Resumen
“Doce millones de personas siguieron el debate entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, candidatos del PP y PSOE respectivamente a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales. El único cara a cara en esta campaña previa al 20N cosechó una cuota de pantalla del 54.2%”
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Sin embargo, a mí me dejó un poco fría, con cierta desilusión. Entiendo que el tiempo es limitado y lo importante en estos momentos, es la crisis o más bien cómo salir de ella, pero durante este debate no se hizo una sola alusión o referencia a la justicia, supongo que tampoco se habló de otros temas importantes, pero ya sabéis que mi tema es la justicia, pero la JUSTICIA con mayúsculas. ¿Acaso no interesa al menos tanto como parece? Porque en campaña y precampaña lo de prometer penas más duras, es algo que se lleva mucho, porque entre otras cosas “vende”, es una medida populista que permite arañar muchos votos pero a la hora de la verdad, no se “mojan”….
Ya sé que en los programas electorales de los partidos hay referencias a la justicia pero la mayoría para mi son tan ambiguos como imprecisos, lo que me produce un miedo terrible, ya que hay ciertas cosas que no se han solucionado y con las elecciones anticipadas han quedado ahí, en el “limbo”.
En primer lugar y respecto a la Justicia actual, que ya tenemos y que a algunos les toca sufrir muy de cerca, me pregunto ¿qué van a hacer con la Oficina Judicial? Un lastre que tenemos en Burgos y en Murcia y que no debe ir tan bien como algunos afirmaban últimamente, y el mayor ejemplo es que aún no se ha extendido a ninguna otra ciudad. ¿Pero y digo yo, los que ya la tenemos encima qué culpa tenemos? Y es que el gran problema fue pretender cambiar una forma de trabajar del siglo XVIII a una justicia supermoderna del siglo XXI de golpe y porrazo porque como alguien sabio dijo alguna vez: “las prisas son malas consejeras y luego pasa lo que pasa”.
Oí hace poco a un político decir “que había que repensar la oficina judicial”, ojala supiéramos lo que significa porque quizá a muchos nos daría tranquilidad. Pero hay otro tema peor ¿Qué pasa con los ciudadanos? Pues que ellos no entienden de cambios, reformas, para ellos solo se traduce en lo de siempre una justicia mala, lenta y poco satisfactoria, algo a lo que para nuestra desgracia, parece que ya se han acostumbrado y lo consideran algo típico y normal, y para lo colmo a los que señalan como culpables son como es lógico a los que tienen mas cerca: los profesionales de la justicia, por eso su descontento va en aumento.
En segundo lugar, hecho en falta lo de siempre, que por fin se tome en serio la regulación de la Justicia Restaurativa. Pero claro, también muchos tenemos miedo, porque si plantean su regulación exclusivamente (como afirman algunos) como una forma de reducir la litigiosidad para agilizar los juzgados y hablando solo de mediación, es un tremendo error que demuestra poco conocimiento de las prácticas que a nivel internacional ya hay en este tema.
Puede que cuando los procesos restaurativos estén plenamente implementados en nuestro sistema, ayuden a agilizar los juzgados pero ahora los escasos asuntos derivados lo hacen irrelevante, lo importante es que cualitativamente estos procesos sean provechosos para las personas, que el ciudadano se sienta más satisfecho, que se atiendan mejor sus necesidades y así su imagen de la justicia se vea mejorada. Porque una cosa tengo clara después de años de contacto con el ciudadano, si se les dice que se va a agilizar los juzgados, lo primero que van a pensar es “que estos jueces y funcionarios quieren trabajar menos” y esta no es la imagen que queremos transmitir ¿verdad?
Una de las jueces que colabora con nosotros, así también lo ha sabido ver, recuerdo que me dijo: “ si yo como juez parezco la más interesada en que las partes participen en un proceso restaurativo, corro doble riesgo que piensen que quiero quitarme el trabajo de encima y que además se sientan obligados porque lo recomienda la juez” por eso deben apoyar, ser defensores de esta forma de ver la justicia porque todo lo que es bueno para el ciudadano y mejora la justicia, debe tenerse en cuenta pero no deben implicarse de forma directa y total. Esta debería ser la esencia según la normativa actual internacional porque al paso que vamos serán los jueces los que hagan mediación penal y entonces ¿en qué cambiarían las cosas?
Esto me lleva a otro problema que espero se resuelva de forma exitosa en una futura e hipotética legislación, no sé por qué, automáticamente se relaciona justicia restaurativa y mediación penal como si fueran sinónimos y esto no es del todo cierto. Es verdad que hay coincidencias por cuanto la mediación penal es una herramienta de la justicia restaurativa, aunque no la más restaurativa y muchas habilidades de una son compartidas por la otra, pero también hay diferencias importantes, algunas de ellas son las siguientes:
Los mediadores son neutrales, los facilitadores de la justicia restaurativa tienen una “parcialidad equilibrada”, no pueden ser parciales y neutrales sobre el daño pero si deben prestar apoyo y atención por igual a todas las partes.
En la mediación muchas veces las reuniones por separado no son muchas, en cambio en los programas de justicia restaurativa la preparación individual es esencial
Muchos procesos de mediación tienden a estar más centrados en el resultado. Con la Justicia Restaurativa, la transformación de las relaciones y el proceso en sí, es más importante que el resultado
Lo más interesante es que la Justicia Restaurativa no es un proceso especifico sino un conjunto de valores y principios para entender el daño qué causa el conflicto, sea o no delito y poder abordarlo. Además de la mediación hay otras herramientas, que por su carácter inclusivo (ya que participa también la comunidad) son más restaurativas y favorecen una mejor satisfacción no solo de la víctima directa sino de las indirectas.
Por eso, ahora que se está debatiendo en el Parlamento Europeo, una nueva directiva sobre víctimas me preocupa las no referencias a justicia de los políticos, al menos en el debate que presenciamos el otro día. Esta nueva directiva entre otras cosas hará referencia a mediación, eso sí, penal y a otros procesos restaurativos. Mi esperanza es que no se haga mercadeo con un tema tan importante y cuando se regule en nuestro país, se haga con acierto. No se trata de sustituir totalmente nuestro sistema de justicia actual sino de dotar al actual de mecanismos que favorezcan la mejor atención al ciudadano y sobre todo, que no se sientan “abandonados” en medio de la incomprensible (para muchos) maquinaria judicial.
Se trataría de dar a las victimas lo que les pertenece por derecho su problema, su conflicto….dándolas a su vez, voz y opinión, de procurar una sociedad menos crispada, y de dar una oportunidad al infractor de arrepentirse, reparar el daño que causó y cambiar. Solo con uno que lo haga, me sentiré mucho más segura ¿vosotros no?
Bibliografía
Follow @VirginiaDomingo (Burgos, 17 de mayo 1975)
Soy periodista frustrada, estudié derecho, por defecto y a pesar de todo, me gustó. Fui durante más de ocho años Juez Sustituta, lo que me hizo ver la realidad de la justicia y su falta de humanidad, así llegué en el 2004 a la Justicia Restaurativa. Actualmente soy la coordinadora del Servicio de Mediación Penal de Castilla y León (Burgos) y presidenta del Instituto de Justicia Restaurativa-Amepax ( la entidad que proporciona este servicio). Soy experta y consultora internacional en Justicia Restaurativa. Mediadora Penal y Presidenta de la Sociedad Cientifica de Justicia Restaurativa. Miembro del Comité de investigación del Foro Europeo de Justicia Restaurativa, participo regularmente en las reuniones de este Foro y he ofrecido varias charlas a nivel internacional, asimismo he realizado diversos trabajos de investigación sobre Justicia Restaurativa y mediación en materia penal. Y sigo luchando porque se regule la Justicia Restaurativa como un derecho más para las victimas de cualquier delito con independencia del lugar donde lo sufran.