Resumen
Quien acceda a la producción científica en Ciencias Sociales, podrá ver que co – existen diversas corrientes de investigación y abordaje del objeto de estudio que se dan en el ámbito de dichas ciencias. A saber, y exclusivamente a los fines pedagógicos, nos centraremos en dos vertientes, marcadamente antagónicas o enfrentadas, que a la hora de hacer investigación o simplemente un acercamiento a su objeto de estudio, lo hacen en el marco de la corriente metodológica cuantitativa o la corriente metodológica cualitativa.
También se puede apreciar que algunas corrientes de pensamiento, se asocian a estos tipos de metodología, siendo el positivismo el que se acerca a lo cuantitativo, y el constructivismo, a lo cualitativo.
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Lejos de un debate estéril, creo que las Ciencias Sociales, deben lograr una síntesis y superar viejos antagonismos, basados en meros presupuestos, celos, preconceptos, y por supuesto, en prejuicios respecto de cada una de las metodologías enunciadas. Aquí nos propondremos, desarrollar brevemente cada tipo de metodología, el impacto que han tenido a nivel científico, y obviamente, un acercamiento a la situación actual en lo que hace a la cuestión criminal, desde cada uno de los enfoques, para intentar una síntesis sobre el mismo. A tales fines, deberemos principalmente, hacer hincapié en lo que en metodología y epistemología, se llama “La contradicción interna de la Ciencia”, ya que creo que aunque no se esté haciendo ciencia propiamente dicha en el abordaje de un objeto de estudio en la práctica profesional cotidiana, sí se lo aborda desde un punto de vista delimitado, y por lo tanto, el investigador o profesional, no es neutro como así tampoco lo es el objeto de estudio.
Haciendo historia. Métodos para aplicar creencias
La Ciencia, siempre ha ido evolucionando o involucionando, de acuerdo a los distintos momentos socio – políticos que se fueron dando en la Historia. Si bien tenemos una gran producción y adelantos en la Antigua Grecia, luego vemos que dichas producciones se ven opacadas o dejadas de la lado en al Edad Media. Es decir, que los adelantos científicos o las Revoluciones Científicas (en palabras de Bachellard) se dan íntimamente relacionadas con el momento histórico contextual en que se está haciendo ciencia.
No es casual entonces, que en la época de Ptolomeo se consideraba a la Luna como un planeta más, y se tenía la concepción antropocéntrica del Universo, siendo que luego con Copérnico, estas cuestiones han cambiado.
A saber, para desarrollar este punto, sólo haremos un recorte a partir del quiebre que se produce en la Edad Media en lo que a métodos de aplicación de creencias se refiere, y cómo repercutió esto en el desarrollo futuro del conocimiento científico, siguiendo los desarrollos de Pierce en este punto.
Durante dicho período histórico, coexistían dos métodos de aplicación de creencias, los cuales eran el de la Tenacidad, y el de la Autoridad.
El Método de la tenacidad se refiere a ese procedimiento por el cual un individuo aparta sistemáticamente su pensamiento de todo aquello que pueda conducirlo a un cambio de opinión. Aunque este método resulte difícil de sostener ante la diversidad de las creencias de los demás, no deja de ser admirable, por su fuerza, simplicidad, y franqueza. Es decir, que el sujeto individual es el protagonista en este caso, pero sólo a los fines de aislarse de quienes piensen distinto de él, ya que es un mero recipiente donde se vuelca un conocimiento o una creencia que éste admite sin crítica alguna, y se conduce de manera tal que no da lugar al debate o intercambio de ideas que sean diferentes a las que ha recibido.
Por otro lado, el Método de la autoridad, se refiere a ese procedimiento por el cual el individuo adopta las creencias que rigen en su comunidad o lugares de desenvolvimiento cotidiano, y se atiene a ellas. Se trata de un método básico, simple, que históricamente ha utilizado la Iglesia Católica para preservar y transmitir el contenido de su doctrina. Intenta reducir al silencio a todas las personas que abogan creencias diferentes a las que la autoridad transmite.
En el momento histórico que ocupa, este método ha ido acompañado de castigos corporales crueles a quienes no accedían a ser adoctrinados o cambiaban de ideas. Pierce, le adjudica superioridad por sobre el método anterior, por su potencia para producir resultados y porque es el método más adecuado para dirigir masas.
Sin perjuicio de lo apuntado más arriba, este método, con diversos matices, sigue siendo utilizado en las llamadas sectas o incluso, en partidos políticos.
Por lo tanto, en esta época, coexistían ambos métodos, siendo que el de la Autoridad inculcaba creencias, y el de la Tenacidad, era su correlato individual, que cada sujeto practicaba individualmente.
Fue Descartes, padre del Racionalismo, quien rompe con estos métodos, y comienza a desarrollar algo que luego sería llamado el Principio de la Experiencia Personal, donde cada sujeto comienza a conocer el mundo y armarse de sus creencias, no ya movido por una autoridad que le dice qué pensar, sino que se conoce a través de la experiencia individual, es decir, que el sujeto, comienza a ser activo en el complejo entramado del conocimiento del mundo.
Este Principio de la Experiencia, hace alusión a la validez que adquiere un postulado en la cultura científica y elimina cualquier sesgo de autoridad externa. Según Samaja “en el hombre singular está, al menos virtualmente, el hombre universal”1.
En el caso de Descartes y el Racionalismo, es el sujeto en su actividad pensante, el que es dejado en libertad para operar por sí mismo; y por sí mismo es capaz de construir el edificio de la verdad universal. El sujeto, ya no está dirigido por la fe, por el mito; no necesita ser dirigido por la voluntad de los dioses, interpretado por sus ministros, etc. El sujeto, puede ir construyendo el mundo de la verdad mediante el pensamiento.
Si bien varios epistemólogos apuntan a Locke como padre del Principio de la Experiencia, creo que Descartes merece tal título, ya que para él la experiencia es básicamente la experiencia intelectiva, la experiencia mental que hace el sujeto operando con sus conceptos. Y la evidencia pura de esto, es la vivencia que cada conciencia obtiene de sus enunciados, en la medida en que ellos son deducidos de la única certidumbre indubitable, es decir, de la sospecha, de la duda, salvo lo único que no se puede dudar, que es dudar que se duda.
Es decir, Descartes dudaba de todo, sospechaba de cualquier enunciado de conocimiento. Sobre lo único que no se duda, es precisamente de que se duda. Y en función de este postulado, sostiene que el hombre, en su carácter de ser racional, conoce el mundo a partir de su raciocinio. Por lo tanto, el punto de partida de la construcción cartesiana consistió en buscar algún conocimiento que resultara absolutamente evidente en cuanto a su verdad. Su examen de los diversos tipos de conocimiento a fin de averiguar si presentaban o no aspectos dudosos, lo lleva a concluir que todos los conocimientos son dudosos, si no están fundados directa o indirectamente en la evidencia de la conciencia.
Por su parte, para el Empirismo, cuyo fundador es John Locke, el Principio de la Experiencia adopta otra modalidad en el sujeto. Si bien el sujeto aquí sigue siendo el eje fundamental sobre el cual gira la actividad de producción de conocimiento, no será a través de la experiencia intelectual como decía Descartes, sino que será a través de la experiencia sensorial. El sujeto para el Empirismo conoce el mundo a través de sus sentidos y rechaza la tesis cartesiana sobre las ideas innatas.
El sujeto “cognitivo” del empirismo no dispone de ningún patrimonio de verdades innatas, heredadas. Todo lo que posea como saber científico es el resultado de su trabajo empírico personal, y por tal motivo, le adjudican una especial importancia al caso por caso, es decir, al hecho de que cada sujeto debe observar y analizar a través de sus sentidos el mundo que lo rodea, para poder elaborar tesis o reglas generales sobre el mundo, que se desprendan de la constante observación del mismo.
La idea central en Locke es la primacía de lo particular sobre lo general o universal. Desde lo particular, por vía inductiva, se construirá lo general, pero éste se mantendrá siempre abierto a nuevas determinaciones o modificaciones.
Estas dos corrientes de pensamiento, han sido las más importantes que se han enarbolado como Principio de la Experiencia. Es cierto que han habido otras, que no tuvieron tanta repercusión como éstas. Pero estas dos, han marcado el devenir de la Ciencia Moderna.
Entonces, aquí tenemos el punto de inflexión que atravesará a la Ciencia y al modo de generar conocimiento científico durante mucho tiempo: el hecho de que la Ciencia deba postular reglas generales aplicables a todos los casos particulares, y que además, sean constatadas con la empiria, es decir, con el caso por caso. La pregunta a cómo hacer para poner a prueba una hipótesis a través de la recolección de datos empíricos, es una pregunta que los diversos marcos teóricos han tenido que sortear, con mayores o menores dificultades, pero nunca han sido indiferentes a la misma.
1 Samaja, Juan: Epistemología y Metodología, Ed. Eudeba, Bs. As., 2000.