Resumen
Zygmunt Bauman plantea que la migración en las sociedades actuales se da desde dos vertientes:
a) Los que migran por placer.
b) Los que migran por necesidad.
Yo sugeriría una tercera, los que son obligados a migrar.
Conocer el mundo. Foto en París, la torre Eiffel de fondo. Nadar en las cristalinas aguas de la Riviera Maya. Caminar por Barcelona. Beber un mojito en la Habana vieja. Recorrer la inmensidad de Central Park después de un día de shopping por Nueva York.
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Por otro lado. Esquivar las balas de la migra. Viajar en trenes, “la bestia”, durante días. Morir ahogado en Gibraltar. Ser destazado por un Zeta. Recorrer de noche parajes desolados con condones en la bolsa. “Si me violan que usen condón, no me vayan a contagiar una enfermedad. Prefiero eso que seguir viviendo en la miseria”.
De un lado postales de ensueño. La Arquitectura de Gaudí, la majestuosidad de los rascacielos, la nostalgia de atardeceres románticos, la tranquilidad de calles hermosas.
En el otro extremo. Vidas marginadas, jóvenes detenidos, mendigos en las calles, personas mutiladas. Postales de pesadilla.
Todos ellos (migrantes) llevando a cuestas diversas cosas. Unos con el outfit más in en el equipaje. Otros llevando a cuestas sus muertos y su historia; volver a empezar.
Hay que observarlos, veamos a toda esa gente sola que se mueve, que fluye por un mundo conectado. ¿A dónde van? ¿Qué persiguen?
Unos, desplazados. Los otros, “viajeros frecuentes”.
Decía Borges: “Aquellos que viajan sin conocer la historia del lugar a donde van, es como si fueran de shopping”. Las masas que viajan como objeto de consumo.
Un sello más en el pasaporte. Una estrella más en la frente para sentirse gente nice.
Cantaba Serrat, aludiendo a Antonio Machado: “murió el poeta lejos del hogar que cubre el polvo de un país vecino”.
La historia interminable de los que persiguen el american way of life, el sueño de la integración al mercado del euro, ser consumistas en las grandes urbes. Babysitter, lava trastes, cocineros, cargadores, Ingenieros, Biólogos, Abogados, Periodistas; fuga de la mano de obra, escape de la realidad jodida.
A unos los resguardan las leyes. Documentación de equipaje, revisión de boleto, instrucciones de seguridad, travelers checks, pasaporte…
Los otros “quedan en las manos de dios”. Detenciones arbitrarias, secuestros, violaciones, extorsiones, asesinatos…
En un mundo líquido todo discurre, se mueve sin cesar, millones y millones van de un lugar a otro.
Cada quien persigue su fin, el humano se convierte en una mercancía exportable, en diversos lugares de la balanza.
Los que viajan más por el mundo son los alemanes, los chinos, los norteamericanos.
Los que migran más son los africanos y los centroamericanos.
Unos ya están hartos del frío, de los paisajes grises, del aburrimiento de su país. Otros están hartos del hambre, de la falta de oportunidades, de la miseria, de la desesperanza.
Los humanos-mercancía nos exportamos-importamos. El negocio de la migración, voluntaria e involuntaria, dentro de poco superará al del tráfico de drogas o armas
El ser antropófago, el humano, se auto consumirá. Migrantes asesinados por Zetas, la “migra mexicana”, para que la Border Patrol no se vea en la necesidad.
Rutas de “paso de migrantes”, “corredores de tráfico de personas”, trata de personas, “desplazados por la violencia”, exiliados; de facto el ostracismo.
Ayer Centroamérica, hoy España, mañana Tijuana.
Rusas, checas y ucranianas en un table dance en Polanco. Sexo con una chica búlgara en Cancún o con una niña mexicana en Italia. Ghaneses como estrellas de la selección de fútbol alemana. Investigadores vendiendo su conocimiento en universidades mercantilistas.
¿Y sus gobiernos? Nada, pidiendo eliminar los aranceles para una mayor eficacia en la exportación-importación de mercancías; que predomine el libre mercado. A la vez que piden laxitud y agilidad para que los viajeros “dejen una derrama económica”, y exigen mayor control en los cruces fronterizos para que por ahí no se cuelen ilegales-armas-droga-terroristas.
¿Y los migrantes? Los unos, los viajeros: OK.
Los otros, los aliens: marginados- desprotegidos.
Armas, jóvenes-mano-de obra, mujeres-secuestradas-prostitutas, esclavos, jugadores de fútbol comunitarios-extracomunitarios, pantallas de plasma-LED, y un largo etcétera. Todos, mercancía.
Miren a toda esa gente sola…
Bibliografía
Psicólogo y Criminólogo, apasionado del conocimiento, aprendiz del pensamiento y lógicas criminales. Critico del poder.
Pienso que la Criminología es una ciencia quijotesca, siempre se enfrentará con gigantes-molinos de viento, por lo tanto el Criminólogo debería ser un loco sin dios y sin diablo, más cercano a la ciencia que a la política.
Lic. en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tesis, "Homicidas seriales: una visión sociopsicoanalítica".
Maestro en Criminología y Política Criminal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).
Criminólogo en una prisión capitalina mexicana (Reclusorio Sur).