Durante el siglo XVI, los países escandinavos pusieron de moda unas jarras, a las que llamaban mug, donde tomaban las bebidas muy calientes; como aquellos tazones solían decorarse con las facciones más grotescas de un rostro humano, de ahí procede el origen etimológico del doble sentido que tiene, hoy en día, la palabra inglesa mug, designando tanto a la taza donde se toma el desayuno como, de forma muy coloquial, el careto de las personas.
Partiendo de esta base, a mediados del siglo XIX un fotógrafo escocés que emigró a los Estados Unidos, Alexander Gardner, se hizo muy popular gracias a los retratos que realizó, en 1865, del perfil de algunos de los conspiradores (David Herold, Lewis Powell o George Atzerodt) que participaron en el magnicidio del presidente Abraham Lincoln que, como ya sabemos, murió asesinado el 14 de abril de aquel año en el Teatro Ford de Washington (EE.UU.), por John Wilkes Booth, al grito de sic semper tyrannis. A partir de aquellas imágenes, un amigo y paisano del fotógrafo llamado Allan Pinkerton –que, años más tarde, sería dueño de una de las agencias de detectives más famosas– comenzó a utilizar aquel estilo de fotos tomadas de frente y de perfil para localizar a los criminales que campaban a sus anchas por el Salvaje Oeste, con los famosos carteles de Wanted, dead or alive (Se busca, vivo o muerto); convirtiéndose, con el tiempo, en el modelo que adoptó la policía a la hora de fichar a los delincuentes, de frente y de perfil, para sus archivos: unas imágenes denominadas mugshot (literalmente: foto de caretos; a las que en España llamamos: ficha de policía o ficha policial).
Valladolid (Castilla y León | España 1969).
Escritor (director de Quadernos de Criminología | redactor jefe de CONT4BL3 | columnista en las publicaciones La Tribuna del Derecho, Avante social y Timón laboral | coordinador de Derecho y Cambio Social (Perú) | colaborador de noticias.juridicas.com); ha publicado en más de 600 ocasiones en distintos medios de 19 países; y jurista [licenciado en derecho y doctorando en integración europea, en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid | profesor de derecho constitucional, política criminal y DDHH (UEMC · 2005/2008)].
Sus últimos libros son Las malas artes: crimen y pintura (Wolters Kluwer, 2012) y Con el derecho en los talones (Lex Nova, 2010).
Este blog te acercará a lo más curioso del panorama criminológico internacional de todos los tiempos; y, si quieres conocer otras anécdotas jurídicas, puedes visitar el blog archivodeinalbis.blogspot.com