Resumen
Durante el Gobierno del general Primo de Rivera, un breveReal Decreto de 17 de septiembre de 1923 instituyó el somatén en todas las provincias españolas y en las ciudades de soberanía del norte de Marruecos. A esta organización cívica (…) cuyo fin primordial es el mantenimiento de la paz pública se podían alistar todos los individuos mayores de veintitrés años que tengan reconocida moralidad y ejerzan profesión u oficio en la localidad en que residen. Según el Directorio Militar que gobernaba por aquel entonces España, la implantación de los somatenes en todo el país respondió a dos razones: una de carácter práctico (por garantizar el sosiego público) y otra de índole moral (por estimular el interés ciudadano hacia una orientación activa y desinteresada).
Pero, ¿cuál era el origen de esta institución? El propio Real Decreto señaló en su “exposición de motivos” que se trataba de un organismo de rancio y glorioso abolengo español –elInstituto de Somatenes de Cataluña que reunía,desde la Baja Edad Media (en torno al siglo XI), a hombres de buena voluntad, amantes del orden y celosos de sus deberes ciudadanos– y nos aclara su etimología (sic): procede del catalán som atent (estamos atentos), en relación al repique de campanas con el que se convocaba a los vecinos, avisando de un peligro; en ese momento, los ciudadanos se prestaban desinteresadamente a formar unidades locales –dependientes de las fuerzas de orden publico– para colaborar en auxilio de la paz ciudadana y la custodia de las propiedades en el ámbito rural.
En diversos ejemplares de la Gaceta de Madrid, como la del 14 de septiembre de 1844, se daba cuenta de noticias como la que procedía de Cervera (Lérida): los ladrones que se llevaron al Sr. Capella no están lejos de esta ciudad, por lo que el ayuntamiento ha mandado tocar á somatén.Igual que ese titular, el antecedente histórico del BOE publicó numerosos ejemplos durante toda la segunda mitad de aquel siglo, en los que se tocaba a somatén en Barcelona, Vich, Sabadell, Blanes, Gerona o Manresa, convocando a sus vecinos.
Según el diccionario de la RAE, los somatenistas eranun cuerpo de gente armada, que no pertenece al Ejército, que se reúne a toque de campana para perseguir a los criminales o defenderse del enemigo. Por los acontecimientos históricos de nuestros siglos XIX y XX –I República, Restauración, II República, Guerra Civil y Franquismo– esta institución fue disuelta y reestablecida en diversas ocasiones hasta su definitiva desaparición, mediante el Real Decreto 2333/1978, de 25 de agosto, que derogó la normativa vigente en aquel momento (dos decretos sobre los somatenes armados de 1936 y 1945) estableciendo que, en el plazo de un mes, los somatenistas debían entregar sus armas a la Dirección General de la Guardia Civil.
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Durante el Gobierno del general Primo de Rivera, un breve Real Decreto de 17 de septiembre de 1923 instituyó el somatén en todas las provincias españolas y en las ciudades de soberanía del norte de Marruecos. A esta organización cívica (…) cuyo fin primordial es el mantenimiento de la paz pública se podían alistar todos los individuos mayores de veintitrés años que tengan reconocida moralidad y ejerzan profesión u oficio en la localidad en que residen. Según el Directorio Militar que gobernaba por aquel entonces España, la implantación de los somatenes en todo el país respondió a dos razones: una de carácter práctico (por garantizar el sosiego público) y otra de índole moral (por estimular el interés ciudadano hacia una orientación activa y desinteresada).
Pero, ¿cuál era el origen de esta institución? El propio Real Decreto señaló en su “exposición de motivos” que se trataba de un organismo de rancio y glorioso abolengo español –el Instituto de Somatenes de Cataluña que reunía, desde la Baja Edad Media (en torno al siglo XI), a hombres de buena voluntad, amantes del orden y celosos de sus deberes ciudadanos– y nos aclara su etimología (sic): procede del catalán som atent (estamos atentos), en relación al repique de campanas con el que se convocaba a los vecinos, avisando de un peligro; en ese momento, los ciudadanos se prestaban desinteresadamente a formar unidades locales –dependientes de las fuerzas de orden publico– para colaborar en auxilio de la paz ciudadana y la custodia de las propiedades en el ámbito rural.
En diversos ejemplares de la Gaceta de Madrid, como la del 14 de septiembre de 1844, se daba cuenta de noticias como la que procedía de Cervera (Lérida): los ladrones que se llevaron al Sr. Capella no están lejos de esta ciudad, por lo que el ayuntamiento ha mandado tocar á somatén.Igual que ese titular, el antecedente histórico del BOE publicó numerosos ejemplos durante toda la segunda mitad de aquel siglo, en los que se tocaba a somatén en Barcelona, Vich, Sabadell, Blanes, Gerona o Manresa, convocando a sus vecinos.
Según el diccionario de la RAE, los somatenistas eran un cuerpo de gente armada, que no pertenece al Ejército, que se reúne a toque de campana para perseguir a los criminales o defenderse del enemigo. Por los acontecimientos históricos de nuestros siglos XIX y XX –I República, Restauración, II República, Guerra Civil y Franquismo– esta institución fue disuelta y reestablecida en diversas ocasiones hasta su definitiva desaparición, mediante el Real Decreto 2333/1978, de 25 de agosto, que derogó la normativa vigente en aquel momento (dos decretos sobre los somatenes armados de 1936 y 1945) estableciendo que, en el plazo de un mes, los somatenistas debían entregar sus armas a la Dirección General de la Guardia Civil.
Bibliografía
Valladolid (Castilla y León | España 1969).
Escritor (director de Quadernos de Criminología | redactor jefe de CONT4BL3 | columnista en las publicaciones La Tribuna del Derecho, Avante social y Timón laboral | coordinador de Derecho y Cambio Social (Perú) | colaborador de noticias.juridicas.com); ha publicado en más de 600 ocasiones en distintos medios de 19 países; y jurista [licenciado en derecho y doctorando en integración europea, en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid | profesor de derecho constitucional, política criminal y DDHH (UEMC · 2005/2008)].
Sus últimos libros son Las malas artes: crimen y pintura (Wolters Kluwer, 2012) y Con el derecho en los talones (Lex Nova, 2010).
Este blog te acercará a lo más curioso del panorama criminológico internacional de todos los tiempos; y, si quieres conocer otras anécdotas jurídicas, puedes visitar el blog archivodeinalbis.blogspot.com