Resumen
“Los padres de Marta del Castillo estarán este miércoles en Telecinco, en un especial: una sentencia dolorosa. El cuerpo de Marta nunca ha aparecido pero la Justicia ya se ha pronunciado. Nunca una sentencia había provocado tanta polémica y tanto dolor” Así esta cadena lleva varios días promocionando el programa especial sobre la sentencia que condena a Miguel Carcaño.
“El padre de Marta criticó con dureza la sentencia de la Audiencia de Sevilla que condena a Miguel Carcaño a 20 años y absuelve a los otros tres imputados, acusados de encubrimiento”
Estas son algunas de las noticias sobre la sentencia de uno de los casos que más alarma social han creado en España.
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Sobre esto habría que hablar largo y tendido pero de todas formas hay varios cosas que se deben destacar y mencionar, la más importante es que se entiende el dolor de la familia pues lo único que necesitaban para poder superar o al menos mitigar un poco la perdida de su hija, era recuperar su cuerpo y precisamente el culpable ha demostrado su poco arrepentimiento y sobre todo su poca empatía al no querer revelar el paradero de Marta. Es casi imposible entender el sufrimiento de estos padres ( solo estando en su situación podríamos hacerlo) y muestra claramente que la Justicia en este caso jamás podrá ser justa y reparadora o restauradora, por cuanto el cuerpo de su hija no ha sido encontrado y tal parece que será complicado que aparezca y esto era precisamente lo que necesitaban estos padres para sentirse compensados al menos en parte, era lo único que podía ayudarlos a continuar con su vida y salir de esta espiral de dolor, ira y angustia que rodea sus vidas diarias. Por supuesto de esta forma también se hubiera atendido las necesidades de las demás victimas, familiares y allegados y en especial las de las otras dos hijas de este matrimonio, que uno puede fácilmente imaginar como estarán viviendo todo lo que rodea al asesinato de su hermana.
Una vez que se ha partido del convencimiento de que no se ha satisfecho las necesidades de las víctimas y no se ha podido restaurar el daño ni tan siquiera emocional, hay que decir que otra cosa es la sentencia
¿Por qué? Porque aquí es cuando cobra especial relevancia la diferencia entre derecho y justicia, y entre estado como víctima y las verdaderas y directas víctimas de los delitos.
Respecto a derecho y justicia, es obvio que existen unas leyes, unas normas escritas a las que los jueces tienen que ceñirse, interpretándolas de la formas más ajustada a derecho, en este caso a pesar de las dudas, lo único que ha quedado probado y demostrado es que ha habido un asesino de esta chica y precisamente este chico ha sido condenado a 20 años, por este hecho tan serio.
Los demás imputados, han sido absueltos precisamente porque no estaban probados los hechos y hay algo que existe en nuestro derecho, que no se puede obviar por mucho que nos duela: “in dubio pro reo”. Probablemente con esta sentencia no se ha hecho justicia con los afectados, está claro, pero lo que también es verdad que la sentencia es totalmente ajustada a derecho, al menos a las normas que tenemos en la actualidad.
De ahí, que a pesar de lo ilógico que tiene lo que estoy escribiendo, la sentencia es injusta para las víctimas pero es acorde a derecho, con lo que se puede decir que de acuerdo a nuestras leyes es justa. Esto es una paradoja pero ¿por qué ocurre esto?
En este caso, el estado es víctima porque una de sus normas ha sido vulnerada, ha conseguido una sentencia justa ya que se ha restablecido el valor de esta norma, mediante la condena del asesino confeso de la joven. La necesidad del estado como víctima ha sido satisfecha, se ha vulnerado la norma, se ha causado un daño y se ha castigado al culpable, contra el que si había pruebas suficientes.
Sin embargo, las verdaderas víctimas no han recibido una sentencia justa porque ninguna de sus necesidades ha sido cubierta y el culpable, no ha mostrado arrepentimiento, a pesar de querer parecerlo. Tampoco se ha condenado a los posibles encubridores, por eso, es claro que para ellos no es justo, pero volvemos a lo mismo sin pruebas concluyentes, es conforme a derecho su absolución.
Esta diferencia radica en el concepto propio de Justicia. Existe una justicia en sentido amplio y cultural, que se basa en un consenso de la comunidad acerca de lo que es bueno y malo. Se supone que todos los individuos de la sociedad tienen un concepto de qué es lo justo y se considera como algo bueno actuar de acuerdo a lo que es así. Nuestra forma de comportarnos en todos los aspectos de nuestra vida, debería guiarse hacia el eje-valor de la justicia. Por tanto es claro, que de acuerdo a esta forma de ver la Justicia, no ha existido en este caso y ni tan siquiera ha funcionado la Justicia Restaurativa pues tenemos un delincuente que no ha querido colaborar en la reparación del daño que ha causado, con lo que poco arrepentimiento y poca responsabilización del delito ha demostrado. De ahí, el clamor popular, la indignación, ira y tristeza de los padres que como victimas han visto que la Justicia no es tal Justicia, al menos no es una justicia humana.
Existe por el contrario, otra justicia, en sentido formal y son un conjunto de normas escritas aplicadas por jueces y profesionales y tratan de ser imparciales y neutrales, con respecto a los ciudadanos en la resolución de los conflictos (incluyendo los delitos). De acuerdo, a esta forma de entender la justicia se han seguido escrupulosamente las leyes, se ha castigado al culpable que ha reconocido los hechos, se ha restablecido el orden vulnerado por el delito cometido, con lo que se ha hecho justicia al menos con respecto al sistema y al estado. Eso si es una justicia fría, menos humana y alejada del dolor real de las victimas y del clamor popular.
¿Cómo conciliar la perdida de una hija de forma brutal con el estricto seguimiento de las normas?
Realmente es muy complicado, porque por mucho que se hubieran condenado a los otros tres imputados, estoy segura que también se seguiría hablando de que la sentencia es injusta porque a pesar de todo, aunque el peso de la ley hubiera recaído sobre todos los imputados, existiría todavía el gran dolor de no saber el paradero del cuerpo de Marta. Y es triste pero la sentencia nunca podía haber sido justa para los padres ni para la sociedad, que no entiende cómo no se ha podido conseguir que estos jóvenes confesaran que hicieron con la joven.
Otra cosas que me preocupa además de posibles sentencias injustas o ajustadas a derecho, es el continuo uso por las cadenas de televisión del dolor y la ira de los padres. Continuos programas dedicados a ahondar en el daño causado, a criticar la sentencia sin rigor objetivo y siempre en el centro de atención los padres. Desgraciadamente el dolor de unas personas a las que no se les ha reparado el daño, les ha hecho entrar en una espiral que no les va a permitir sobreponerse de la perdida. Y esto no solo me preocupa porque el riesgo de llevar el rol de victima de por vida es terrible, doloroso y perjudicial para ellos, sino también por las personas que tienen a su alrededor. Estoy pensando en las dos hijas del matrimonio. Estos padres han perdido de forma cruel a una de sus hijas pero desgraciadamente corren el riesgo de perder a las otras dos, al menos desde el punto de vista psicológico y emocional. Estas son las consecuencias no ya solo de un delito cruel como un asesinato, sino de que el asesino y sus posibles cómplices no hayan querido compensar a las victimas el daño causado y el sistema de justicia tradicional tampoco haya podido conseguir atender la única necesidad que tenían estos padres.
En este caso y a pesar de lo que me cuesta decir esto, la Justicia restaurativa no ha funcionado y la consecuencia es que se están perdiendo vidas productivas y útiles para la sociedad: los padres, allegados y las otras hijas del matrimonio.
Sin embargo y aunque pueda sonar algo cruel, reitero que la sentencia es ajustada a derecho y ha condenado al asesino (ya no entro en cuantos años cumplirá de condena y si se podrá reinsertar el asesino en la sociedad cuando salga de la cárcel, algo que pongo en duda puesto que su no empatía hacia los sentimientos de una madre que lo único que les reclamaba el paradero de su hija, hace difícil que pueda llegar a ocurrir).
Bibliografía
Follow @VirginiaDomingo (Burgos, 17 de mayo 1975)
Soy periodista frustrada, estudié derecho, por defecto y a pesar de todo, me gustó. Fui durante más de ocho años Juez Sustituta, lo que me hizo ver la realidad de la justicia y su falta de humanidad, así llegué en el 2004 a la Justicia Restaurativa. Actualmente soy la coordinadora del Servicio de Mediación Penal de Castilla y León (Burgos) y presidenta del Instituto de Justicia Restaurativa-Amepax ( la entidad que proporciona este servicio). Soy experta y consultora internacional en Justicia Restaurativa. Mediadora Penal y Presidenta de la Sociedad Cientifica de Justicia Restaurativa. Miembro del Comité de investigación del Foro Europeo de Justicia Restaurativa, participo regularmente en las reuniones de este Foro y he ofrecido varias charlas a nivel internacional, asimismo he realizado diversos trabajos de investigación sobre Justicia Restaurativa y mediación en materia penal. Y sigo luchando porque se regule la Justicia Restaurativa como un derecho más para las victimas de cualquier delito con independencia del lugar donde lo sufran.