Resumen
En tiempos presente podemos pensar que el uso del ADN (Ácido Desoxirribonucleico) en cuestiones forenses, criminalísticas o simplemente personales siempre ha sido rutinario o común. Sin embargo, haciendo una revisión de la historia es importante señalar que esto no fue así. Son muchos los registros de casos que al requerir una prueba de ADN y no poder realizarse por razones personales, económicas o tecnológicas quedaron aparentemente en el olvido.
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Tal es el caso de una prueba de paternidad mediante ADN que fue solicitada NUEVE AÑOS después de que la persona había fallecido. La ubicación histórica nos plantea para el año 2001, donde en muchas partes de nuestro país no era común aún el uso de la prueba de ADN para la identificación humana o para el establecimiento de las relaciones biológicas de parentesco; eran solo pocos laboratorios que existían en el país o bien algunos se estaban colocando en diversos estados de la república.
Tal fue el caso, que en una ciudad del centro norte del país, se requirió una prueba de ADN para establecer la posible relación biológica existente entre un menor de edad recién nacido y el probable padre que acababa de fallecer. Existían dos premisas principales: siendo migrante y trabajador legal en Estados Unidos contaba con un seguro de vida por el trabajo que realizaba en la construcción, el cual se hacía extensivo a sus familiares directos. Por otro lado, la madre biología del menor, habiendo apenas llegada a Estados Unidos y sin haber formalizado legalmente la relación de pareja con el fallecido no pudo comprobar la relación biológica existente que decía tener su hijo con el finado. Esto provoco que la compañía de seguros pusiera un sinnúmero de excusas para poder otorgar el pago de la póliza del seguro de vida, por lo que la joven madre y el recién nacido quedaron en estado de indefensión.
Iniciando el juicio en Estados Unidos y con el traslado del cuerpo del presunto padre a su ciudad natal en México, inicio un largo proceso para la joven madre a quien le fue solicitada una prueba de relación biológica por ADN para que se pudiera comprobar el vínculo paterno entre su menor hijo y el finado, dado que en ese tiempo era muy difícil el acceso de este tipo de pruebas como ya se explico en líneas anteriores, se optó por parte de la señora buscar otros medios para probar esta supuesta relación.
Tuvieron que pasar NUEVE AÑOS para que un tribunal mexicano pudiera participar en este proceso de demanda ante la compañía de seguros norteamericana y permitiera que se hiciera la exhumación de los restos del fallecido; iniciando con esto una salida bastante positiva para la señora y ya su joven hijo.
Criminalísticamente se presentaron varios restos al momento de tener a la vista la tumba donde se encontraban los restos, ya que peculiarmente esta se encontraba no en el suelo sino en una cripta hecha de cemento, el féretro era de metal y sumado el tiempo que había pasado se presentaron diversas condiciones bioquímicas en un ambiente anaerobio que propiciaron por un lado la aparición de hongos descomponedores que cubrieron todo los restos con sus cuerpos fructíferos y la saponificación del tejido blando; por lo que las únicas muestras biológicas aparentemente viables a la vista de los expertos fueron los restos óseos, de manera especial los órganos dentarios molares y uno de los fémur del cuerpo.
En el laboratorio de genética forense, estas muestras fueron procesadas, así como las del menor hijo que correspondieron a células del epitelio bucal. Los resultados fueron bastantes positivos, ya que por un lado se logró la obtención de un perfil genético completo del menor hijo y por otro lado, después de someter los tejidos óseos a procesamientos especiales con buffers de extracción y otras sustancias químicas, se logro aislar una cantidad suficiente de ADN, aunque degradado, que permitió la obtención de un perfil genético parcial. Dicho perfil después de ser cotejado con el del mejor y habiendo realizado las operaciones estadísticas correspondientes para el cálculo del índice de paternidad dieron un resultado de INLUSIÖN, si existía relación biológica de parentesco de tipo paternidad entre el occiso y el menor.
El manejo adecuado de las muestras, así como un procesamiento adecuado dentro del laboratorio de genética permitió que se obtuvieran estos resultados. Después de un largo caminar de esta joven madre pudo comprobar que efectivamente, nueve años atrás el hoy occiso había dejado esa póliza del seguro de vida a sus familiares directos y se encontraba como único heredero su hijo recién nacido. La compañía de seguro después de más trámites hizo válida la prueba realizada en México y opto por otorgar el pago correspondiente al menor.
Siendo la prueba de ADN una de las técnicas actuales con mayores avances no solo tecnológicos sino de precisión, es importante analizar los alcances que pueden presentarse, ya que no solo se usan para el establecimiento de paternidad o maternidad entre dos personas vivas, sus implicaciones pueden ir mas haya y tener efectos muy positivos como el de este caso.
Valga pues la reflexión en relación a este tipo de muestras biológicas complejas desde el punto de vista criminalístico y también el impacto social que tuvo la presente probanza para la vida de una joven madre y su menor hijo. GENTEST® SOLUCIONES CON CIENCIA.
Bibliografía
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