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Hablar de piratería no es una cuestión baladí, nunca lo ha sido. Términos como «infracción de derechos de autor»o «violación del copyright»son cada vez menos utilizados para hacer referencia a la práctica, cada día más habitual, de acceder y hacer un uso no autorizado de cualquier obra protegida por los derechos de autor; ya sea una película, un libro, un disco de música, o ahora un artículo académico.
Los debates sobre la legitimidad de este tipo de prácticas se remontan a sus mismos orígenes: unos defienden un acceso abierto y no clasista al contenido audiovisual en Internet, mientras otros abogan por los derechos de los autores intelectuales y materiales sobre cada una de las obras. La moral, el derecho y la opinión pública están divididos. Pero aquí, hoy, no se va a hablar ni de moral, ni de derecho, ni de opinión pública, ni tampoco de películas o discos de música. Las siguientes líneas pueden horrorizar a algunos y emocionar a otros; pueden parecer incoloras, insaboras e insípidas para los de aquí, y brillar como el mismísimo arcoíris para los de allí; pero lo que es claro es que van a dar una nueva herramienta a todos y todas los que las lean (y desconozcan el tema). El uso que cada uno haga de esta herramienta es suyo, particular e intransferible. La herramienta no es buena ni mala per se, como no lo es una cuerda o un martillo. La herramienta es una herramienta, y una herramienta, como un gran poder, conlleva una gran responsabilidad.
Se está hablando de la aparición, durante los últimos años, de una nueva generación de portales web destinados implícita y explícitamente a facilitar el acceso a contenido científico no abierto a todos los investigadores, estudiantes e interesados que no posean las licencias necesarias para ello. Se trata, en esencia, de espacios web creados para garantizar un acceso no autorizado a los contenidos académicos de licencia cerrada a todo el colectivo de investigadores sin acceso a los mismos. Concretamente, las siguientes líneas van a presentar las que probablemente son las dos herramientas web más conocidas y utilizadas entre investigadores y profesionales, aunque todavía poco difundidas en muchos otros sectores.
Primero, se va a presentar SciHub, una plataforma fundada en 2011 por la programadora kazaja Alexandra Elbakyan. SciHub es un repositorio online de millones de artículos académicos de todas las disciplinas. No están todos los textos científicos, pero sí los principales de cada disciplina. Como se imaginarán, la base de datos de artículos en castellano es todavía residual. Su utilización es simple, se accede a http://sci-hub.cc/, se copia la URL del artículo al que no se tiene acceso, y automáticamente la plataforma facilita su descarga.
Segundo, Library Genesis o LibGen es un motor de búsqueda para facilitar el acceso a documentos de almacenamiento de libros (normalmente académicos, aunque también se pueden encontrar novelas) y papers. Su uso, algo más complejo que el anterior, consiste en acceder a http://gen.lib.rus.ec/, introducir el nombre de la obra a localizar, escoger la plataforma y el formato del documento a descargar, y voilà!, surge el preciado documento. Su base de datos es amplia pero limitada e, igual que en el caso anterior, los textos en lengua castellana son muy reducidos.
Internet y los límites parecen ser dos conceptos irreconciliables. Y SciHub y LibGen son los más claros ejemplos que los procesos científicos, cuando se trasladan al entorno 2.0, también se enfrentan frontalmente a cualquier barrera, muro o división. El acceso al contenido científico es limitado a los recursos personales e institucionales disponibles, y un hecho debe ser aceptado: las instituciones científicas, como el resto de instituciones sociales, se basan en un sistema clasista a partir del cual determinados contenidos únicamente son accesibles para aquellos que pueden permitirse sus licencias. Como diría un buen amigo, la afirmación previa no pretende indagar en el terreno del «deber ser», sino del «ser». El análisis del «deber ser», y la ulterior valoración y uso de las herramientas presentadas, está ahora en manos del lector.
Bibliografía
De profesión: investigador predoctoral de la Universidad de Manchester y colaborador del Centro Crímina para el estudio y prevención de la delincuencia de la Universidad Miguel Hernández.
De formación: Graduado en Criminología por la Universidad Autónoma de Barcelona, Máster en Análisis y Prevención del Crimen por la Universidad Miguel Hernández y estudiante de doctorado en la Universidad de Manchester.
De pasión: amante de la literatura, el arte y la política, pero sobre todo de la relación entre los anteriores.