Resumen
En su empeño por alcanzar el máximo rigor científico en la elaboración de perfiles psicológicos de delincuentes violentos, los casos elegidos por el perfilador psicológico han de compartir dos características muy concretas: su relevancia y su naturaleza.
Deben ser relevantes por la gravedad de los actos que se contemplan y por las consecuencias que de ellos se derivan. Los casos, delitos violentos como el homicidio y la agresión sexual, muestran variedad de agresores que eligen diferentes tipos de víctimas y que las agreden utilizando diferentes estilos para las mismas conductas, de tal modo que evidencian ser diferentes personalidades que llevan a cabo muy similares comportamientos. Son hechos que provocan un gran sufrimiento a las víctimas y a su entorno, cuando no la muerte, a la vez que provocan un gran daño a la sociedad en la que suceden, que ve mermada su libertad y su derechos fundamentales a la vida y a la seguridad.
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Son relevantes también porque mientras no sean esclarecidos, es decir, mientras se desconozca la identidad del agresor que los cometió y, mientras esa identificación no se produzca, será muy difícil evitar que cometan otros delitos, que se produzcan nuevas víctimas y que siga habiendo vidas en peligro. Cada nuevo delito producido se convierte en un fracaso del Estado de Derecho por salvaguardar a los ciudadanos de un mal que se pretende evitar y contra el que despliega una gran cantidad de medios humanos y materiales.
La segunda característica mencionada es la naturaleza de los casos. Nos encontramos ante individuos que a lo largo del tiempo cometen agresiones graves en las que es posible distinguir dos aspectos fundamentales del campo del profiling delictivo: el modus operandi y el sello personal. El modus operandi es aquello estrictamente necesario para cometer el delito y obtener éxito en su comisión, mientras que el sello personal es todo aquello que no es necesario llevar a cabo para la comisión del delito con éxito pero que cumple alguna función de satisfacción de pulsiones o motivos del perpetrador. El modus operandi es un factor que evoluciona según aumenta la experiencia del delincuente y perfecciona su método de actuación. El sello personal es un factor que evoluciona según evolucionan las motivaciones y necesidades del agresor.
Cualquier delincuente, para cometer un delito y tener éxito en su acción, debe ejecutar el mismo modus operandi exitoso cada vez, con las modificaciones precisas para adaptarse a las condiciones específicas del contexto, por lo que teóricamente un modus operandi efectivo no diferenciará esencialmente a diferentes delincuentes; sin embargo, el sello personal es propio e identificativo de cada agresor, ya que satisface motivaciones íntimas y personales de cada individuo.
El sello personal permite la elaboración del perfil psicológico de aquel que lo muestra y caracteriza; el modus operandi no permite hacer una identificación tan precisa, aunque es necesaria su aportación para precisar el perfil.
La naturaleza de los casos a investigar es útil, metodológicamente hablando, porque sirve tanto para generar como para comprobar hipótesis. Son casos que cumplen la doble condición de ser genéricos e instrumentales. Genéricos porque ilustran acerca de una característica que se encuentra en otros casos similares, como puede ser el que prácticamente todos los casos de agresión violenta muestren el sello personal de los agresores, que es único para cada uno de ellos. Instrumental porque a través de ellos se ilustra una teoría o conjunto de proposiciones sobre el funcionamiento de un fenómeno, como es la elaboración del perfil psicológico del agresor desconocido y los demás métodos policiales empleados en su investigación.
En cualquier caso, el estudio pormenorizado de casos permite, gracias al alto valor en aprendizaje del método, compararlos con otros casos similares y que compartan características tales como la ya definida diferenciación entre modus operandi y sello personal.
Los casos investigados, según se sostiene en esta línea argumental, no siguen la lógica de la representatividad estadística. No son una muestra cuyo análisis permita extraer unas conclusiones generalizables a la población de la que fueron extraídos; su representatividad es analítica porque representan situaciones ideales en las que comprobar una serie de proposiciones como son que del análisis psicológico de los datos extraídos de la investigación de un delito violento se puedan obtener características acerca del supuesto autor del mismo y que permitan identificarle lo antes posible, para evitar que cometa nuevos delitos y para esclarecer los ya cometidos por él.
La generalización de estos casos no va dirigida a una población o universo, sino a la teoría que postula que de las características que definen una agresión cometida por uno o varios agresores se pueden inferir características que de algún modo permiten identificar el tipo de individuo que pudo haberlo cometido y, desde ahí, los policías pueden identificar al agresor con el objetivo de proceder a su detención y puesta a disposición.
Cada caso elegido se convierte así en un experimento que permite afianzar la teoría que sustenta su investigación.
Como caso analítico que es el delito, no se trata de detectar el caso entre un universo de ejemplares. De hecho, el caso viene siempre dado por la realidad en que tiene lugar. Lo que sí se investigan son sus causas y sus efectos.
Estos casos, dadas sus características de relevancia y naturaleza, permiten la comprobación de la teoría de la investigación psicológica de los delitos violentos, también denominada criminal profiling, confrontándola directamente con la realidad más cruda a la que pretende hacer frente. Facilita la repetición del método en todos los casos de agresión violenta que se produzcan, incluso en aquellos que sean de episodio único, en los que el agresor no reincide, por los motivos que sean.
Los casos son similares y permiten la observación y el análisis del mismo fenómeno en diferentes casos, que, aunque parecidos, son únicos, como ya se ha señalado. Podrían ser denominados casos paralelos porque se asemejan en una característica principal, la clave de la investigación psicológica del delito, como es que en todos ellos es posible distinguir entre modus operandi y sello personal que, como se indico anteriormente, son dos factores con implicaciones investigadoras diferentes pero complementarias.
No se comparan unos delitos con otros salvo en la estructura derivada de la diferenciación entre modus operandi y sello personal porque, aunque los modus operandi son muy similares, los sellos personales son absolutamente diferentes y exclusivos, únicos para cada agresor.
Bibliografía
Tres décadas de experiencia en la aplicación de la Psicología y la Criminología en la investigación criminal. Creador de la Sección de Análisis de Conducta en Policía Nacional de España y del Método VERA de perfilación criminal. Actualmente, es Coordinador Académico del Máster Universitario en Investigación Criminal de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).