Resumen
Cada vez que lees un periódico, ves las noticias en la televisión o las escuchas en la radio siempre hay crónicas de algún político o algún famoso que tiene problemas con la justicia: evasión de capitales, fraude fiscal, apropiación indebida, falsedad documental, malversación, prevaricación, tráfico de influencias, cohecho, estafa procesal, blanqueo de capitales y un largo etcétera, incluso sobornos y chantajes de por medio.
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Esta situación debería inquietarles ya que todos estos delitos conllevan pena de cárcel, sin embargo la mayor parte de los autores de estos ilícitos duermen tranquilamente en sus casas a la espera de un posible juicio que tal vez no llegue nunca porque alguna personalidad importante en materia judicial determina que no son delitos de importancia y no deberían ir a la cárcel ni pagar por ello.
Pero no nos angustiemos porque la justicia sí funciona, para aquellos que no viven en casas en la milla de oro de cualquier ciudad española, ni se van de vacaciones a gastos pagados por algún amigo super millonario ni conocen a personalidades importantes en la altas esferas de la economía y/o la política, la justicia cae con todo su rigor y dureza, aunque hayan pasado años desde la comisión del delito y ya estés reinsertado en la sociedad (¿no es esta la finalidad de la privación de libertad?), la ley siempre llega y darán con sus huesos en la cárcel. La comisión de cualquier delito, grande, pequeño, grave o absurdo siempre será perseguido y sus autores pagarán por ello, tarde o temprano, si no tienen un amigo en un bufete con vinculaciones importantes, si no maneja dinero del que mejor no preguntar de dónde ha salido, si no tienes un abogado de los de cinco cifras al mes que eso sí, sea capaz de descubrir una coma puesta en el sitio que no debe y así librarse de pagar por su culpa… si no eres de esos la justicia llegará y te arrasará.
Es una lástima que distintos fiscales (general, anticorrupción, antidroga…), abogados y jueces, vean siempre la paja delictiva en el ojo de unos y no la viga punible en otros.
Qué pena que los ricos no puedan disfrutar de la justicia que sí llega a los pobres.
Qué triste la injusticia que han de soportar los pro-hombres (y mujeres) de este país, siendo diferenciados del resto de compatriotas por algo tan tonto como cometer un delito. (Claro que hay que saber qué delito cometer y dónde para que esta injusticia se cometa contigo)
Bibliografía
Doctora en Sociología, especializada en desviación social y género.
Especialista en Investigación Criminal.
Apasionada de la justicia y la igualdad.
Intentando continuar la estela de las grandes mujeres y excepcionales penalistas Doña Concepción Arenal y Doña Victoria Kent en la creencia de que el delincuente (y la delincuente) es una persona y por ello su comportamiento y sus necesidades deben ser estudiados, conocidos y de ser posible (en la medida de lo posible) dar una respuesta y solución.