Resumen
Hemos visto el uso de los TAC y demás diagnósticas de neuroimagen en el ámbito sanitario, y cada vez más estos métodos irrumpen en los tribunales para acercar la verdad a los magistrados. Tales herramientas suscitan, a veces, cierta preocupación.
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La Dra. Corcoy expresó su preocupación sobre la neurociencia respecto a su creciente papel sobre el mundo jurídico – penal. Dicha preocupación radica, en mi opinión, a un riesgo del incremento de las medidas invasivas sobre el sujeto. Este temor podría venir fundado en que, si tomamos como verdad dogmática todas las firmaciones hechas desde un paradigma solamente neurocientífico y biológico se corre el riesgo de entra en un neo – positivismo1.
Creo que la neurociencia actual puede (y debe) ocupar un espacio en el mundo jurídico – pena en tanto que ésta (y cuaquier campo científico) es importante para eliminar los enigmas que se susciten en los tribunales. En relación a la preocupación expresada por la Doctora Corcoy, la segunda mitad del siglo XX introdujo de lleno el concepto de ética en las disciplinas científicas, que le impone unos límitos a la hora de aplicarse sobre el ser humano, y actualizando códigos deontológicos qe ya se encargaban de regular estas ciencias.
Por lo tanto:
La neurociencia debe ser, en el campo jurídico, una herramienta para esclarecer dudas y puntos borrosos en los múltiples casos en los que se presenten esas dudas. Eso no quiere decir que debamos hacer uso de todos los recursos disponibles para cualquier caso ni darle un uso incondicional para todo, porque ello supondría una pérdida de tiempo y dinero. Eso es así porque no todos los casos que pasan por los tribunales precisan de pruebas y confirmaciones de esta clase.
La neurociencia demuestra ser muy útil en casos donde la ciencia jurídica no puede confirmar algo (véase el ejemplo del hombre que, diciendo ser ciego, fue pillado conduciendo a toda velocidad). En supuestos donde las declaraciones de unas y otras partes no basten para asegurar una conclusión falsable a simple vista, la neurociencia puede garantizar la revelación de aquello más importante para un tribunal: la verdad.
Hay que disponer de unas herramientas conceptuales avaladas2 para que las aportaciones de la neurociencia dentro del sistema penal sean justas y correctas. La clave de esas buenas prácticas recae en la ética. Debemos recordar, pues, que la ética nació como freno a la ley del más fuerte y con una doble vertiente: un interior (nuestra propia ética moral) y una externa (la que institucionalizamos).
No temamos la irrupción de la ciencia en los tribunales: sencillamente, hagamos de la ética su límite.
1Me refiero a la idea de que se supedite cualquier acto delincuencial a problemas biológicos y que apliquemos tratamientos sin control.
2Se entiende que ese aval debe de ser eminentemente científico y empírico.
Bibliografía
Nacido en 1986, apasionado de la historia y la arqueología además de la criminología. La historia humana y más adelante sus conflictos fueron los que me acercaron al deseo de conocer y entender los problemas de esta índole. Por ello, me interesé por los títulos que actualmente poseo: Graduado en criminología y Política Criminal y Licenciado en Criminología, así como algunos cursos desde las platformas Online Coursera y Udacity. Soy miembro de la Associació Interuniversitaria de Criminologia, Co-fundador de Criminólogos.eu y subdirector de CyJ España, parte de Grupo CyJ. Siempre he tenido en alta estima la figura del emprendedor y del creador de proyectos; es por ello que me entusiasma asociarme con aquellas personas que, en vez de buscar un futuro, se lo fabrican; este es el caso del Grupo Criminología y Justicia. Combino mi labor en CyJ y Criminólogos.eu con una serie de investigaciones relcionadas con el ámbito de la seguridad y, en el terreno personal, con la escritura. Y encima, me gusta mucho el hip hop.