidas orientadas a desarrollar sectores económicos en alza como por ejemplo el turismo, entre otros.
P. ¿Cómo son actualmente las relaciones diplomáticas entre Europa y Cuba? ¿Y cómo crees que puede afectar la reciente elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos a dicha relación?
R: Las relaciones entre la Unión Europea y Cuba pasan desde el 12 de diciembre por un nuevo momentum político. La nueva firma del Acuerdo UE-Cuba ha permitido dejar atrás de forma definitiva la Posición Común de 1996 que había dañado severamente las relaciones diplomáticas entre la UE y Cuba. De facto, las relaciones se habían ido regenerando durante los últimos años. A la par que un diálogo político y de cooperación, la UE también mantendrá con Cuba un diálogo sobre Derechos Humanos de la mano del Representante especial de la Alta Representante, Stavros Lambrinidis. El junio pasado tuvo lugar la primera sesión de dicho diálogo en Cuba.
Sobre la influencia de Estados Unidos tan solo decir breve y concisamente que la UE tiene una acción exterior independiente de Estados Unidos. Esto, por supuesto, no obvia que cualquier acción de Estados Unidos en cualquier parte del mundo y en relación a cualquier país siempre tiene un impacto ante terceros dada la importancia de este país.
P. En Criminología se ha prestado mucha atención al estudio de las diferencias entre la criminalidad en los países con sistemas capitalistas y socialistas, y especialmente a los cambios en las dinámicas criminales durante transiciones políticas entre uno y otro sistema. ¿Cuáles crees que son los principales problemas de criminalidad en la actualidad en el país?
R: En primer lugar, debemos matizar que Cuba no se encuentra en un proceso de transición sino de actualización de su sistema político y económico. En el caso de Cuba, pese a que los datos son de difícil o imposible acceso, la ONU considera que Cuba tiene la criminalidad más baja a nivel regional. Sorprende que pese al auge exponencial del turismo no exista un incremento de la criminalidad asociada al mismo (como sucede en otros países). La estructura social de Cuba, con Comités de Defensa de la Revolución a nivel local que ejercen también una función de vigilancia en la comunidad, una policía revolucionaria con gran acceso a información, un código penal duro, edad de imputabilidad de 16 años y el severo castigo de la reincidencia se suelen esgrimir como factores relevantes para explicar esta situación.
P. ¿Consideras que existen diferencias importantes entre la delincuencia en España y en Cuba? Y, yendo un paso más allá, ¿consideras que existen diferencias importantes entre la delincuencia de los países capitalistas y la de países con sistemas socialistas como Cuba?
R: Que existen diferencias es innegable. Cuba es una isla y como tal tiene una capacidad de control de muchos factores asociados a la criminalidad. Por ejemplo, el consumo de drogas en Cuba está altamente controlado. Si esto está ligado a que se trata de un sistema socialista en vez de capitalista ya no lo tengo tan claro. Vemos que muchos países antiguamente socialistas (antiguos miembros de la URSS) registran ratios de criminalidad elevada.
P. En relación a la respuesta penal ante la criminalidad, y aprovechando que también tienes conocimientos en Derecho gracias a tu formación universitaria, ¿cuáles crees que son las principales fortalezas y debilidades de los sistemas jurídicos-penal y penitenciario en Cuba?
R: El sistema judicial cubano está formado por amplios profesionales que se nutren de una educación universitaria de calidad en materia de Derecho. Esto permite la existencia de buenos profesionales del Derecho, un elemento muy necesario en cualquier sistema jurídico.
Una de las diferencias más notables entre nuestros sistemas jurídicos es que en Cuba no existe la libre designación de abogado. La única opción es contratar a los abogados del estado (Organización de Bufetes Colectivos). Esto provoca que, hasta cierto punto, una persona al lidiar con su defensa se ve inmerso en un proceso en que el “superior jerárquico” de todas las partes implicadas es el mismo: juez, fiscal y abogado cuelgan del Ministerio de Justicia. Esto sorprende a alguien acostumbrado a que la profesión de abogado se ejerza de manera mucho más autónoma orgánicamente que en el caso cubano.
P. ¿Cuál es la situación actual de la pena de muerte en Cuba? ¿En qué casos se aplica? ¿Cómo crees que es la opinión política y ciudadana respecto a su abolición?
R: En la actualidad hay una moratoria en relación a la pena de muerte. No dispongo de datos sobre la opinión pública cubana al respecto.
P. Para acabar, me gustaría preguntarte por la existencia de estudios universitarios en Criminología en Cuba.
R: Existen estudios de Criminología en Cuba. Hay un departamento responsable de tal materia en la Universidad de la Habana. Esta universidad es de gran prestigio internacional. Desde la Delegación de la UE siempre estamos impulsando nuevos partenariados entre universidades europeas y cubanas para garantizar intercambios de estudiantes, investigadores y profesorado. Es muy posible que existan este tipo de intercambios en Criminología.
De profesión: investigador predoctoral de la Universidad de Manchester y colaborador del Centro Crímina para el estudio y prevención de la delincuencia de la Universidad Miguel Hernández.
De formación: Graduado en Criminología por la Universidad Autónoma de Barcelona, Máster en Análisis y Prevención del Crimen por la Universidad Miguel Hernández y estudiante de doctorado en la Universidad de Manchester.
De pasión: amante de la literatura, el arte y la política, pero sobre todo de la relación entre los anteriores.