Diario de un preventivo (40)

El sábado por la mañana, al igual que todos los demás fines de semana, llegaron dos abogados jovencillos que colaboran con una Ong de la que no tengo ni zorra como se llama; creo que es una de estas que ayudan a los drogodependientes o algo así.

Artículo completo

Patieaba en esos momentos con el Panamá y un gitano llamado Yayo, uno que se cepilló a dos sin contemplaciones; le debían una merca que habían adquirido en su poblado. El caso es que los habituales del curso subieron, entre ellos el Yayo. Pero cuando alguien se acercó a comentarnos, que dichos abogados habían venido acompañados de un expreso para dar una charla, pregunté si podíamos asistir. Sin problema, nos respondieron. Así que el Panamá y yo subimos, a ver de qué iba la charla; no teníamos nada mejor que hacer. Era finde.

Nos reunimos una docena, más o menos. El conferenciante era un menda ya entrado en años, rondando la cincuentena, algo calvillo pero bien mantenido. De sonrisa sincera, y habla fácil, se presentó y nos contó su experiencia vital en la cárcel. Parece que había recorrido un total de nueve, y cuando salió, siguió metido en el mismo mal rollo en el que estamos todos los que le escuchamos: montó una página de ayuda a los presos y sus familias, una página taleguera.

Joder con el tío: le dan palo, y cuando puede zafarse de esta mierda, pide más. ¡Qué ganas! Y encima, el Yayo no paró de darle por culo: qué en que talegos había estado, qué en cuales módulos, que si se había enfrentado a lo jichos, que si había tenido movidas con la peña, o sea, que al Yayo no le moló y le pareció un gil o un pijo, pero no paró de tocarle los cojones. El resto de la peña bien. Le preguntamos, nos contó, y por lo que nos explicó, el proyecto ese de la web mola.

Se la recomendaré a Patricia cuando hable con ella, aunque no sé… ésta es muy suya y quizás no le gusten estas cosas. Por cierto, la muy cabrona no apareció este finde. Menos mal que vino mi madre con mi amigo Manolo. Pati está que echa chispas con lo de la banda organizada; además, tenía que ir con el niño al cole.