Resumen
Tras acabar mi anterior columna con la pregunta acerca de si era aconsejable o posible la reconciliación con el infractor, he estado buscando noticias que me pudieran responder a esta cuestión en sentido afirmativo y he encontrado una bastante interesante. De forma resumida, la noticia es la siguiente:
“Mark Stroman, era como muchos tejanos, un firme defensor de la pena de muerte en EEUU pero no contento con la teoría, se tomó la justicia por su mano hace 10 años, para vengar de forma muy personal las muertes de 3000 compatriotas en el 11 S. Por eso no deja de ser irónico que fuera condenado a muerte dos meses antes del décimo aniversario de la matanza.
El 21 de septiembre cuando Stroman tenía 31 años disparó al empleado de una gasolinera en Dallas, Texas. Se llamaba Rais Bhuiyan, este hombre grabó la imagen del hombre armado, tatuado, ataviado con un pañuelo, gafas de sol y una gorra de béisbol. Bhuiyan fingió estar muerto para que no le volviera a disparar. No era el primero ni el segundo, en recibir los balazos de Stroman y es que el delincuente llevaba seis días aplicando una cruzada personal contra todos los musulmanes de EEUU, en venganza por el 11S. Mató a dos personas antes de que le detuviera la policía.
Bhuiyan el musulmán de Bangladesh, que sobrevivió a su ataque estuvo luchando por salvar su vida. Una semana antes de su ejecución, Bhuiyan habló con el Daily Telegraph “todavía tenía 35 perdigones en la sien pero quería perdonarle. Estoy convencido de que era ignorante e incapaz de distinguir el bien y el mal. Si se le da la oportunidad creo que podría convertirse en portavoz, podría contar su historia para evitar crímenes como los que cometió. Su ejecución erradicará una vida humana pero no parará los crímenes de este mundo. Si sale con vida y cambia, ya es un logro pero si muere estamos perdiéndolo todo. Me dicen que estoy loco por intentar salvar a alguien que merece morir. Hay quién ataca mi fe islámica porque dicen que predica violencia y odio pero ese no es el problema, el problema no es el cuchillo, sino la gente que lo esgrime. Lo mismo pasa con la religión”. Días antes de su muerte Stroman era otro hombre: “es difícil de explicar pero me siento en paz. Ya no tengo odio ni miedo”. El día clave, hora y media antes de la ejecución, Bhuiyan recibió una llamada de teléfono, era Stroman desde la cárcel “.
Artículo completo
Este caso, si es un proceso restaurativo típico, con una víctima y un infractor, eso sí, por ser un delito grave, sin ningún tipo de beneficio para el delincuente, sino todo lo contrario, a pesar de que su víctima intentó que no lo ejecutaran. Me pregunto si la reacción de Bhuiyan es algo normal o es totalmente ilógico. Muchos podrían pensar que este chico tiene el síndrome de “Estocolmo” porque mostrar esta empatía con alguien que te ha hecho tanto daño, recuerda más a un pasaje de la biblia, (poner la otra mejilla…) que a una reacción normal de un ser humano.
Cuando sabemos que se ha cometido un delito, automáticamente reclamamos justicia, es más todas las víctimas necesitan sentir que se ha hecho justicia. Pero lo realmente difícil es definir “este hacer justicia”. Algunos afirman que no hay perdón ni reconciliación sin justicia, pero claro, por ejemplo Obama dijo en su día, que se había hecho justicia después del asesinato de Bin Laden. Por eso ¿alguien puede trazarme el límite de cuando la justicia se vuelve venganza o caza de brujas? Y es que ¿puede la justicia y la reconciliación ir de la mano?
Muchos lo tienen y lo tuvieron claro, como decía Mahatma Gandhi, “la humanidad no puede librarse de la violencia más que por medio de la no violencia”. Sin embargo, de momento no todo el mundo opina así y sino para muestra, la declaración de Obama, presidente de un país civilizado y desarrollado en el que todavía existe la pena de muerte.
Como decía, para muchas víctimas, una prioridad es “sentir que se ha hecho justicia” y esto supone saber que una persona es responsable del delito y que ésta ha asumido su responsabilidad, con la justicia restaurativa es más fácil que esto ocurra, puesto que va a poder ver y escuchar de primera mano el daño que su acción causó en otro ser humano, esto no es fácil que suceda en los juzgados, allí el juez le dirá que ha obrado mal pero nada más…Y para los demás miembros de la comunidad ¿qué es hacer justicia? “Que el infractor reciba su merecido…” “que no salga de la cárcel…”, estoy de acuerdo con que el delincuente debe recibir su castigo y ejemplar si se trata de delitos graves, pero no me siento segura cuando veo a un infractor que va a prisión, sin haber asumido su responsabilidad en el hecho o sin que al menos haya tenido la oportunidad de ver que el daño que causó es real y que ha tenido consecuencias ¿por qué no me siento segura? Porque si esta persona sale de la cárcel lo más probable es que vuelva a delinquir, y ahora quizá con más furia porque al saber que puede ir a prisión y lo que eso conlleva, hace que piense que no tiene nada que perder. Esto nos pone en peligro a todos los ciudadanos y nos hace ser “potenciales víctimas”.
Por supuesto que no todos los delincuentes querrán cambiar pero la historia demuestra que algunos sí, en la noticia que he relatado la verdadera moraleja reside en cómo pasó un asesino que odiaba a los musulmanes, a amar y poner su vida en manos de una de sus víctimas.
El hecho de haber ejecutado a este hombre, no ha servido para nada y Bhuiyan, su víctima lo había entendido muy bien, porque si reaccionamos con violencia a la violencia, esta espiral no se rompe y acabamos perdiendo dos vidas humanas que podría haber sido útiles para la comunidad ( la vida de la víctima y del infractor).En este asunto, Bhuiyan pasó de su deseo de venganza e ira, a la necesidad de perdón y reconciliación, estos sentimientos aunque contradictorios, son dos puntos en el camino hacia la recuperación emocional de todas las víctimas, especialmente las de delitos graves. Para este chico, saber que su agresor se había arrepentido y había asumido el daño que había hecho, fue el punto de inflexión en su camino hacia la superación del “trauma” del delito y para él, esto significó sentir que se había hecho justicia.
En esta noticia, se puede ver cómo no se ha perdido a la víctima, se ha podido reintegrar de nuevo a la comunidad como un hombre productivo con muchas cosas buenas que aportar, especialmente tras ser un superviviente de un delito grave. Él sí, pudo reconciliarse consigo mismo, y con el infractor y no por ser “demasiado bueno” o “demasiado tonto” sino para ayudarse a sí mismo. Supo ver que anclarse en el trauma, no le beneficiaba y cómo decía la madre de mi anterior columna “el hecho delictivo no puede ser el eje de tu vida”. Aunque suene extraño, es algo bueno para la recuperación de las víctimas y es la obligación de todos proveer mecanismos y procesos para que las podamos ayudar porque además ayudándolas, también nos ayudamos a nosotros mismos ¿Quién sabe si en algún momento de nuestra vida nos encontremos en su lugar? Nadie puede asegurar que nunca jamás será víctima de un delito.
En cuanto al infractor, en la noticia en cuestión, desgraciadamente no se ha podido recuperar y rescatarle para reintegrarlo en la comunidad, como un ciudadano nuevo que ha cambiado. Es impactante ver como Bhuiyan sabía que si lo ejecutaban, se perdía todo lo bueno que el infractor podría dar a la sociedad en un futuro, porque además en este caso, si había se había arrepentido. Se le privó al infractor de la oportunidad de reparar o devolver a la comunidad algo bueno para compensar en parte al menos, las acciones malas y dañosas, que había cometido. Bhuiyan, su víctima, hablaba de lo que podría haber hecho, contar su historia y su experiencia para así evitar que otros delincuentes siguieran su camino. Realmente este chico tiene toda la razón porque en este caso se han perdido muchos seres humanos, y muchas cosas buenas que estas personas podrían haber hecho: sus víctimas mortales y el infractor arrepentido. Con su ejecución no se hizo justicia, sino fue un acto de venganza.
No obstante lo importante y esperanzador de esta noticia es que sin abandonar la justicia tradicional que castiga al delincuente por los delitos cometidos, se puede intentar una justicia restaurativa que en primer lugar y como objetivo primordial, atienda a las víctimas, propicie su recuperación material y emocional y si fuera viable su reconciliación con el infractor porque como ya hemos visto, esto la ayudará a curarse, “cicatrizar sus heridas” y poder retomar su vida. En segundo lugar, la justicia restaurativa da la oportunidad al infractor de cambiar. Reitero, que claro que no todos querrán , pero si conseguimos que al menos unos pocos lo hagan, yo particularmente me sentiré satisfecha porque pensando “egoístamente” podremos devolver a la comunidad un ser humano que a partir de ese momento va a intentar borrar el daño que hizo con cosas buenas…
Después de todo esto, tengo claro que la reconciliación con el infractor es algo muy personal y depende de las partes, víctima y delincuente, pero desde luego es muy recomendable para las victimas, las sirve de gran ayuda en su largo camino hacia la recuperación de la normalidad en sus vidas.
Bibliografía
Follow @VirginiaDomingo (Burgos, 17 de mayo 1975)
Soy periodista frustrada, estudié derecho, por defecto y a pesar de todo, me gustó. Fui durante más de ocho años Juez Sustituta, lo que me hizo ver la realidad de la justicia y su falta de humanidad, así llegué en el 2004 a la Justicia Restaurativa. Actualmente soy la coordinadora del Servicio de Mediación Penal de Castilla y León (Burgos) y presidenta del Instituto de Justicia Restaurativa-Amepax ( la entidad que proporciona este servicio). Soy experta y consultora internacional en Justicia Restaurativa. Mediadora Penal y Presidenta de la Sociedad Cientifica de Justicia Restaurativa. Miembro del Comité de investigación del Foro Europeo de Justicia Restaurativa, participo regularmente en las reuniones de este Foro y he ofrecido varias charlas a nivel internacional, asimismo he realizado diversos trabajos de investigación sobre Justicia Restaurativa y mediación en materia penal. Y sigo luchando porque se regule la Justicia Restaurativa como un derecho más para las victimas de cualquier delito con independencia del lugar donde lo sufran.