Resumen
En 2012, un documental centrado en la figura del terrible líder guerrillero Joseph Kony apareció casi de la nada, convirtiéndose en la campaña viral más poderosa de la historia, con casi cincuenta millones de visitas en Youtube en cuatro días, y otros tantos millones de tweets y “me gusta” en sendas redes sociales.
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Detrás del documental se encuentra la organización no gubernamental invisible Children, que nació de la mano de un grupo de norteamericanos cuando éstos descubrieron a Joseph Kony y supieron de sus actividades.
Joseph Kony (1961), ugandés, lidera desde 1986 el Ejército de Resistencia del Señor (LRA), cuyo objetivo inicial era el de combatir los atropellos que otro ejército rebelde cometía en el contexto de la infame Guerra civil de Uganda a lo largo de los años ochenta. Los orígenes del grupo se encuentran en el Movimiento Espíritu Santo, surgido a principios de los ochenta para luchar contra el gobierno ugandés en protesta por el trato dado al pueblo Acholi.
El funcionamiento del grupo y sus acciones reflejan, entre tantos otros problemas, el drama de los niños soldado y las niñas secuestradas para servir como esclavas sexuales. La estructura humana del grupo se basa en el secuestro de personas. Al no poseer una fuente de financiación estable, el modelo de vida del LRA carece de una planificación a largo plazo. Armados con machetes y armas de fuego, el LRA organiza raids contra pequeños poblados, mutilando o asesinando a quienes no les sirvan, y secuestrando a quienes estén en disposición física de proveer al ejército; cocineros, esclavas sexuales, guerreros… el LRA instruye a sus víctimas para servir de un modo u otro, llevando antes a cabo un brutal proceso de alienación del mundo exterior para evitar futuras deserciones.
El ascenso (y descenso) de Invisible Children
Invisible Children ha sido, con total seguridad, el mayor responsable de la visibilización de Joseph Kony y el LRA entre la ciudadanía mundial, si bien ya se conocían sus andanzas y se había emitido orden de búsqueda y captura. Al fin y al cabo, su principal objetivo era hacer famoso a Kony.
El grupo despegó con el documental Invisible Children: Rough Cut, por entonces con bajo presupuesto pero grandes expectativas, centrándose en la vida de los niños vagabundos que recorren el norte de Uganda. Tras convertirse en una organización caritativa, Invisible Children empezó a crecer gracias al merchandising y a las donaciones, en parte gracias a las exitosas campañas de concienciación, a caballo entre la protesta y la performance.
Pero la campaña tuvo efectos perniciosos para Invisible Children. Aunque la capacidad financiera de la ONG ganó fuerza desde 2004 y alcanzaron la atención de los medios gracias al apoyo de celebridades como el grupo de música Fall Out Boy, el documental Kony 2012 trajo consigo las críticas y recelos de parte del público. Mientras unos acusaban al documental y a su principal cara visible, Jason Russell, de exagerar y magnificar a un criminal cuyo poder era cada vez menor, otros creían que la campaña en sí ofrecían como método para luchar contra kony y el LRA la donación de dinero a Invisible Children, lo cual vendría a ser algo tan grave como acusar a la organización de haber hecho, simplemente, una campaña de marketing. Pronto nació un extenso debate sobre si valía la pena donar dinero a Invisible Children.
Entre las críticas más duras se hallaba la de avivar sin pretenderlo a una organización – el LRA – debilitada y cada vez más alejada de los confines de Uganda. Además, hubo quien decía que donar dinero a Invisible Children era donar dinero a uno de los bandos en disputa en el territorio ugandés.
Uno de los artículos de la web de noticias australiana News empezaba así:
“YOU bought the T-shirt, liked the Facebook page, and watched the man who started it all have a very public naked breakdown.
And then you moved on[1]”
El hombre desnudo del que habla la noticia es Jason Russell, el hombre que dirigió la inmensa campaña de Kony 2012. La reacción mundial al documental el convirtió en una celebridad al instante. Fue tal la carga psicológica a soportar, que Russell sufrió una crisis nerviosa y anduvo desnudo por las calles de San Diego en un estado de nerviosismo elevado, siendo arrestado y posteriormente hospitalizado.
El problema en sí no fue la crisis nerviosa, sino el efecto negativo que podía suponer para la imagen de la campaña el hecho de que su director no pudiera hacerse cargo de sí mismo.
Es evidente que una campaña que pretenda llegar al mayor número de gente posible tendrá éxito si posee grandes cantidades de dinero. Es lícito, pues, que una organización como Invisible Children consiga ese dinero mediante donaciones y la venta de merchandising. El problema se encuentra en el contenido del mensaje que lanzaron al mundo. El Consejo de Relaciones Extranjeras advirtió de la manipulación de datos por parte de ONGs para potenciar la consecución de sus objetivos[2]. Además, la campaña de Invisible Children en relación a Kony 2012 posee tal grado de sofisticación que el rechazo no ha sido puntual, destacando lo escrito por Delia Rodríguez en el Blog de El País .
¿funcionó?
A día de hoy, diversos informes apuntan a un progresivo debilitamiento del LRA, principalmente por los ataques de otras guerrillas y por las deserciones en cuentagotas, de las cuales Invisible Children se atribuye algunas gracias a su lanzamiento de octavillas en las que informan sobre cómo desertar sobre las regiones ocupadas por el LRA. Además, se dice que Joseph Kony se encuentra en un estado de salud delicado, lo cual podría abrir más vías de negociaciones[3] para pactar una eventual rendición.
En el caso de que Invisible Children haya exagerado los datos en su campaña, ¿Sería aceptable criticarles eso a pesar de los fines que persigue? Está claro que un elevado número de víctimas del LRA sería un dato significativo, pero la cuestión radica en que un solo niño secuestrado por esa organización representa un hecho gravísimo. Esto aviva el debate sobre si el fin justifica los medios., y, sobre todo, si debemos creernos todo cuanto nos cuentan.
En un vídeo de Youtube, un comentarista decía lo que parece ser una buena respuesta una vez visionado el documental, algunos vídeos a favor, y otros en contra:
“Vale. He echado un vistazo a ambas partes (detractores y defensores) de esta historia y he llegado a la conclusión de que no hay un lado bueno. Solamente víctimas y mala gente en el poder”.
Para saber más
http://invisiblechildren.com/ (web de Invisible Children)
http://www.youtube.com/watch?v=Y4MnpzG5Sqc (vídeo de Kony 2012)
[1] http://www.news.com.au/world/remember-kony-2012-well-its-2013-what-happened/story-fndir2ev-1226550575923
[2] http://www.foreignaffairs.com/articles/136673/mareike-schomerus-tim-allen-and-koen-vlassenroot/obama-takes-on-the-lra?page=show
[3] A finales de 2013, la República Centroafricana entró en conversaciones con Kony para negociar su rendición
Bibliografía
Nacido en 1986, apasionado de la historia y la arqueología además de la criminología. La historia humana y más adelante sus conflictos fueron los que me acercaron al deseo de conocer y entender los problemas de esta índole. Por ello, me interesé por los títulos que actualmente poseo: Graduado en criminología y Política Criminal y Licenciado en Criminología, así como algunos cursos desde las platformas Online Coursera y Udacity. Soy miembro de la Associació Interuniversitaria de Criminologia, Co-fundador de Criminólogos.eu y subdirector de CyJ España, parte de Grupo CyJ. Siempre he tenido en alta estima la figura del emprendedor y del creador de proyectos; es por ello que me entusiasma asociarme con aquellas personas que, en vez de buscar un futuro, se lo fabrican; este es el caso del Grupo Criminología y Justicia. Combino mi labor en CyJ y Criminólogos.eu con una serie de investigaciones relcionadas con el ámbito de la seguridad y, en el terreno personal, con la escritura. Y encima, me gusta mucho el hip hop.