Resumen
Hace unas cuantas noches, justo antes de ir a dormir, encendí la radio para escuchar la tertulia “La zona cero” del maravilloso programa La rosa de los vientos. Aunque el coloquio ya se encontraba empezado me dio tiempo a escuchar cómo hacían referencia en la tertulia a uno de los criminales españoles más conocidos de la historia: Manuel Blanco Romasanta. Lo que estaban contando me llamó poderosamente la atención y recordé que hace ya unas temporadas, en el programa de televisión de Iker Jiménez, Cuarto Milenio, habían recreado la vida y asesinatos de este criminal español que pasaría a ser conocido en la historia de la Criminología como “El hombre lobo de Allariz”.
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Allá por los albores del siglo XIX, las entrañas de las tierras gallegas darían a luz al primer psicópata criminal español documentado de la historia. Un ser de apariencia inofensiva, de rasgos dulces y afables que hicieron pensar en un primer momento que era una niña (tal y como figura en su partida de nacimiento) y que tan sólo llegaría a medir 1’37 m de estatura. Un hombre culto e inteligente para la época, pues sabía leer y escribir, que llevaba una vida sencilla, dedicada a labores de sastrería.
Fuente Web: Retrato de Manuel Blanco Romasanta
¿Qué llevó a un hombre aparentemente inofensivo a cometer asesinatos tan atroces? Tal vez el desencadenante fue la muerte de su esposa. Lo que se conoce es que, a raíz de ésta, Romasanta se convierte en un vendedor ambulante alrededor de toda Galicia. En aquella época circula por la península la leyenda de los “sacamantecas”. Con el estallido de la revolución industrial y el surgimiento del ferrocarril, comienza a propagarse la creencia de que los engranajes de los trenes funcionaban gracias a la “manteca” o grasa humana, sobre todo de niños y jóvenes. Se piensa que existen hombres que se dedican al rapto y al asesinato para la obtención del unto y su mercadeo. Para alimentar la leyenda, en Barcelona, se denuncian varias desapariciones de niños por lo que aumenta el recelo de los aldeanos a los que Romasanta, convertido en vendedor ambulante, visitaba. Se extiende la voz de que era un “sacamantecas” y que está implicado en la muerte de un alguacil en Ponferrada, por lo que las autoridades comienzan su búsqueda.
Romasanta logra esconderse, y se refugia en el pueblo abandonado de Ermida, donde convive con el ganado durante algunos meses. Posteriormente, se traslada a la aldea de Rebordechao y comienza a relacionarse con los vecinos, ganándose el afecto de las mujeres por su apariencia de “afeminado”, ya que se dedica a ejercer labores de tejedora. Es aquí cuando comienza a perpetrar sus crímenes. Durante varios años, en los que logra eludir a la justicia, comete casi una decena de asesinatos, siendo sus víctimas mujeres y niños a los que arrastraba a los bosques de Rebordechao y Argostios.
Tímido y reservado, nadie podía sospechar que bajo ese aspecto inofensivo se ocultaba una bestia. Como Manuel viajaba con frecuencia siempre se ofrecía gustosamente a acompañar a aquellos que querían partir hacia la ciudad. Los que le siguieron no volvieron a ser vistos. Su codicia al vender ropa y otros enseres de las víctimas en aldeas cercanas y que sólo llegaran noticias a través de su boca fueron los principales hechos que sirvieron para ponerlo bajo sospecha.
Fuente web: fotograma de la película “El bosque del lobo” basada en la historia de Manuel Blanco Romasanta
Tras huir de la justicia gracias a la obtención de un pasaporte falso que le permitió salir de tierras gallegas, es capturado en Toledo y juzgado en Allariz (Orense). El juicio pasaría a ser conocido como “Causa contra el hombre lobo”, ya que Romasanta confesó que cometió esos asesinatos junto a otras dos personas más porque todos se encontraban bajo el influjo de un hechizo que les convertía en hombres-lobo. Aquí podemos leer un párrafo de su testimonio:
”Yo llegué a mantener la forma de lobo hasta ocho dias seguidos, aunque normalmente no pasaba de dos o cuatro. Antonio, sin embargo, llegó a mantenerla diez dias y don Genaro hasta quince, aunque lo normal eran cuatro a cinco dias. Con ellos maté y comí a varias personas, aunque a algunas como Josefa y Benita,
y a sus hijos, lo hice solo”.
Esta confesión traspasaría fronteras, siendo recogida en los principales periódicos y generando un apasionante debate entre los juristas de la época. Tal fue el interés del caso que la Reina de España, Isabel II, hubo de intervenir en el desarrollo de los acontecimientos. El juicio duró unos siete meses, desde septiembre de 1852 hasta abril de 1853. Durante este proceso, los jueces y letrados escucharon las atrocidades cometidas por Romasanta, quien confesó que mataba a sus víctimas con manos y dientes, para después comérselas. Aunque después reconocía arrepentirse de los hechos, argumentó que la maldición le hacía ser incapaz de detener esos instintos. Blanco declaró que las transformaciones se producían esporádicamente y lo llevaban a revolcarse en el suelo compulsivamente hasta mutar a la apariencia de hombre lobo. 13 años, según él, duraría el maleficio, finalizando el Día de San Pedro, un mes antes de que fuera detenido.
Finalmente, tras el informe médico realizado que indicaba que se encontraba en su sano juicio, Romasanta es condenado a muerte por garrote vil…
Por si el caso fuera extraño, se empiezan a observar diferentes imprecisiones: por un lado, el informe médico es totalmente subjetivo y falto de un informe puramente técnico. Por otro lado estaba la labor de la justicia. Romasanta fue condenado por 9 asesinatos de los que no había apenas pruebas salvo su confesión. Tan sólo se encontraron algunos restos de una mujer, presuntamente se trataba de Manuela García. Pese a haber acompañado a jueces y Guardia Civil a los sitios exactos donde él decía que había cometido los crímenes, no se encontraron más restos, por lo que los asesinados no eran jurídicamente sino desaparecidos. Además de todo esto, ¿quiénes eran aquellos dos hombres que según Manuel lo habían acompañado durante sus fechorías también con aspecto de licántropos? ¿Por qué no se investigó?
Lo más curioso de todo, y lo que hizo que el caso se convirtiera en leyenda, fue que hubo 4 crímenes más de los que Blanco Romasanta se responsabilizó pero de los que fue absuelto. La razón: según los forenses que estudiaron los cuerpos se dictaminó que las víctimas habían muerto por ataques de uno o varios lobos, aunténticos lobos.
La historia se complica, por lo que la causa se remite a la Audiencia de A Coruña. En un primer momento la pena se conmuta por cadena perpetua para, tras la apelación del fiscal, pasar otra vez a pena de muerte. En estos momentos es cuando entra en escena un personaje argelino, Mr. Phillips, profesor de electrobiología. Mr. Phillips remite una carta a la reina donde se ofrecía para experimentar con Manuel. En la misiva comentaba cómo, a través de la hipnosis, había logrado sugestionar a varios pacientes haciéndoles creer que eran tigres o leones. Ahora aseguraba que podía hacer lo contrario con Romasanta.
Aunque no visitó la Corte, su carta tuvo efecto en la reina. Isabel II conmutó la pena de Romasanta por cadena perpetua. Esto sucedía en el año 1954, pero ¿qué fue del asesino?
Después de la última sentencia no hay noticias de él. Existen 3 teorías acerca de lo que pudo sucederle al condenado. La primera de ellas sugiere que murió al poco tiempo de ingresar en la cárcel, de manera natural. Esta sería la versión oficial. Otras sugieren que un carabinero, en su curiosidad por saber si Romasanta era un hombre lobo, acabó con su vida disparándole varias balas. La tercera de ellas, alimentada por la inexistencia de datos sobre su liberación, defunción o enterramiento, sugieren que Manuel Blanco Romasanta escapó de la cárcel y hoy en día vaga por los montes de Allariz convertido en hombre lobo, en busca de nuevas presas. ¿Con cuál de las 3 versiones prefieres quedarte?
+Datos de Interés:
- El sumario, que contenía más de 2.000 folios, se abría con el título ”la causa contra el hombre lobo Manuel Blanco”.
- Su juicio se encuentra en el Archivo Histórico del Reino de Galicia.
- Con su figura se extiende la leyenda de “El hombre del saco”.
- La historia ha sido llevada a la gran pantalla varias veces: bajo el título “El bosque del lobo”, 1971, interpretada magistralmente por José Luis López Vázquez. También hay una versión más romántica, basada en la obra de Alfredo Conde, “Romasanta. La caza de la bestia”, 2004.
- Camilo José Cela en su obra Madera de Boj rememora, entre otras historias, la de Manuel Blanco Romasanta.
- Ha sido la única causa ejecutada contra un Hombre-Lobo en un Tribunal de Justicia nacional.
Bibliografía
Periodista en ciernes, amante de la Justicia y en constante búsqueda por descubrir la naturaleza del ser humano delictivo. Porque la información de sucesos hoy día ocupa un importante lugar en la primera plana de medios escritos y audiovisuales, se hace necesaria una radiografía detallada desde diversos ámbitos que nos ayude a entender mejor nuestra sociedad y nuestro sistema jurídico, para que de este modo se consiga una adecuada formación de la opinión pública, necesaria en el buen funcionamiento de toda democracia.