Resumen
La detención del antiguo director y gerente del Fondo Monetario Internacional –el político francés Dominique Strauss-Kahn– hace unos días, acusado de varios delitos de agresión sexual, se convirtió en un espectáculo mediático que puso de nuevo en primera plana el llamado perp walk; una práctica muy habitual en los Estados Unidos donde la policía, literalmente, pasea (walk, en inglés) al presunto autor responsable de los hechos (perpretrator) ante la prensa y los medios de comunicación, con una puesta en escena de cadenas y grilletes, digna de la peor justicia penal que en Europa comenzó a desaparecer a finales del siglo XVIII, cuando se juzgaba y hacía ejecutar lo juzgado en el interior de las prisiones, sin recurrir a truculentos escarnios personales a pie de calle.
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La corte de Apelaciones de los Estados Unidos ha defendido su legalidad en diversas ocasiones [por ejemplo, en los casos John Lauro versus (contra) Michael Charles (2000), Rocco Caldarola y James Santerillo vs Condado de Westchester (2003) o Jamie Demery vs Arpaio 100 (2004) que puedes consultar, a texto íntegro, en caselaw.findlaw.com]. En estas resoluciones, se define esta conducta del siguiente modo: cuando un delincuente acusado es arrestado y esposado por la policía para llevarlo al juzgado, la comisaría o la cárcel, presentándolo ante la prensa y los medios de comunicación. Estas y otras sentencias han considerado que los perp walks no atentan contra la cuarta enmienda de la Constitución estadounidense (derecho de hallarse a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias, según la redacción original de 1791) y que estos “paseos” sirven al firme propósito de educar al público. La imagen del acusado llevado por la policía reafirma los esfuerzos por aplicar la ley y transmite la voluntad del Gobierno de luchar contra el crimen, disuadiendo a terceros de que intenten cometer delitos similares.
En principio, solían limitarse a los crímenes más violentos (el más famoso de todos ocurrió en 1963 cuando Jack Ruby mató de varios disparos al presunto autor de la muerte de Kennedy, Lee Harvey Oswald; fue la primera vez en la historia que un asesinato se retransmitía en directo por televisión) pero han terminado convirtiéndose en un fenómeno de masas (en especial, si el detenido es un actor de Hollywood) y se ha especializado en casos de guante blanco (white collar cases) como el del ex gerente del FMI, donde la orden de detención parte de la iniciativa del fiscal y el abogado del presunto criminal poco puede hacer par impedir el desfile ante la pensa.
Según los abogados William R. Mitchelson Jr. y Mark T. Calloway, fue el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien puso de moda estos paseos en los años 80 mientras ejerció como fiscal en la ciudad que nunca duerme. Afortunadamente, en Europa, la justicia tomó hace tiempo otro camino.
Bibliografía
Valladolid (Castilla y León | España 1969).
Escritor (director de Quadernos de Criminología | redactor jefe de CONT4BL3 | columnista en las publicaciones La Tribuna del Derecho, Avante social y Timón laboral | coordinador de Derecho y Cambio Social (Perú) | colaborador de noticias.juridicas.com); ha publicado en más de 600 ocasiones en distintos medios de 19 países; y jurista [licenciado en derecho y doctorando en integración europea, en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid | profesor de derecho constitucional, política criminal y DDHH (UEMC · 2005/2008)].
Sus últimos libros son Las malas artes: crimen y pintura (Wolters Kluwer, 2012) y Con el derecho en los talones (Lex Nova, 2010).
Este blog te acercará a lo más curioso del panorama criminológico internacional de todos los tiempos; y, si quieres conocer otras anécdotas jurídicas, puedes visitar el blog archivodeinalbis.blogspot.com