Resumen
El ser humano es un ente complejo en su dualidad sustancial, la conducta que muestra en diferentes contextos, dan muestra de la gran variedad de estados mentales en los que se puede involucrar; lo que en ocasiones requiere de un análisis y tratamiento especializado mediante la aplicación del conocimiento científico según cada caso en particular.
Se sabe que la aplicación de estrategias en diversos momentos de la vida del ser humano, pueden ser la base del desarrollo de la personalidad adaptado a la sociedad, para que no se muestre como enemigo potencial de ésta, pues deberá contribuir a la conservación y optimización de las instituciones que permiten una vida social adecuada.
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No obstante, el pensamiento del hombre es algunas veces materializado mediante actos que son nocivos a la sociedad y a su entorno, formándose individuos con resentimientos muy arraigados; así también, encontramos en la gran diversidad humana, personalidades caracterizadas por un carácter manipulable y manejable, con alta predisposición en la comisión de conductas antisociales.
Respecto a este fenómeno, poco o nada, se ha hecho de manera tangible en nuestra sociedad, ya que no existen programas de prevención y tratamiento de conductas antisociales que permitan vislumbrar tales aspectos; que ocasionan graves problemas a los sujetos que las cometen, pero que laceran dolorosamente a quienes son víctimas de su comportamiento.
Basado en los presupuestos antes expuestos, la Ingeniería Ortoconductual es concebida como la aplicación del conocimiento científico, en el análisis y tratamiento de la conducta del ser humano, en consecuencia debe ser entendida como se describe a continuación:
Ingeniería Ortoconductual. Es el conjunto de estrategias epistemológicas, dirigidas al análisis y tratamiento de la conducta del ser humano, a efecto de encauzarlas hacia una adecuada convivencia social y la prevención de personalidades antisociales, con el propósito de lograr la ortoconducta de acuerdo con los contextos de aplicación.
Estrategias epistemológicas
Para efectos del tema que aquí se trata, la epistemología es el estudio del conocimiento científico, a partir de la premisa del objeto que se percibe y que por consiguiente se conoce de manera sensible; que se abstrae y codifica por medio de la actividad psíquica del ser humano, para su aplicación a un fin determinado. Es decir, todo el conocimiento que aportan las ciencias de análisis y tratamiento de la conducta del ser humano, debe ser aplicado mediante estrategias diseñadas de acuerdo con el contexto en el que se encuentre el sujeto que se pretende tratar. Tales contextos, son muy diversos, pues el análisis y tratamiento de la conducta es requerido, según la personalidad del sujeto objeto de estudio.
Relativo a lo anterior, es menester señalar que la Ingeniería Ortoconductual, aplique todo el cúmulo de conocimiento de las ciencias encargadas del estudio de la conducta del ser humano, como la psicología (en todas sus ramas), la criminología, la psiquiatría, la pedagogía, la andragogía, la sociología y la filosofía por señalar tan solo algunas.
En este estudio, nos apegamos al sentido que los positivistas lógicos atribuyen a la epistemología, en cuanto, que se encarga del estudio del conocimiento en su contexto de justificación, es decir, que solo se refiere a las hipótesis y teorías ya aceptadas en cada ciencia.
En este punto es pertinente señalar que la Ingeniería Ortoconductual como tal, surge y se desarrolla (de acuerdo con la epistemología), desde su contexto de descubrimiento, (ya que estamos ante el acto de concebir y construir esta conceptualización), lo cual no debe confundir al lector, pues el contexto de justificación se refiere a la aplicación del conocimiento de las ciencias conductuales ya enumeradas.
Análisis y tratamiento de la conducta
La individualización del análisis y tratamiento de los sujetos con problemas de conducta, es tema neurálgico para la Ingeniería Ortoconductual, pues aunque uno de los fines es que dichos sujetos sean integrados a una vida “normal”; en el análisis y tratamiento se debe considerar de manera importante la individualización.
Este principio aplica a todos los contextos y niveles de tratamiento, pues la experiencia ha permitido conocer que en algunas instituciones que atienden problemas de conducta (en diferentes niveles y contextos), se realiza de manera grupal, lo cual en primera instancia no resulta conveniente, pues en el caso concreto de las escuelas de educación especial; esto provoca el desorden y el caos del grupo, lo que como consecuencia acarrea más problemas de conducta con los otros miembros de dicho grupo, que están en ese lugar por problemas del lenguaje o de aprendizaje (ocasionado por causas diferentes a los problemas de conducta). Es pertinente agruparlos, pero aun así, los sujetos con problema de conducta requieren de una atención especializada en ese sentido, así que la socialización y resocialización debe iniciar de manera individualizada y posteriormente integrarlos en grupos una vez que hayan sido analizados y tratados mediante las estrategias pertinentes.
Por otro lado, en los centros penitenciarios existe una ingente ausencia de coordinación, creación y aplicación de programas de resocialización del delincuente; en las cárceles el primer problema en este sentido, es que el sujeto no es sometido al análisis y tratamiento de su problema de conducta, esta es la razón por la que el sistema penitenciario ha fracasado en su cometido de resocialización. Es innegable que se transforma la conducta del ser humano en esos tópicos, pero dicha transformación es nociva y nada conveniente.
Adecuada convivencia social y la prevención de personalidades antisociales
La ética carece de universalidad sociológica, está supeditada a un lugar y tiempo determinado, existen ciertas conductas que en un mismo tiempo, no tienen la misma aceptación en las diversas sociedades. De la misma manera la adecuada convivencia social dependerá de las condiciones que la propia sociedad establezca en tiempo y espacio determinado.
Basados en estas premisas, debemos entender como adecuada convivencia social, la interrelación de los miembros de una sociedad, en la que se encuentren convenidos expresa y tácitamente: usos y costumbres que permitan la tranquilidad y bienestar común.
Al tratarse el tema de la prevención, se debe precisar claramente el significado de prevenir. Así tenemos, que prevenir es el no permitir que alguna situación llegue a suceder, en virtud de que ésta es inconveniente. Cuando se tiene la certeza de que un sujeto, manifiesta predisposición para convertirse en peligroso y nocivo para la convivencia gregaria, se deben desarrollar los mecanismos que permitan evitar que eso indeseado suceda.
Por tal motivo la Ingeniería Ortoconductual, deberá estar en posibilidades de prevenir las conductas antisociales, por lo que no deberá desatenderse ningún problema de conducta que el sujeto manifieste desde su desarrollo en la niñez y su convivencia en la vida familiar y social.
Ortoconducta
La Ortoconducta es el medio para lograr la prevención y corrección de las conductas delictivas, es decir, la detección, la prevención y corrección temprana de conductas disóciales, que pudieran ser generadoras potenciales de conductas antisociales.
Por lo tanto, tenemos que la Ortoconducta es el conjunto de acciones, encaminadas hacia la prevención y modificación de la personalidad disóciales y antisocial, además de aquellas conductas socialmente inaceptadas.
La Ortoconducta es el resultado esencial inmediato de una correcta aplicación de la Ingeniería Ortoconductual, ésta última es el medio por el cual se deberá lograr la prevención y modificación de la conducta de los sujetos con problemas de este tipo, sin importar la edad y el contexto, por eso es conveniente la aplicación de estrategias, basadas en las ciencias que desde diversos enfoques se encargan del estudio de la conducta del ser humano.
Contextos de aplicación
Aunque no se pretende en este momento, realizar un recuento de la evolución psicológica del desarrollo de la personalidad del ser humano, si resulta importante señalar algunos contextos, que se presentan con mayor frecuencia, (pero esto no significa que sean los únicos), analicémoslos someramente a continuación.
Familia. Desde edades tempranas el ser humano puede mostrar rasgos de problema de conducta, pues se sabe que desde la edad de dos años, el ser humano esta dotado de una carga considerable de agresividad, a la cual se debe prestar especial atención, ya que si es ignorada existe la posibilidad de que dicha agresividad se fije de manera importante en la personalidad del niño (en desarrollo), lo que podría evolucionar en actos de violencia.
Escuela. La experiencia nos ha permitido conocer que los niños en edad escolar, que tienen problemas de aprendizaje, en gran número de los casos se debe primeramente a problemas de conducta, lo que de primera impresión nos refleja la imitación (en ocasiones violenta) de su primer entorno (la familia) y a la falta de atención de los padres (o los que ocupen su lugar a la falta de estos), los niños en este periodo de su vida presentan rasgos de violencia importantes, de falta de respeto a la autoridad, desafiándola a cada momento, su comportamiento pone de relieve la falta de empatía hacia sus compañeros de escuela; es a esta edad en la que empiezan a realizar pequeños hurtos a sus compañeros de clases, amenazan y someten a los niños que muestran “debilidad de carácter” o conductas pasivas.
Sociedad. En el momento en que los niños entran a la edad adolescente, sus cuerpos manifiestan cambios importantes a nivel orgánico (en el sistema endocrino y sistema nervios), lo que hace que en su gran mayoría se muestren con problemas de conducta; aunado a esto, se encuentra que el alcohol y las drogas, llegan a convertirse en parte de la vida que empiezan a descubrir, por “la falta de comprensión de la que son objeto” y que son un detonante de conductas nocivas. En este periodo de la vida se empiezan a tener problemas, violentando las leyes penales, primordialmente en la ejecución de delitos de homicidio, lesiones, robo, portación y posesión de armas de fuego, además de que son susceptibles a formar parte de la delincuencia organizada en cualquiera de sus formas.
Cárceles. Cuando los jóvenes forman parte de grupos de iguales, a los que en ocasiones denominan “familia” (que en realidad son pandillas) con las que buscan identidad y tratan de suplir el vacío que la familia de origen ha provocado; es común que sean recluidos en las cárceles, en donde el “sueño anhelado” de todo sistema penitenciario, es la resocialización del delincuente. Pero la realidad evidentemente es otra, es indefendible la afirmación de la transformación de la conducta de los jóvenes en prisión, sin embargo, no se presenta dicha transformación en el sentido deseado, ya que cuando estos jóvenes son ingresados a estos centros, se especializan en diversas actividades delictivas, pues se presentan casos en los que el delincuente es recluido por robo, pero en reclusión evoluciona y cuando alcanza su libertad, ya se ha convertido en secuestrador, extorsionador, formando parte o dirigiendo a grupos bien estructurados y jerarquizados para la comisión de delitos considerados graves.
Bibliografía
Licenciado en Derecho con Estudios en Psicología Educativa