Resumen
La Ciudad Prohibida de Pekín es uno de los lugares turísticos más importantes de la capital y de todo el país, por ello se presume que su seguridad sea máxima. A pesar de esto, el emblemático lugar amanecía el domingo pasado echando en falta nueve piezas artísticas, después de 20 años sin producirse ningún tipo de robo. Un portavoz del palacio dio a conocer la noticia este miércoles y aseguró que las piezas robadas consistían en varios monederos de oro y estuches de maquillaje de cuantiosos siglos de antigüedad y con incrustaciones de piedras preciosas de estilo occidental de principios del S.XX. Su valor se ha tasado en 10 millones de yuanes, equivalente a un millón de euros. Dos de las nueve piezas se encontraron en las inmediaciones con ligeros daños físicos.
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El modus operandi del asaltante se realizó mediante la técnica del butrón, dejando un ostentoso agujero en una de las paredes, cogió las piezas y abandonó el lugar sin necesidad de eludir otros sistemas de seguridad. La elección de tales objetos resulta especialmente peculiar, pues los mismos representan escaso valor en comparación con otras piezas del palacio; sin embargo, éstas están potentemente más protegidas que las que han sido objeto de robo.
Desde ese momento, el personal de seguridad de la Ciudad Prohibida informó a la policía de que las cámaras de seguridad habían captado a un joven varón de entre 25 y 30 años. Del mismo modo se ha asegurado que se hará un inventario exhaustivo del palacio para comprobar la presencia del resto de objetos. Según las fuentes del diario oficial del régimen, el China Daily, en la madrugada del jueves (hora española), un hombre de 27 años de edad fue detenido en un cibercafé como presunto autor material de los hechos. Se le identificó a través del reconocimiento visual y por medio del análisis lofoscópico de la huella dactilar. En ese momento el ladrón confesó el delito y delató el paradero de las piezas sustraídas.
Para China la imagen de la seguridad es un elemento esencial en su política, tanto de cara al exterior como a sus propios congéneres, por tanto, este hecho supone un grave daño a la imagen del país. Pero lo mas humillante ha sido conocer que las piezas no eran propiedad del palacio, sino que estaban bajo prestación de Liangyicang dentro de una colección privada de Hong Kong y para mas escarnio, tales piezas no estaban aseguradas, ya que los propietarios no imaginaron que un hecho así pudiera acontecer.
El desenlace que le espera al ladrón está por determinar, su ultimo compañero de profesión fue condenado a cadena perpetua tras una tentativa de robo en 1987, según el periódico oficial del Partido Comunista Chino. Desde la fundación de la Republica Popular China, en 1949, la Ciudad Prohibida había sufrido tan solo otros cuatro robos.
La Ciudad Prohibida fue construida por la dinastía Ming en 1406, con objeto de servir de palacio, lugar ceremonial y sede para el gobierno del emperador. Su construcción fue merecedora de pasar a los libros de historia, pues se contó con más de un millón de esclavos y miles de artesanos que tardaron más de 14 años en construir los 980 edificios, en un espacio de 720 mil metros cuadrados. Actualmente se considera la mayor construcción de madera del planeta y representa uno de los emblemas del Estado, por todo ello fue considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En 1925 el Museo Palacio se situó en la Ciudad Prohibida reuniendo los principales tesoros del país.
Resulta incomprensible que tan trascendente y simbólico lugar, esté custodiado por insignificantes medidas de seguridad, que permitan a un simple asaltante dejar en evidencia a la nación.
Alejandro Manso González
Criminólogo | Diplomado superior en Investigación Privada