Resumen
Los hombres maltratados existen. No son parte de la ficción como nos quieren hacer creer. En las estadísticas del INE de 2013 en referencia a la violencia doméstica se recogen un total de 7060 víctimas, de las cuales 2635 son hombres, es decir el 37,32%. Como sabemos esto es sólo la punta del iceberg, porque la mayoría de casos y más en caso de maltrato de la mujer hacia el hombre no hay datos fiables.
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En la exposición de motivos de la LO 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género se define la violencia de género como una violencia dirigida hacia las mujeres por el mismo hecho de serlo, por ser consideradas por sus agresores, seres carentes de derechos.
Por lo tanto, violencia de género es sinónimo de violencia contra las mujeres, provocando la invisibilización de las otras formas de violencia. Relegando a un segundo plano la violencia de la mujer contra el hombre o la violencia en las relaciones homosexuales. Para estos criterios acudimos al término “violencia doméstica”, pero sin duda sigue siendo insuficiente. Porque la sociedad pretende reducir la “violencia” a la ejercida por los hombres hacia las mujeres.
Aquí empieza la ley del silencio. El temor a la sanción social, la presión institucional y a perder lo que se ha denominado durante muchos años su masculinidad hace que la mayoría de hombres que pasan por estas situaciones no denuncien. Cualquier persona puede ser víctima de la violencia pero seguimos viviendo en una sociedad llena de tabúes, donde todo cambio es complicado y lleva más años de lo que nos gustaría.
Ser un hombre víctima del maltrato es mucho más complicado que ser una mujer víctima. En ambos casos la violencia es imperdonable. Y se debe luchar contra cualquier tipo de violencia o discriminación, pero en estos últimos años la sociedad se ha empezado a concienciar del problema de la violencia contra las mujeres. La normalización de estos comportamientos patriarcales empiezan a quedar en el pasado, esta violencia contra las mujeres está dejando de ser un delito invisible aunque quede un gran camino por recorrer. Pero toca hacer una bifurcación en el camino, donde se luche para erradicar la violencia doméstica sea del sexo que sea la víctima y el agresor. Donde las creencias sobre la masculinidad y feminidad sean sustituidas por la igualdad real.
En algunos casos, los hombres sufren un problema añadido. Me refiero a las denuncias falsas. Es casi imposible encontrar datos sobre ello pero si encontramos algunas noticias en los periódicos como el caso de una mujer sevillana a mediados de diciembre de 2014 que ingresó en el programa de ayudas para las mujeres maltratadas estando condenada por infringir violencia sobre su marido. Y éste a su vez fue absuelto de todos los cargos de supuestas amenazas y malos tratos hacia su mujer.
Los hombres maltratados por mujeres existen. Las mujeres maltratadas por hombres existen. Las mujeres maltratadas por mujeres existen. Los hombres maltratados por hombres existen. Defendemos la igualdad pero nuestras leyes no lo demuestran. Los tiempos están cambiando, las relaciones de pareja cada vez son más diversas y complejas. Hace años que las relaciones de pareja dejaron de hacer referencia únicamente a las relaciones heterosexuales convencionales, hay tantos tipos de relaciones como de colores y en nuestra lucha por la igualdad no podemos excluir a ninguna.
No debemos olvidar a todas las mujeres que son maltratadas por hombres, ya que realmente las cifras son escalofriantes, pero debemos dar un paso más y estudiar los otros tipos de violencia en las parejas porque será la única forma de empezar a erradicar definitivamente esta lacra de la sociedad.
Por suerte, en España se han empezado a mover algunas asociaciones de hombres maltratados como la Asociación de Hombres Maltratados de España o Mujeres y Hombres por la Igualdad Efectiva entre otras. El cambio se empieza desde abajo, nosotros provocamos ese cambio.
Bibliografía
Graduada en Criminología por la Universitat de Girona. En tercero tuve el placer de hacer un SÉNECA en la Universidad el País Vasco. Me gustó tanto esta tierra que estoy haciendo un Máster en Intervención en Violencia contras las Mujeres en la Universidad de Deusto en Bilbao.
Siendo cada día un poco más (y mejor) criminóloga.
Voluntaria en distintas asociaciones sin ánimo lucro porque es una forma de cambiar el mundo que nos rodea. Porque el mundo se cambia a partir de pequeñas acciones y luchando día a día.
¡Bueno, a comentar!
Dos pinceladas:
La primera es que visibilizar el maltrato hacia hombres por parte de sus parejas (independientemente de que sea hombre o mujer) es algo sano, aunque debe andarse con ojo, puesto que es en esta clase de temas en los que se puede colar gente indeseable. En los Estados Unidos está creciendo un movimiento como ¿reacción? al feminismo; se trata de una especie de neomachismo que, precisamente, instrumentaliza cosas como la violencia a la pareja masculina con un objetivo más oscuro, como el de atacar cualquier atisbo de empoderamiento de la mujer.
Dicho esto, pienso que la igualdad de sexos en derechos tiene muchos frentes abiertos: las personas que conocen y trabajan en el mundo de la violencia de género (movimientos feministas, trabajadores/as sociales, criminólogos/as también) deben ser conscientes que debe hacerse pedagogía tanto a hombres como a mujeres; uno de los peores enemigos en la lucha por la igualdad son las denuncias falsas.
Sinceramente, la paulatina inclusión de la mujer en una estructura que siempre ha sido patriarcal ha generado un choque cultural brutal que no hemos superado ni de lejos. Dos ejemplos de peso:
– Un hombre no se atreve a denunciar maltrato por miedo a las burlas y el desprecio: se le «obliga» a ser masculino y fuerte, mientras que se entiende que la mujer denuncie porque se la sigue percibiendo como naturalmente débil.
– Sucede en muchos países del primer mundo que se sigue responsabilizando a la mujer por sufrir maltrato o agresiones sexuales. Hay informes en los Estados Unidos que demuestran que ese desprecio hacia la mujer víctima de maltrato se da incluso por parte de otras mujeres tanto en la policía como en los hospitales. El informe pone los pelos de punta.
En definitiva, comprendo el contenido del artículo y me parece un enfoque positivo y muy necesario, aunque bastante matizable. He conocido de primera mano dos casos donde la víctima ha sido un hombre: Un caso de falsa denuncia por agresión sexual, y un caso de maltrato físico y psicológico. Uno de ellos está, actualmente, viviendo un infierno del cual no puedo dar detalles por respeto a él. Dejo esas dos experiencias para la reflexión.
Sí, sigue habiendo un problema estructural de violencia y discriminación contra la mujer. Pero no desmerezcamos lo que le pasa a un hombre, por muy pequeño que sea el número.
Entiendo el punto pero considero que aun no es real que el sistema patriarcal haya quedado en el pasado por lo menos no en muchos países donde la violencia domestica tiene como consecuencia la muerte de las mujeres, son vendidas como objetos, violadas, prostituidas etc. Tampoco excluyo que algunos hombres sufran violencia domestica porque también es real .
Muchas mujeres no denuncian por vergüenza, culpa e inclusive por miedo, además de no contar con redes de apoyo e inclusive con recursos económicos .
Si bien considero que aun hay mucho trabajo en educar a la población para erradicar las conductas violentas pues todos sabemos que es una conducta aprendida que implica un estatus de poder sobre el otro con un fin de hacer daño.
Considero importante el estudio de la violencia pero hay que ir un paso mas haya al implementar tratamientos que ayuden a erradicar esta conducta aprendida en todos los niveles (intrapersonal, interpersonal y social) y en ambos sexos, teniendo presente al sujeto como un ente biopsicosocial para poder entender como se da la violencia desde estos ámbitos. Desde lo biológico entendiendo los componentes neurológicos que predisponen a la violencia ,los factores psicológicos como trastornos de personalidad,dependencia, baja autoestima, etc. y los factores sociales como el sistema patriarcal y demás creencias, culturas etc., que fomentan la violencia.
Vamos a ir por partes, por si lo tengo que hacer por fascículos:
1.- Estadísticas del INE 2013 ¿generales por delito de violencia doméstica? ¿quién era el victimario/a de esos 2.365 hombres? ¿podrían ser sus hermanos/padres/hijos/nietos/parejas homosexuales? Según la definición al uso de violencia doméstica sí, así que ¿qué parte de ese 37,32% de hombres maltratados lo son por sus parejas-mujeres?
2.- Si aparecen tan fácilmente accesibles en la estadística del INE ¿de verdad hay una conspiración para ocultar que los hombres también sufren malos tratos?
3.- Que violencia de género sea violencia hacia las mujeres no invisibiliza nada, en todo caso visibiliza una parte de la otrora violencia doméstica ¿no crees?
4.- ¿la sociedad pretende reducir la “violencia” a la ejercida por los hombres hacia las mujeres? ¿de dónde sacas esa afirmación tan rotunda?
5.- «Aquí empieza la ley del silencio. El temor a la sanción social, la presión institucional y a perder lo que se ha denominado durante muchos años su masculinidad hace que la mayoría de hombres que pasan por estas situaciones no denuncien» Esto ya existía antes, y de forma mucho más acusada que ahora. Pero en todo caso ¿te crees realmente que las mujeres disfrutan yendo a denunciar? ¿qué en vez de quedar para ir al cine hacen una quedada para acercarse al Cuartel de la Guardia Civil? ¿Qué el entorno de muchas mujeres maltratadas no las presiona para que sigan aguantando, por la familia, por sus hijos?
6.- «Ser un hombre víctima del maltrato es mucho más complicado que ser una mujer víctima». Pues no. Una vez superados los reparos iniciales para hacerlo público, un hombre maltratado suele encontrar más apoyos sociales y familiares que una mujer maltratada.
A partir de este punto tu redacción da vueltas a argumentos y puntos comunes a veces contradictorios entre sí con un resultado sorprendente. ¿Quién te ha contado que la normalización de los comportamientos patriarcales es cosa del pasado? Desgraciadamente vivimos un repunte de casos de violencia de género en parejas adolescentes en los que cambian los métodos, pero no la fundamentación del mismo.
7.- «Pero toca hacer una bifurcación en el camino, donde se luche para erradicar la violencia doméstica sea del sexo que sea la víctima y el agresor» ¿Quién te ha contado que en algún momento se ha dejado de luchar contra la violencia doméstica por emprender la lucha de la violencia de género? ¿Sabías que la famosa Orden de Protección esta prevista para ambos tipos de víctimas? ¿Sabías que la ayuda económica a la que se tiene acceso con la Orden de Protección y que muchos-as dicen que está detrás de algunas denuncias también la puede pedir los hombres maltratados víctimas de violencia doméstica? y de hecho la piden. Me consta.
Por cierto, que bifurcación es lo que se hizo al segregar la violencia de género de la doméstica, así que supongo que lo que has querido decir es justo lo contrario de lo que has dicho ¿no?
8.- Por fin el tema estrella ¡las denuncias falsas!
9.- Y en fin, para ser un escrito dedicado a la violencia en las relaciones de pareja, la imagen elegida es, en todo caso, de violencia materno-filial.
En conclusión, como artículo de opinión respetable, aunque equivocado desde la mía. Si pretendía ser un análisis riguroso de la realidad de los hombres maltratados, le falta fundamentación. Si la única pretensión era publicitar a las asociaciones mencionadas al final, misión cumplida.
No puedo estar más de acuerdo. Enhorabuena por el artículo y por defender una visión plural del asunto: la violencia no entiende de sexos, edades, etnias… y en nuestras manos está el abordar este tema de la manera más amplia posible, para que ninguna víctima quede relegada a una segunda o tercera categoría.