Resumen
Si el primer cuerpo moderno de policía fue el de Londres, el segundo fue el de Gibraltar. El 21 de junio de 1830 se dio a conocer que la ciudad dejaría de depender, a efectos de “seguridad pública urbana”, de las autoridades militares (the War Office, la Oficina de Guerra); 4 días después, el 25 de junio, se funda la Gibraltar Police. Sólo había trascurrido unos meses desde que sir Robert Peel constituyera en Londres, aquel primer cuerpo profesional de seguridad. Esto vino a coincidir con la nueva denominación y estatus que recibía el Peñón: Colonia de Gibraltar.
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Desde la capital del Reino Unido se desplazó una comisión policial hasta Gibraltar, al efecto de formar a la nueva fuerza de seguridad. La comisión se componía de dos agentes londinenses, que fueron enviados por el comisario Charles Rowan, el primer jefe de la Policía Metropolitana de Londres. Rowan fue coronel del Ejército y participó en las Guerras Napoleónicas. El primer jefe del cuerpo gibraltareño fue Henry Morgan. El empleo conllevaba implícitamente, en Gibraltar, otro cargo: Supervisor de Mercado. En ese momento el nombre correcto del cargo era Director de Policía y Supervisor de Mercado.
Mr. Morgan, durante los muchos años que desempeñó el cargo, consiguió altas cotas de eficacia y éxito, motivo por el cual la fuerza de policía del Peñón se ganó el respeto de todos. Aunque fue capaz de controlar los numerosos disturbios y alteraciones del orden público que se produjeron en su época, Morgan fue destituido en el año 1858. Se le acusó de abuso de poder. En el empleo fue reemplazado por Thomas Armstrong, quien aumentó la plantilla y favoreció el ingreso de británicos llegados de la metrópoli, en detrimento de los nativos. Hasta ese momento, la tónica general era que el dispositivo se nutriese, principalmente, de la población autóctona.
A modo de anécdota, decir que: “El día 28 de julio de 1830, sólo tres días después del nacimiento de la fuerza, se produjo la primera detención a manos del neonato cuerpo. El bautismo policial, en forma de arresto, fue llevado contra Miguel Morales, un sastre de nacionalidad española que penetró en la base militar británica sin autorización o salvoconducto (Gibraltar, per se, era la propia base. Garrison o Guarnición se denominaba). La gibraltareña Rosa Rovegno Chaparro fue detenida al día siguiente por la Guardia Militar, siendo puesta a disposición de la Policía. El motivo de este arresto fue algo tan anacrónico como estar en la calle, tras el toque de queda, sin portar una linterna o antorcha. En el Peñón estaba prohibido, desde 1743, deambular por las calles tras la última salva de cañón que señalaba el toque de queda. Rosa Rovegno, muy posiblemente, estaba ejerciendo la prostitución (1)”.
También por permanecer en la calle, sin causa justificada legalmente tras el toque de queda, fueron detenidos algunos españoles entre 1834 y 1836. La causa no fue otra que incurrir en la vieja costumbre de perturbar la paz, con el sonido de instrumentos musicales, durante la noche de bodas de algunos vecinos.
La Policía de Gibraltar no sólo ostenta el honor de ser la segunda fuerza policial moderna del mundo, sino que es la primera fuerza de esta naturaleza de toda la Commonwealth —comunidad de naciones y demás territorios que poseen lazos históricos muy estrechos con el Reino Unido—.
Cuando la fuerza alcanza el centenario de edad, en 1930, era jefe del cuerpo William Gulloch, el cual había ocupado el mismo puesto en Chipre. Para celebrar el siglo de existencia, Mr. Gulloch organizó un gran desfile en el que participó toda fuerza policial activa. Más tarde, acabado el evento, un gran banquete homenajeó a todos los agentes y mandos de la policía.
Durante la celebración del evento la ciudad quedó sin control policial nocturno. Para aliviar la falta de vigilancia nocturna del momento, los Boys Scouts de Gibraltar fueron juramentados e investidos del carácter de autoridad policial para ejercer, exclusivamente por esa noche, como agentes de policía con respaldo jurídico.
Salto atrás en el tiempo: buscando el origen
Este es un curioso dato: en el año 1720, dieciséis años después de ser poblado el Peñón por los británicos, se crea el primer tribunal civil en Gibraltar. Aún así, hasta 1740 no se comienza a aplicar la Justicia británica dentro de la plaza. Pero eso sí, ese primer órgano judicial sólo entendía de lo relativo a asuntos civiles, ya que no existía, aún, órgano alguno que entendiese de temas penales. Fue en el año 1753 cuando las autoridades de Gibraltar crearon la figura del Juez de Paz (aún existe), comenzando a aplicarse desde entonces y en todos los campos del Derecho la Justicia inglesa. Hasta el momento de la creación de estas autoridades y órganos judiciales, era el gobernador quien dictaminaba los castigos a imponer ante la comisión de infracciones por el incumplimiento de las ordenanzas. El destierro de la ciudad era la pena más comúnmente aplicada.
Coincidiendo con los primeros tiempos de ocupación, se crea en el Peñón la Guardia Española, pero pronto pasó a denominarse Guardia Genovesa. Este dispositivo también era conocido como “Guardia de Frontera”, y la componían, en sus orígenes, ciudadanos civiles que eran reclutados, de modo voluntario, para prestar apoyo a las fuerzas militares británicas acantonadas en el Peñón. Muchos de los fundadores eran españoles, bien de los que se quedaron en Gibraltar tras la pérdida española, bien de los que se pasaron al otro lado por motivos políticos o religiosos, tras levantarse los bloqueos en 1713 —posiblemente muchos españoles contrarios al rey Felipe V de Borbón y defensores de los Austrias, entraron en el Peñón antes de la firma del Tratado—.
Este refuerzo armado sólo se empleaba cuando surgían conflictos con la población civil. Los conflictos de orden público y seguridad eran los típicamente propios de una ciudad fronteriza de la época: el contrabando de todo tipo de géneros y los asuntos de inmigración. En ocasiones, los guardias genoveses prestaban apoyo a las tropas militares en la vigilancia de la frontera con La Línea de Contravalación, paso único y frontera natural terrestre con el Reino de España. Únicamente habían transcurrido cuarenta y nueve años desde que España perdiera el Peñón, ante el ataque de la escuadra anglo-holandesa mandada por el príncipe alemán George von Hessen-Darmstadt.
Por cierto, ese único paso terrestre es el istmo donde hoy se asienta la ciudad española de La Línea de la Concepción, la cual tomó su nombre de aquella primitiva Línea de Contravalación. Se le denominaba Línea de Contravalación al conjunto de fortificaciones españolas que fueron usadas, durante años, en los históricos asedios al Peñón, para tratar de conseguir la reconquista de la plaza (los tres asedios aludidos en capítulos anteriores).
En la Guardia Genovesa, dignos de mención fueron los empleos de “Sargento de Españoles” y “Sargento de Judíos”. El nombre de los empleos refleja el papel que cada uno de los sargentos desempeñaba dentro de la comunidad civil, en el interior de la plaza. Tal importancia tuvieron los empleos antes referidos, que tras la disolución de la Guardia Genovesa se mantuvieron los cargos de “Sargentos de Españoles y Judíos”. Con el tiempo, y debido al incremento de la población, llegaron a existir hasta ocho de estos sargentos.
“Los dos primeros sargentos de la Guardia Genovesa fueron de origen español, el primero de ellos fue Pedro de Salas, que ingresó en el Peñón por motivos políticos: era contrario al rey católico Felipe V. Matías Adán, un oriundo de Canarias de origen judío sefardí, fue el segundo sargento del dispositivo (2)”. Otros españoles llegaron a tener cierto protagonismo político y social en el Gibraltar de los primeros años de la invasión: Alonzo de la Capela y Joseph Corrons, ambos catalanes. El primero de los referidos fue nombrado juez y el segundo alcalde del mar (responsable del puerto). El nombramiento de los catalanes se ejecutó personalmente por el archiduque, justamente un año después de la conquista del Peñón (3).
Salto adelante en el tiempo
Dando un salto importante en el tiempo llegamos al siglo XX, y concretamente a una época muy convulsa. El 17 de julio del año 1938, cuando no quedaba más que un año para el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, se creó en La Roca, por parte del Ministerio de Defensa británico, una fuerza de seguridad destinada a procurar protección a las bases, edificios y demás instalaciones dependientes del citado ministerio, así como a su personal. No obstante, hay que decir que otra importante función del nuevo dispositivo era, hasta que se asumieron totalmente el resto de competencias antes referidas, el control de la zona fronteriza con España (en España se estaba librando la Guerra Civil Española desde hacía justamente dos años). Gibraltar era, y sigue siendo hoy, un enclave estratégico mundial de primer orden. Por todo ello en el Peñón se asentaban grandes contingentes de tropas y material militar, principalmente de la Royal Navy.
Este cuerpo nació con el nombre de Gibraltar Security Police y sus primeros miembros fueron veteranos exmilitares. Aún perteneciendo al Ministerio de Defensa, el cuerpo poseía naturaleza civil pero jerarquizada. Dos sargentos y nueve policías constituyeron la primera fuerza del cuerpo.
Cuando en el Peñón se construyó la pista del aeropuerto (durante la II Guerra Mundial y en un espacio físico reclamado por España), ingentes cantidades de aviones de la Royal Air Force, durante la contienda mundial, la usaron como base y pista de aterrizaje y despegue; motivo por el cual se hacía más necesaria la existencia de una fuerza de seguridad propia del MoD.
La Gibraltar Police (Policía Local gibraltareña) no podía hacer frente a la cantidad de trabajo que la época traía consigo. La naturaleza fronteriza de Gibraltar la hacía inundarse, diariamente, de trabajadores españoles que cruzaban la “Verja” por la mañana, regresando por la noche a España. Con tal cantidad de movimiento ciudadano y con los problemas habituales de cualquier ciudad de la época, más aún fronteriza y en época de guerra, era preciso crear una fuerza de policía independiente, con la misión prioritaria de garantizar la seguridad en la frontera, así como de las tropas, material e instalaciones militares del Peñón.
A la Gibraltar Security Police se la conocía, por los más antiguos del Peñón, como la Policía del Monte. Verán, si la misión de este cuerpo era la de proteger los intereses militares en Gibraltar, y estos en forma de acuartelamientos, bases y otras dependencias, estaban diseminados principalmente por la zona montañosa del Peñón, era más normal que su presencia fuese más visible ahí, en el monte. De ahí el apelativo.
“La Gibraltar Security Police ha sufrido cambios en su denominación. La última denominación recibida es la de Gibraltar Defence Police, nombre que fue decretado en diciembre de 2009 (4)”. Hasta esa fecha, y desde 1980, el cuerpo fue conocido como Gibraltar Services Police. En cualquier caso, siempre tuvo dependencia funcional y administrativa del Ministerio de Defensa británico.
“Desde el año 1938 coexisten la Policía Local del Peñón y la Policía de los Militares, pero en septiembre de 2010 se anunció, por parte del alto mando militar británico en Gibraltar, y por el propio Gobierno local, que ambos cuerpos iban a ser fusionados (5)”.
Nunca se alcanzaría la unión. La idea era que las dos instituciones quedaran encarnadas en la veterana Royal Gibraltar Police. En diciembre de 2010 se iniciaron los primeros pasos de la “simbiosis policial”. El proyecto pretendía que en junio del año 2011, coincidiendo con el CLXXXI aniversario de la creación de la Royal Gibraltar Police, la unificación se hubiera producido de modo íntegro. Por cierto, hasta el año 1992 no se le otorgó el título de Real (Royal) a esta antigua fuerza de seguridad, gracia que tuvo a bien Su Graciosa Majestad Isabel II de Inglaterra.
Siguiendo con el asunto de la unificación de los dos cuerpos, el traspaso de los agentes del MoD a la Policía Metropolitana, se iba a producir de forma que los advenedizos formaran una división nueva dentro del organigrama de la R.G.P., pero conservando la misión de proteger los intereses del Ministerio de Defensa en el Peñón. Alguien tenía que seguir haciendo ese trabajo y se pretendía que fuesen los mismos funcionarios de siempre, pero ya bajo el control administrativo del Gobierno local.
La G.D.P. Staff Association, asociación profesional que defiende los intereses de los agentes de la Policía del MoD (similar función a la que ejercen los sindicatos), dirigida por el sargento Keith Howard, se mostraba conforme con la unificación, pues ello aseguraba el futuro laboral de los integrantes de la G.D.P. El MoD había anunciado, en el marco de abundantes recortes presupuestarios, su idea de disolver su cuerpo policial en el Peñón. Esta noticia ha sido casi una constante durante algunos años. No obstante, la fuerza ha contado siempre con el apoyo mostrado por Angela Felicity Harris, baronesa Harris of Richmond. La baronesa es la vicepresidenta de la Cámara de los Lores, y ha girado varías visitas al personal e instalaciones del Cuerpo. La baronesa siempre ha defendido en Londres la necesidad del MoD, de seguir contando con el dispositivo policial en La Roca.
Finalmente no se llegó a un acuerdo satisfactorio para todas las partes, en lo concerniente a la unificación. Dentro del cuerpo se realizó un referéndum interno, pero el resultado fue masivamente contrario a la fusión.
Tras los primeros meses de negociaciones estériles, no fue posible el traspaso integral de un cuerpo al otro. Fue en ese momento cuando se planteó la posibilidad de que los funcionarios decidieran si querían o no pasarse al otro cuerpo, a nivel individual y personal. Para aquellos que optaran por cambiar de cuerpo, la Policía Local tenía previsto exigirles un reciclaje profesional. La exigencia consistiría en un breve periodo de formación/adaptación. Era lógico: los nuevos integrantes de la fuerza metropolitana iban a asumir nuevas competencias, y para ello debían ponerse al día en la aplicación de ciertas normas jurídicas.
“La verdad es que el futuro del cuerpo siempre estuvo en entredicho: en 1976 ya se planteó la posibilidad de que la institución despareciera como tal. La sombra de recortes presupuestarios del Ministerio de Defensa siempre ha sobrevolado Gibraltar. Gracias a M. Azzopardi, que era el líder de la asociación profesional en la época, se pudo salvar la situación. Azzopardi llegó a ser jefe del cuerpo. La situación de necesidad del dispositivo se vino a reafirmar con la reapertura de la “Verja” en 1982. Lo cierto es que de la unificación entre cuerpos ya se habló en 2004 y no consumarla ha sido un grave error. De unirse ambos cuerpos, los puestos de trabajo de los funcionarios policiales del MoD estarían asegurados. Incluso la ciudadanía se vería positivamente afectada: aunar medios humanos y materiales, en labores de seguridad, siempre es positivo para todos (6)”.
En febrero de 2011 Gibraltar fue visitada por el ministro de Defensa, Nick Harvey, y el tema de la unificación entre la Policía MoD y la local fue uno de los puntos tratados con las autoridades locales. Definitivamente no se iba a producir, a corto plazo, el traspaso de funciones y funcionarios. El ministro Harvey, durante la visita, se hizo acompañar de Eleanor Laing, que recientemente había sido nombrada representante especial del Reino Unido para temas relacionados con el Peñón y el MoD.
Sobre recortes en los presupuestos del MoD con respecto a Gibraltar, hay varios epígrafes o reseñas a lo largo de esta obra, algunos de ellos expresados en los párrafos anteriores de este mismo capítulo. Respecto a este asunto, el Gibraltar Chronicle del 31 de diciembre de 2011 publicó, de la mano de Tommy Norton:
Se acaban de hacer públicos miles de documentos oficiales, custodiados en el Archivo Nacional de Londres, que estaban bajo secreto en aplicación de “la Ley de los 30 años”. Se sabe ahora, por uno de aquellos documentos, que el Gobierno británico pensó en cerrar el astillero naval de Gibraltar, y que tal medida no se ejecutó por temerse que la clausura del naval dockyard (astillero naval militar) llevase al Peñón a una crisis económica y constitucional.
El plan se contempló por el Gobierno que dirigía Margaret Thatcher en 1981, pero entre los mismos archivos desclasificados se hayan otros que demuestran que el secretario de relaciones exteriores, Peter Carrington, expresó su preocupación e instó al ministro de Defensa, John Nott, a que reconsiderara la propuesta. El 5 de junio de ese año, Carrington dejó por escrito, en una carta, que la medida provocaría el despido de 1.000 trabajadores gibraltareños, lo cual reduciría, a la par, los ingresos nacionales en un 13%. De cerrarse el astillero, el Gobierno inglés hubiera tenido que buscar otros medios de apoyo económico a Gibraltar. Lo más curioso es que el secretario de relaciones exteriores advirtió también, ‹‹que todo esto perjudicaría las perspectivas españolas de reabrir la “Verja”››, cosa que se hizo un año más tarde. Se temió también que el Gobierno de España usara la situación en su beneficio, presionando a los gibraltareños. Carrington consideraba ‹‹que la política española era de intimidación y hostigamiento››.
Sir Joshua Hassan era el primer Ministro de Gibraltar en aquel momento, y su dimisión era incluso contemplada por Peter Carrington. El Gobierno del Peñón podría creer que se le estaban retirando los apoyos de la metrópoli.
Nott, el ministro de Defensa, decidió no volver a mencionar parlamentariamente el asunto. El responsable de Hacienda en Londres, Geoffrey Howe, comprendió que sería descompensado el ahorro económico por el cierre de los astilleros, con la inyección de ayuda económica compensatoria a la otra medida. Pero Howe dejó claro en una carta, que la medida se aparcaba mientras ‹‹las restricciones españolas en la frontera hicieran la vida difícil en Gibraltar, y que si las restricciones se levantan…podrá hacer uso de su derecho a tomar la medida ahora cancelada››.
Finalmente en 1984, cuando la frontera ya llevaba 2 años abierta, los astilleros de la Royal Navy en Gibraltar se cerraron. El lugar es hoy, después de haber tenido varios propietarios, un astillero de reparación naval civil y se llama GIBDOCK.
(1) The Royal Gibraltar Police (1830-2005). Cecilia Baldachino y Tito Benady. 2005.
(2) Conferencia en UIMP La Línea (25-3-2011). “La Línea y Gibraltar”. Tito Benady.
(3) Almoraima nº34. Estudios Campogibraltareños. Página 111. Tito Benady. 2007.
(4) Revista War Heat Int. nº85. 2010.
(5) Revista War Heat Int. nº93. 2010.
(6) Entrevista personal del autor a J. Durante (11-5-2011).
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Una mirada desde la Verja: Policías en la Roca (1830-2011), cumple un año de edad. El 15 de noviembre de 2011 fue presentado por su autor, Ernesto Pérez Vera, policía local de La Línea de la Concepción (Cádiz). La presentación se produjo en el Club IPA que la Royal Gibraltar Police (RGP) gestiona en aquella plaza. ¿Por qué se presentó allí, si la obra está escrita en español? Sencillo, porque el libro versa sobre la Historia de las fuerzas policiales del Peñón y de su histórica relación con la Policía española, principalmente con la de la comarca campogibraltareña. La presentación corrió a cargo del comisario Louis Wink, en aquel momento máximo jefe de la RGP, cuerpo local de seguridad. En la mesa también estuvo presente el superintendente Ron Allen, jefe de la Gibraltar Defence Police, cuerpo civil de seguridad que protege los bienes del Ministerio de Defensa británico en la Roca.
En los 14 capítulos que componen la obra, el autor narra la evolución sufrida por el segundo cuerpo de policía moderno más antiguo del mundo, la actual Royal Gibraltar Police. Este cuerpo fue creado en el Peñón de Gibraltar en 1830, solo 9 meses después de que en Londres se creara la Policía Metropolitana de Londres, cuerpo decano. También sobre la Gibraltar Defence Police se desgrana su historia y actividad. Curioso cuerpo civil muy bien datado de armas e instrucción en el empleo de las mismas.
El libro aporta 14 entrevistas personales a individuos de ambos lados de la frontera. Mandos de los cuerpos policiales británicos del Peñón (activos y jubilados), funcionarios de prisiones, agentes aduaneros y mandos de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, entre otros, confiesan sus experiencias profesionales o vitales con los compañeros “del otro lado”. Estas personas vivieron, en su momento, sucesos históricos sobre los que muchos han podido oír hablar. Otros casos en los que estos profesionales participaron son totalmente desconocidos por la opinión pública en general, y la española en particular.
Revela episodios desconocidos de la seguridad interna de Gibraltar y la relación bicentenaria entre los “guardianes” de ambos lados del paso fronterizo.
A la venta en: El OTRO 112 (www.tienda.elotro112.com), librería ARES de La Línea (956 176 780), Librería BELMONTE de Algeciras (956 660 789) y autor: Tlf. 610 700 113 y email: epr05@hotmail.es