Resumen
La comandante retiradaZaida Cantera volvió a aparecer en los medios en el programa El Objetivo tras un prolongado periodo en el que se ha visto obligada a permanecer en un segundo planotras el impactante Salvados en el que participó, y que puso el foco en las graves disfuncionalidades existentes en las Fuerzas Armadas Españolas. Un cuerpo que ayer celebraba su día rodeado de más polémica que nunca.
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No revelaré nada nuevo cuando diga que dicha institución es a día de hoy un ejemplo de disfuncionalidad laboral. La gravedad de esa disfuncionalidad llega al límite de intentar ocultar delitos tan graves como el acoso sexual sufrido por Zaida Cantera, y que se refleja en que, a pesar de la condena, el acosador Lezcano-Mújica vaya a ser reintegrado en el cuerpo.
Zaida Cantera, que afirmó haber “Recibido amenazas graves si se publicaba el Salvados”, se ha mantenido en silencio hasta que ya ha sido oficalmente retirada del cuerpo, ya que existía el riesgo de sufrir una falta muy grave si hacía según qué declaraciones.
Todo lo comentado en el programa de ayer sirve para sintetizar muy bien a qué se deben esas disfuncionalidades, y que repasaremos a continuación.
1. Connivencia del ente responsable de las Fuerzas Armadas. El Ministerio de Defensa, actualmente dirigido por Pedro Morenés, ha permitido que este tipo de conductas no sufrieran reproche alguno, y su postura estratégica, en este y anteriores mandatos, ha sido la de mantener el status quo existente entre los mandos de las Fuerzas Armadas. Ha existido desde la transición un pacto de no agresión sobre el cuerpo que ha permitido que manejaran a sus anchas una institución pública. Morenés, que ha sido el que más críticas ha tenido que asumir, sobretodo a raíz de la visibilidad del caso de Zaida, ha optado siempre por una actitud protectora sobre los lobbys existentes dentro de las Fuerzas Armadas, y que además manipula con datos mal interpretados. Es de cajón el ejemplo que puso cuando afirmaba que las actitudes de acoso se habían reducido en un 400%. No es que se redujeran, es que existe miedo a denunciarlo. De todos modos, es norma encontrar una ausencia absoluta de crítica sobre los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado por parte de los gobernantes, que procuran manejar a este colectivo para favorecer sus propios intereses.
2. Los partidos políticos han sido cobardes. Hasta que Irene Lozano, diputada de UPYD, no lanzó una pregunta parlamentaria llamando la atención al caso de Zaida, poco se había abordado el tema de la reforma de las Fuerzas Armadas, y ni siquiera se había puesto en duda la abolición de la jurisdicción militar. Tal es la desfachatez de los partidos políticos que han tenido el poder de ejercer el cambio, que cuando Irene llamó la atención sobre la ausencia de democracia en las Fuerzas Armadas se le menospreció públicamente dando a entender que dicha denuncia se hacía simplemente para promocionar el libro que había publicado sobre el caso.
3. El sistema legal favorece que haya sujetos dentro de las Fuerzas Armadas que ostenten mucho poder. La existencia de un Código Penal Militar que difiera del Código Penal civil de forma tan flagrante es un indicativo de que la legalidad sustenta unas leyes que son a todas luces retrógradas. Resulta sorprendente que los gobiernos de PSOE y PP se hayan llenado siempre la boca con las reformas del Código Penal, y sin embargo no hayan sido capaces de darse cuenta del desfase democrático que implica una normativa militar como la que tenemos. Es un contrasentido, por ejemplo, que haya sido Zaida Cantera, la persona que ha sido víctima de un delito, la que haya tenido que abandonar el cuerpo, y que el agresor Lezcano-Mújica vaya a seguir formando parte del cuerpo. Si eso no es un caso de injusticia legal flagrante que alguien me argumente las razones.
4. La falta de transparencia. Toda organización que sufra falta de transparencia tanto sobre sus clientes como sobre sus empleados es una organización que tiende a contar con un nivel de confianza muy reducido. Cuando esa falta de transparencia es de todo un país, la falta de confianza se magnifica, y ante la ausencia de explicaciones todo es susceptible de ser sospechoso.
5. No hay libertad de expresión. Los casos expuestos ayer por Jorge Bravo, arrestado en diversas ocasiones por hacer declaraciones que son normales para cualquier otro ciudadano, y que consideraríamos insultante que nos reprendieran, son acalladas por parte de la institución. Este hecho nos muestra a un cuerpo donde los mandos no son susceptibles de aceptar crítica alguna. Es como si el chef de un restaurante escupiera en la cara de todo aquél cliente que le dijera que su plato no está bueno. Perdón, en realidad lo de las Fuerzas Armadas es mucho peor.
6. La forma de mantener la disciplina en la organización se ejerce a través del miedo. Resulta llamativo que los mismos que tienen que defender a los ciudadanos sean los primeros que llevan a cabo un trato degradante a su propio colectivo. Este modo de organizar una institución, por muy normalizado que esté, no es eficaz. Que su función y potestad sea la del ejercicio de la violencia no debe implicar que se deba asumir dentro de su papel el sufrirla. Es como si un Policía Nacional tuviera que aceptar sufrir un trato degradante para saber ejercer mejor sus funciones.
La aparición de casos como el de Zaida Cantera, que ha mostrado una valentía inaudita, y la renovación de los cuerpos desde abajo, con muchos miembros que tienen auténtica vocación por hacer las cosas de manera diferente son una esperanza para que desde dentro se produzca un cambio. Sin embargo, para que eso funcione, los responsables de gobierno deben empezar por reconocer el problema, y ahondar en una reforma estructural profunda. La situación es grave desde el momento en que el estado, que debe velar por la seguridad ciudadana, facilita la comisión de delitos en una institución de la que es responsable, y por la que muchos políticos deberían responder. El daño existe, está ahí y se ha dado a conocer. Ahora ya no lo van a poder ocultar más.
Bibliografía
Soy Licenciado en Criminología y Filosofía por la UAB. En 2011 fundé Criminología y Justicia, empresa dedicada a la divulgación de contenido de caracter criminólogico-jurídico que contó con la participación de más de 100 autores hasta su cierre en 2017. Durante ese tiempo se publicaron más de 1000 artículos que han recibido ya más de dos millones de visitas; se publicaron cerca de una treintena de libros, y también se organizaron diferentes eventos y congresos enfocados a divulgar la Criminología.
Ahora mi interés estriba en aplicar toda esa experiencia en el mundo de la divulgación científica a otros ámbitos dentro de la comunicación digital.