Resumen
La violencia en la infancia parece influir de manera notable en el futuro desarrollo de la adolescencia. Ser víctima directa de episodios violentos y haber observado situaciones violentas influye particularmente a nivel- cognitivo, emocional, – conductual y, en algunos casos, puede ser un factor precipitante para reproducir la misma conducta observada.
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Ciertamente, diferentes son los factores de riesgo que pueden posicionar a los jóvenes en una situación cercana a cometer delitos. Los factores de riesgo, en general, son características (personales, familiares, escolares, laborales, sociales o culturales) cuya presencia hace que aumente la probabilidad de que se produzca un fenómeno determinado. En cambio, los factores de riesgo de la violencia, en particular, son variables que ponen al sujeto en una posición de vulnerabilidad hacia las conductas y actitudes violentas (Sanmartín, 2004).
A nivel individual los factores de riesgo pueden ser sociodemográficos (como el sexo y la edad), psicológicos (como los trastornos de personalidad o mentales, la carencia de habilidades sociales, la baja autoeficacia, el bajo autoconcepto, la falta de empatía, el locus de control externo, la impulsividad, la búsqueda de sensaciones nuevas) o conductuales (como el consumo abusivo de alcohol y drogas, y la inadaptación escolar). Los factores de riesgo familiares incluyen cuestiones como la escasa supervisión o control por parte de los padres, las pautas de crianza inadecuadas (autoritaria o negligente), la falta de afecto, el maltrato infantil, la familia numerosa, la poca calidad de comunicación paterno-filial, los conflictos familiares (falta de armonía) y la falta de enseñanza de valores prosociales. Por último, entre los factores socioculturales destacan el desempleo o empleo precario, la influencia del grupo generacional (relaciones de amigos y compañeros de la edad), los medios de comunicación como inductores de imitación y modelos de aprendizaje, y la promoción de “contravalores” en la cultura actual tales como la competitividad, el hedonismo, el individualismo y el inmediatismo.
Al hilo de la cuestión que nos ocupa, cuando los padres se comportan de forma violenta en presencia de los menores estos pueden actuar como modelos de actitudes y conductas violentas y, por lo tanto, como factores de riesgo familiares. De este modo, el niño puede aprender a comportarse como lo hacen los padres. Numerosos estudios analizan las actitudes violentas o negligentes de los padres hacia los hijos como factor que predispone a la conducta violenta en los menores (Kendall-Tackett, Meyer Williams y Finkelhor, 1993; Corral, 1994; Trickett y McBride-Chang, 1995). En concreto, los niños maltratados tienen mayor riesgo de abandono de su hogar, delincuencia juvenil y desviación social en la edad adulta (Schneider, 1993). Un estudio realizado por Widom (1989, 1997) pone de manifiesto que ser víctima de maltrato en la primera infancia aumenta el riesgo de posterior delincuencia en un 50% aproximadamente.
El Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia,- en colaboración con la Universidad Internacional Valenciana y patrocinado por la Conselleria de Governació de la Generalitat Valenciana, ha publicado el Informe “Situación del menor en la Comunitat Valenciana: víctima e infractor” (-Iborra, Rodríguez, Serrano y Martínez, 2011). El objetivo general de la investigación ha sido acercarse a la realidad de la violencia ejercida contra menores y la violencia perpetrada por menores en la Comunitat Valenciana. Con objeto de acercarnos el fenómeno de la delincuencia juvenil se analizaron todos los expedientes incoados -a lo largo del año 2008 en justicia. La muestra estuvo compuesta por 1.506 menores (1.240 chicos y 263 chicas)- entre 14 y 17 años- que -cometieron uno o más delitos y se les abrió un expediente en el año 2008.
En el presente artículo, se analizarán algunos de los resultados de dicho informe. En concreto, los datos obtenidos sobre la violencia perpetrada en la familia1 (violencia filio-parental2 y violencia en la pareja3) y violencia perpetrada en la sociedad (vandalismo4 y violencia interpersonal- violencia física, psicológica5 y sexual6-) cometida por menores en la provincia de Castellón, Valencia y Alicante. -A continuación se analizarán los datos que hacen referencia al historial de maltrato y a los modelos próximos de violencia para poder relacionar y contrastar en cada tipo de delito la evidencia o no de la trasmisión intergeneracional de la violencia.
En el siguiente gráfico se puede comprobar que el 14,01% de la muestra de menores infractores sufrieron negligencia.
Gráfico 1. Infractores (muestra general) maltratados por cada tipo de maltrato
El 18,53% de los infractores reconoció haber sido maltratado por algún familiar. En concreto:
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El 4,71% ha sufrido maltrato físico;
-
El 4,32% psicológico;
-
El 0,33% abuso sexual;
-
El 14,01% negligencia.
Por otra parte, el 16,86% de los infractores tuvieron modelos próximos de violencia y, de ellos, el 30,65% la reprodujeron (transmisión intergeneracional de la violencia).
Atendiendo a la clasificación citada anteriormente, los menores que ejercieron violencia contra sus padres fueron un total de 127. El 35,43% de estos menores reconoció haber sido maltratado por algún familiar:
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El 17,32% ha sufrido maltrato físico;
-
El 15,75% psicológico;
-
El 0,79% abuso sexual;
-
El 19,69% negligencia.
Como aparece en el gráfico siguiente, la mayoría de estos menores sufrieron negligencia (19,69%).
Gráfico 2. Infractores (violencia contra sus padres) maltratados por cada tipo de maltrato
El 43,69% de los menores que ejercieron violencia contra sus padres tuvieron modelos próximos de violencia y, de ellos, el 68,89% la reprodujeron (transmisión intergeneracional de la violencia).
A un total de 27 infractores se les abrió expediente por maltratar a su pareja.- El 22,22% de estos menores reconoció haber sido maltratado por algún familiar. En concreto:
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El 7,41% ha sufrido maltrato físico;
-
El 7,41% psicológico;
-
El 14,81% negligencia.
En el siguiente gráfico se puede comprobar que la mayoría de menores que maltrataron a su pareja también sufrieron negligencia (14,81%).
Gráfico 3. Infractores (violencia de pareja) maltratados por cada tipo de maltrato
El 31,25% de los infractores que cometieron violencia de pareja tuvo modelos próximos de violencia y, de ellos, el 20% la reprodujo (transmisión intergeneracional de la violencia).
Atendiendo a la violencia perpetrada por menores en la sociedad, un total de 105 menores fueron expedientados por cometer actos de vandalismo. A continuación la siguiente gráfica muestra la distribución de cada tipo de maltrato que sufrieron. Se puede destacar notablemente, de nuevo, la negligencia.
Gráfico 4. Infractores (vandalismo) maltratados por cada tipo de maltrato
El 11,76% de los infractores que cometieron actos de vandalismo tuvo modelos próximos de violencia y, el 40% la reprodujo (transmisión intergeneracional de la violencia).
En 2008, a 1.211 infractores se les abrió un- expediente por cometer actos de violencia física, psicológica y económica. El 18,25% de estos menores reconoció haber sido maltratado por algún familiar. En concreto:
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El 4,13% ha sufrido maltrato físico;
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El 3,63% psicológico;
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El 0,33% abuso sexual;
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El 14,37% negligencia.
Gráfico 5. Infractores (violencia física, psicológica y económica en la sociedad) maltratados por cada tipo de maltrato
El 15,49% de los menores que cometieron violencia física, psicológica o económica en la sociedad tuvo modelos próximos de violencia y, de estos, el 17,69% la reprodujo (transmisión intergeneracional de la violencia).
Por último, a 49 infractores se les abrió expediente por cometer actos de violencia sexual7 .El 28,57% de los infractores reconoció haber sido maltratado por algún familiar. En concreto:
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El 10,20% ha sufrido maltrato físico;
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El 8,16% psicológico;
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El 22,45% negligencia.
Como se puede observar en el siguiente gráfico, el tipo de maltrato más notable sigue siendo la negligencia.
Gráfico 6. Infractores (violencia sexual) maltratados por cada tipo de maltrato
El 18,91% de los menores que cometieron delitos sexuales en la sociedad tuvo modelos próximos de violencia y, de estos, el 42,86% la reprodujo.
Conclusión
Como se puede observar en todos los casos, es significativo haber sido víctima directa de maltrato y también haber estado en un clima cercano a la violencia (física, sexual, psicológica). En general, la negligencia es el maltrato más reconocido por los menores que han sido víctimas directas. Sólo en el caso de la violencia filio-parental la incidencia entre los distintos tipos de maltrato está más igualada (maltrato físico el 17,32%), psicológico el 15,75% y negligencia el 19,69%). Según los datos obtenidos de la investigación-, el delito más vinculado a la trasmisión intergeneracional de la violencia tanto por padecerla como por observarla, es también el caso de la violencia de hijos a padres. En este asunto los porcentajes son mucho más elevados que en los demás delitos.
Es importante subrayar en este punto la relevancia que tienen los factores protectores que pueden inhibir a los menores a reproducir y/o a ser transmisores de violencia. La empatía, el control de los impulsos, el afecto, la autoestima positiva, una sólida vinculación emocional del adolescente con los familiares, maestros, otros adultos significativos y compañeros prosociales son elementos potenciadores de comportamientos positivos que son necesarios para reducir de manera significativa la implicación de estos menores en conductas delictivas.
Como hemos podido observar, en todos los delitos analizados de la muestra de menores infractores existía una relación entre el historial de maltrato y los modelos próximos de violencia. La socialización inadecuada, la inoperancia del sistema familiar en cuanto a sus funciones de socialización parecen relacionarse con el ajuste o desajuste de los hijos.
En conclusión, se trata de estimular y buscar estrategias que puedan ayudar a contrarrestar los factores de riesgo de la violencia y su impacto negativo en las conductas y en el desarrollo de los jóvenes. Es importante cultivar vínculos personales fuertes y positivos y sobre todo facilitar a los menores estrategias de adaptación que les ayuden a sobreponerse a situaciones de desagradables.
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1 Las infracciones del apartado de familia corresponden a una clasificación de las infracciones según la víctima del delito.
2 Se consideraron todas aquellas infracciones en las que las víctimas han sido los padres del menores (-biológico y no biológico).
3 Se consideraron todas aquellas infracciones en las que las víctimas han sido parejas o ex parejas del menor.
4 Se consideraron los infractores que cometieron daños/vandalismo, desordenes públicos y desmejora de bienes inmuebles.
5 Se consideraron los infractores que cometieron robos con fuerza en las cosas, robos con fuerza en las cosas en grado de tentativa, robos con violencia o intimidación, robos con violencia en grado de tentativa, robos con violencia y uso de armas, robos y hurtos de uso de vehículos, hurtos, hurtos en grado de tentativa, hurtos de uso de vehículos a motor en grado de tentativa, hurtos de vehículos a motor, estafas, receptaciones y afines, extorsiones, homicidios , homicidios en grado de tentativa, asesinatos, lesiones, violencia familiar, maltrato/daños, malos tratos de obra sin lesión, torturas e infracciones contra la integridad moral, trato degradante, atentados contra la autoridad/agentes/ resistencia y desobediencia, amenazas, coacciones, injurias y vejaciones. Se incluyeron aquellos casos en los que la víctima no es del entorno familiar.
6 Se consideraron los infractores que han cometido agresiones sexuales, abusos sexuales, exhibicionismo y provocación sexual, y prostitución/corrupción de menores.
7 El 10,20% de estos infractores ha realizado actos de violencia sexual contra miembros de su familia (el 6,12% contra su pareja, el 2,04% contra su madre no biológica y el 2,04% contra su hermana y su sobrina).